“El rugby es un deporte muy de piña, llegas a desarrollar una relación muy estrecha con tu compañero, porque tu integridad en el campo depende de él y tu proteges la suya también”
Desde hace casi 17 años, Raúl Dominguez, especialista de la Unidad Funcional de Enfermedad de Motoneurona del Servicio de Neurología, entrena tres veces por semana para llegar en el mejor estado físico posible a los exigentes partidos de rugby del sábado o el domingo. En el campo, bajo palos, es un pilar, una de las posiciones clave para sostener y empujar en la melé. Llegó y se quedó en el rugby, enganchado por un deporte en el que asegura que el equipo lo es todo.
- ¿Cómo y cuándo empieza tu relación con el rugby?
Empecé a jugar al rugby en cuarto de carrera, en la Universidad Complutense de Madrid, hace 16 años. Siempre lo había seguido por la tele y era un deporte que me llamaba la atención. En la facultad me animaron a probarlo y me enganché. Jugaba en el equipo de Medicina de la liga universitaria, y si no recuerdo mal, éramos muy malos, creo que no ganamos ningún partido en los tres años que jugué con ellos. Sin embargo aquella etapa sirvió para que me plantease federarme y jugar un poco más en serio al empezar la residencia después del MIR. Así que me federé y jugué, también en Madrid, durante los cuatro años de la residencia en el Tasman Boadilla, un equipo surgido a partir de una escuela de rugby, y que fue creciendo poco a poco. Empezamos en 2ª regional y llegamos a ascender hasta División de honor B, la 2ª división española, que es la categoría en la que he jugado desde entonces.
- Y llegaste a Barcelona con el balón bajo el brazo…
Si, al acabar la residencia me vine a Barcelona y busqué algún equipo para seguir practicando el rugby. Y encontré el Club Natació Poblenou, que es donde llevo jugando desde hace 11 años. Jugamos en la División de Honor B, que tiene 3 grupos. El nuestro es el de la Liga Este, que incluye equipos catalanes, de la Comunidad Valenciana, de Aragón, Baleares y a veces Murcia.
- ¿La exigencia física de los entrenamientos del rugby es especialmente intensa?
El rugby es un deporte en el que si estás en buen estado físico te lesionas poco, mientras que si estás un poco flojo, te puedes lesionar mucho. Durante todos estos años he estado entrenado entre 2 y 3 veces por semana y cada fin de semana, partido. Este ritmo exige un sacrificio, porque te limita los planes con la familia, amigos, pareja para el fin de semana durante seis meses al año, pero te aporta otras cosas…
- ¿Son esas otras cosas las que te atrajeron del rugby?
Antes del rugby había jugado a futbol, futbol sala, baloncesto, balonmano, había hecho algo de natación, atletismo… pero el rugby es el deporte de equipo por excelencia y eso es lo que más me gusta. Es un deporte en el que nadie destaca sino tienes un buen equipo. Eso propicia que sea más importante subir y mejorar como equipo que el hecho de que tú seas muy bueno. El mejor jugador del mundo si no tiene un equipo que le apoye no conseguirá absolutamente nada, porque no podría coger la pelota siquiera.
- En un equipo de rugby creo que las posiciones está muy definidas, ¿cuál es la tuya?
Yo juego de pilar, que es el que aguanta el peso de la melé, una de las formaciones fijas del rugby. En la melé hay tres jugadores que se sitúan en la primera fila: el talonador, que mueve el balón cuando se introduce en la melé, y los dos pilares que le flanquean. Los pilares son los encargados de empujar y sostener la melé, que integran un total de ocho jugadores de cada equipo. La melé se dispone cada vez se produce un avant, que es cuando el balón se juega o se te cae hacia delante. En el rugby el balón solo se puede pasar hacia atrás. Después, ya en lo que se denomina juego abierto, los jugadores se dividen entre delanteros y tres cuartos. Los delanteros son los que forman la melé, juegan con más contacto y suelen ser los jugadores de más potencia y menos técnica, mientras que los tres cuartos son jugadores más rápidos y habilidosos.
- ¿Cómo se enfrenta un neurólogo al riesgo de lesiones, sobre todo en la cabeza?
Lo cierto es que los golpes en la cabeza no son tan habituales como podría parecer, depende mucho de la técnica. El contacto puede comportar golpes fortuitos, pero no es lo habitual, ni mucho menos, en todos los partidos. La técnica ya está pensada precisamente para evitar que se produzcan impactos fuertes, de forma que suelen ser leves. De hecho, no se juega con casco. Algunos jugadores si llevan una especie de gorro blandito que más que para proteger la cabeza es para proteger las orejas de los segundas líneas en la melé, porque como se colocan entre las piernas del talonador y del pilar al salir hacia atrás pueden sufrir algún tirón de orejas, literal. Por lo que respecta a otro tipo de lesiones, hasta ahora no he tenido ninguna grave, algún esguince de tobillo, acromioclavicular, alguna fractura de los dedos de la mano… pero, eso si, muchos cardenales y ojos morados.
- ¿Es difícil compaginar los entrenamientos con tu trabajo en el HUB?
Lo cierto es que el rugby exige mucho tiempo, y estoy en un momento de duda sobre si voy a continuar jugando. Además, van entrando jugadores jóvenes y la mayor parte de la gente con la que empecé ya no está en el equipo, y eso hace que ya no te sientas tan conectado con el grupo. El rugby es un deporte muy de piña, llegas a desarrollar una relación muy estrecha con tu compañero, porque tu integridad en el campo depende de él y tu proteges la suya también. Esto conlleva que se desarrollen relaciones de amistad muy intensas y gran parte de los jugadores con los que he compartido lo han ido dejando.
- ¿Y si finamente dejas la práctica como jugador, te planteas continuar ligado al rugby de alguna manera?
Cómo entrenador ahora no me veo, sobre todo por una cuestión de tiempo, pero si finalmente dejo de jugar si que continuaría ligado al club. Lo habitual es que los veteranos animemos desde la grada en los partidos y así compartes un poco de tiempo con antiguos compañeros y con los jugadores nuevos. Además, tenemos un evento anual, la Gira, en que antiguos jugadores y los que estamos en activo nos vamos todos juntos a pasar un fin de semana largo en alguna ciudad. Nos juntamos entre 30 y 70 personas, depende del año. Lo hacemos de forma alterna en una ciudad del país y al siguiente en una internacional. Este año aún no se sabe en qué ciudad se hará, porque se lleva en secreto para desvelar la sorpresa en el último momento. El año pasado fue en Mallorca, por lo que este año debería ser salida internacional.
- Uno de los ritos o costumbres más singulares del rugby es el tercer tiempo ¿en qué consiste?
Es una ley no escrita por la que el equipo local invita a comer y a beber al equipo visitante al acabar el partido, justo después de la ducha. A diferencia de otros deportes en los que acabas enfadado con el otro equipo o como mucho te das la mano al acabar y listos, en el rugby compartes un tiempo al final del partido en el que se comentan las jugadas o se habla de cualquier otra cosa. Con los años así se consigue que los jugadores de los otros equipos te conozcan y te saluden de forma natural, e incluso que se establezcan relaciones de amistad en este tiempo compartido. Habitualmente se hace en el propio campo, en el club social del que disponen todos los clubs. En ese espacio también se junta la gente del equipo en otros momentos, por ejemplo para ver los partidos del Seis Naciones y otros grandes torneos de rugby. Habitualmente los jugadores locales ponen el dinero para comprar la comida y la bebida del tercer tiempo. Entre todos los jugadores existe como el sentimiento de pertenecer a una hermandad del rugby y cuando te encuentras con algún jugador en cualquier rincón del mundo se comparte ese sentimiento.
- En España el rugby es todavía un deporte minoritario ¿crees que todavía existe algún estereotipo negativo sobre este deporte cómo de excesivo contacto?
Si, en España aún es un deporte minoritario, aunque está creciendo en los últimos años. En algunos países si que es un deporte muy mayoritario, como en Francia, donde es casi tan importante como el futbol, o en Inglaterra, donde hay más de 2,2 millones de jugadores federados, Irlanda o Argentina. Aquí no es un deporte muy popular, sino que lo conoces muchas veces cuando ya eres adulto, lo pruebas y muchos nos enganchamos. No hay demasiadas escuelas, no se practica en los colegios… Quizás aquí no ha penetrado tanto la influencia anglosajona y francesa. Por otra parte, existen muchas variedades de rugby y no todas exigen el mismo grado de contacto físico. Tenemos el rugby Union, el clásico de 15 jugadores por equipo, pero también se practica el rugby League y el rugby Siete, con menos jugadores. Han ido surgiendo estas otras variedades de rugby que no son tan físicas como el clásico.
- ¿Es ofensivo preguntar si el rugby y el futbol americano son parecidos?
Son dos deportes que no tienen nada que ver. El balón de futbol americano es mucho más pequeño y el juego es completamente diferente. El rugby, como el futbol, es continuo, mientras que el futbol americano es estático, es una sucesión de fase-parada. Además llevan las armaduras, el campo también es diferente… Con el futbol americano no existe una especial rivalidad o interés. Puede que exista más rivalidad con el futbol, de hecho a un jugador marrullero se le dice que es un futbolero, por ejemplo. En general no existe una rivalidad excesiva con otros deportes, y entre los jugadores de rugby es fácil encontrar personas que vienen de otros deportes, sobre todo como en mi caso cuando llegas al rugby ya con una edad.
- ¿Acabamos con alguna anécdota?
No estoy implicado directamente, pero si el equipo de veteranos del Club Natació Poblenou y es algo escatológica. Esta historia se hizo pública en el podcast de humor La ruina, (a partir del m. 36) en el que la gente cuenta la experiencia más vergonzosa que haya vivido. Pues bien, alguien contó en ese podcast que durante un partido contra nuestros veteranos, en una melé se empezó a expandir un notable olor a materia fecal, que se achacó a alguno de nuestros jugadores. Sin embargo, al final del partido, un jugador rival le recordó a su capitán que un momento determinado le había comentado que se había cagado. El capitán entendió que tenía un acceso de miedo escénico y le animó a continuar compitiendo sin miedo, sin percatarse que no hablaba de forma metafórica, sino más bien literal.