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Te damos algunos consejos sobre las rampas musculares para saber cómo gestionarlas de la mejor forma posible
Las rampas musculares son contracciones repentinas, involuntarias y dolorosas de un músculo o grupo muscular. Aunque suelen ser temporales e inofensivas, pueden causar dolor intenso y dificultar el movimiento durante unos segundos o minutos. Son más frecuentes en las piernas (gemelos, muslos, pies), pero pueden aparecer en cualquier músculo del cuerpo.
- Deshidratación y pérdida de minerales (potasio, calcio, magnesio) por sudoración o dieta insuficiente.
- Fatiga muscular por ejercicio intenso o prolongado sin descanso adecuado.
- Mantener la misma postura durante mucho tiempo (sentado o de pie).
- Calentamiento insuficiente antes de la actividad física.
- Medicamentos (diuréticos, algunos tratamientos hormonales).
- Condiciones de salud: diabetes, hipotiroidismo, insuficiencia renal, radiculopatía, embarazo.
- Edad avanzada.
- Ejercicio en ambientes calurosos.
- Mala circulación sanguínea.
- Deficiencia de vitamina D.
- Posturas incorrectas o calzado inadecuado.
- Consumo de alcohol.
- Estira el músculo afectado de forma suave (si se hace bruscamente, se puede producir una rotura muscular) y mantén la posición unos segundos.
- Masaje leve para relajar la zona.
- Aplica calor si el músculo está tenso o frío (sólo una vez haya pasado la rampa; si se pone mientras se está produciendo, puede empeorarse) si hay dolor residual.
- Hidrátate después del episodio.
Si las rampas son muy frecuentes o dolorosas, consulta al médico, ya que pueden indicar un problema subyacente.
- Hidratación adecuada durante el día y especialmente en actividades físicas.
- Dieta equilibrada rica en minerales (potasio, calcio, magnesio): plátano, frutos secos, verduras de hoja verde.
- Calentar antes de hacer ejercicio
- Estiramientos regulares antes y después del ejercicio.
- Evita sobreesfuerzo y respeta los descansos.
- Controla la postura y utiliza calzado adecuado.