El Hospital de Bellvitge es un hospital público, universitario, investigador e innovador.
Con 5.200 profesionales expertos y comprometidos, es el hospital de proximidad de los ciudadanos del Hospitalet y el Prat de Llobregat, y centro de referencia de máxima complejidad para 2 millones de personas, todo el eje sur de Cataluña.
Es el centro sanitario catalán que más cirugía compleja realiza, especialmente oncológica. Des que en 1984 llevó a cabo el primer trasplante de hígado del Estado, ha sido un referente en este ámbito y actualmente es el centro que realiza más trasplantes de riñón y corazón en adultos.
Integra en sus proyectos la orientación a la mejora de la experiencia del paciente y el trabajo en red con la atención primaria y los centros hospitalarios de su entorno.
Orientado a la medicina personalizada, dispone de las mejores herramientas de diagnóstico genético y de imagen para el cáncer y las enfermedades minoritarias. Además, disponemos del Centro de Alta Precisión Diagnóstica, que incorpora el primer PET/Resonancia Magnética de la red asistencial del Estado.
Impulsa la innovación entre todos los colectivos del centro, como un elemento clave en la generación de conocimiento, evolución y mejora del sistema, junto con la investigación, que se realiza en colaboración con el IDIBELL.
Cuenta con diferentes áreas de expertise que realizan procedimientos innovadores tanto a nivel estatal como internacional, como por ejemplo la cirugía robótica; la atención oncológica; el área del corazón; neurología y neurocirugía; trasplantes; adicciones y trastornos comportamentales; endoscopia; diagnóstico por la imagen y cirugía oftalmológica, entre otras. La atención oncológica se realiza coordinadamente con el ICO, mediante Unidades Funcionales.
Registra anualmente unas 20.000 intervenciones de cirugía mayor; 37.000 altas; 485.000 visitas ambulatorias y unas 100.000 pruebas diagnósticas.
Forma parte del Clúster Biomédico de Bellvitge, un proyecto de futuro que integra diferentes instituciones del área Territorial Metropolitana Sur y que aportará un gran paso adelante en salud digital, medicina personalizada y trabajo con datos.
Pertenece al Instituto Catalán de la Salud.
Un estallido de casos inesperado
En febrero de 2020 llegaba a Cataluña el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, la peor pandemia conocida por el mundo desde la aparición del VIH. En marzo, el repentino estallido de casos obligaba los gobiernos a decretar un confinamiento total de la población. Los servicios de Urgencias se llenaron de pacientes con manifestaciones graves de la enfermedad, y los hospitales se tuvieron que reestructurar a toda velocidad para dar respuesta a aquella inesperada crisis.
Todo el Hospital de Bellvitge se reinventó prácticamente de un día por el otro. El Servicio de Urgencias se reconvirtió en un servicio casi consagrado solo a la COVID-19; el área del enfermo crítico pasó de 68 a 139 camas en el momento más álgido de la pandemia; la unidad de enfermos semicríticos respiratorios pasó de 4 a 70 camas; la actividad diagnóstica del Servicio de Microbiología se multiplicó por ocho; y se hizo un esfuerzo organizativo extraordinario a todos los niveles para aplazar la actividad no urgente, reasignar funciones profesionales, y diferenciar zonas y circuidos.
Los profesionales tuvieron que cambiar la forma de trabajar y de relacionarse para prevenir la transmisión de infecciones –empezando por el uso obligatorio y generalizado de mascarilla– y se tuvieron que restringir las visitas de los familiares para garantizar una asistencia segura.
Fueron meses de estrés y retos emocionales muy duros, pero también de sensaciones estimulantes, como por ejemplo la satisfacción de haberse sabido adaptar a las circunstancias y de tener el cálido apoyo la ciudadanía. Muchos de los nuevos conocimientos y maneras de hacer adquiridos durante aquella crisis –como por ejemplo el mayor uso de las comunicaciones telemáticas– quedarían consolidados en la práctica diaria.
Nuevo edificio polivalente
Todavía en pleno momento álgido de la pandemia, los meses de septiembre y octubre de 2020 se puso en marcha la nueva Área del Enfermo Crítico en el edificio tecnoquirúrgico, con 56 camas –de las cuales 22 eran nuevas plazas– y la más moderna tecnología y equipamientos en medicina intensiva. A pesar de que ya estaban previstas, el estreno de estas instalaciones se aceleró por la necesidad de disponer de más camas de enfermo crítico durante la pandemia.
Paralelamente, el Servei Català de la Salut promovió la construcción de varios edificios anejos a grandes hospitales para mejorar la atención a los enfermos de COVID-19. En el caso de Bellvitge impulsó la construcción, en un tiempo récord de 3 meses y 19 días, de un nuevo edificio polivalente, el Edificio Delta, próximo a la Antigua Escuela de Enfermería y conectado en el edificio tecnoquirúrgico por un pasillo elevado, que empezaría a funcionar en enero de 2021 acogiendo los enfermos semicríticos y las urgencias de COVID-19.
Nuevas unidades y equipamientos
Más allá de la pandemia, el periodo 2020-2021 vio también la apertura de una nueva Unidad de Diálisis que duplicaba la capacidad del anterior y permitiría dar un impulso importante a la diálisis domiciliaria. Se abrió también una nueva Unidad de Enfermos Semicríticos Cardiológicos, con más capacidad, tecnología y confort para el paciente y espacios más amplios y luminosos, y un nuevo Servicio de Farmacia en la planta -1 del edificio tecnoquirúrgico que triplicaba los espacios interiores e incorporaba plenamente la robotización y la automatización de sistemas.
Con esta inauguración, culminaba el largo proceso de puesta en funcionamiento del edificio tecnoquirúrgico, iniciado en 2014 con la apertura del nuevo Servicio de Urgencias.
Más avances en trasplantes
A su vez, continuando con su histórico nivel de excelencia en trasplantes, el Hospital de Bellvitge realizó el primer trasplante renal ortotópico con cirugía robótica del mundo y el primer trasplante cardíaco con un donante con corazón parado de Cataluña. Lideró también el nuevo modelo de traslado del paciente crítico –en que especialistas del hospital se integran al equipo de la ambulancia medicalizada–, y la implantación a diferentes servicios quirúrgicos de los programas Enhanced Recovery After Surgery (ERAS).
Otra prestación incorporada fue la radioterapia intraoperatoria para el tratamiento de los tumores cerebrales, mientras que la reconstrucción esofágica compleja conoció un nuevo impulso gracias a la creación de la primera unidad del Estado especializada en esta cirugía.
Paralelamente, se hizo una apuesta importante por la innovación con el impulso desde la Dirección de varios proyectos de transformación digital, de aplicación de la inteligencia artificial a la mejora de diagnósticos y tratamientos, y de reingeniería de los procesos asistenciales, entre otros. Asimismo, también se continuó promoviendo el trabajo en red y la incorporación de la experiencia del paciente en los procesos asistenciales.
2022 - Aniversario mirando al futuro | 50 años de excelencia
De noviembre de 2021 a noviembre de 2022, el hospital celebró su 50.º cumpleaños con un intenso programa que incluyó, entre otros iniciativas, un acto académico en el Paraninfo de la UB, la cena de gala en las Drassanes Reials, reconocimientos del Gobierno (placa Josep Trueta al mérito sanitario) y de los ayuntamientos del Hospitalet y el Prat de Llobregat, la edición del libro Hospital Universitario de Bellvitge. 50 años, tres exposiciones conmemorativas y dos ciclos de charlas divulgativas. Los actos tuvieron una gran repercusión en la ciudadanía y reforzaron la buena imagen del hospital.
Innovación y medicina personalizada
Este mismo 2022, se puso en marcha el Centro de Alta Precisión Diagnóstica, con el primer PET/RM asistencial de la sanidad pública española, gracias al apoyo de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu. También inició su actividad el Centro de Simulación Médico-Quirúrgico Avanzada (SimHUB), con la voluntad de acontecer una plataforma de referencia para la formación de los profesionales asistenciales. Así mismo, el hospital incorporó un tercer robot quirúrgico, una gammacámara SPECT/CT con prestaciones pioneras, y el primer analizador clínico automatizado y asistencial con espectrometría de masas. La innovación y la medicina personalizada eran dos conceptos cada vez más imprescindibles en todas las iniciativas del centro. Dentro de este marco, se inició el proyecto Strack, de seguimiento intensivo de los pacientes durante el primer año después del ictus mediante monitorización remota y trabajo en red, y se consolidó el proyecto interhospitalario DigiPATICS, de telediagnóstico y telepatología con escaneados de muy alta resolución.
Pioneros y líderes
Otros hitos destacados del 2022 fueron la primera cirugía de reasignación de sexo robótica realizada en Europa, los nuevos récords logrados en trasplantes, y la confirmación del liderazgo en procedimientos de cirugía oncológica compleja en Cataluña (operaciones de cáncer de pulmón, hígado, recto, estómago, esófago, páncreas y tumores cerebrales).
Relevo en la dirección
En febrero de 2016, el nuevo conseller Antoni Comín nombró al Dr. Andreu director de Investigación e Innovación del Departament de Salut. Le sustituyó en la Gerencia Territorial Metropolitana Sur la Dra. Montserrat Figuerola, quien designó como directora del Hospital de Bellvitge a la Dra. Cristina Capdevila.
El Plan estratégico 2016-2020 de la nueva dirección marcó el posicionamiento del centro en base a tres ejes estratégicos: mejorar la experiencia del usuario, apostar por el desarrollo profesional y el talento, y liderar el trabajo en red. Para impulsarlos, se identificaron dos palancas transversales: la innovación-investigación y la transparencia-benchmarking.
El mismo año 2016 tuvieron lugar el traslado de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria al edificio tecnoquirúrgico y la entrada en funcionamiento en el mismo edificio del Área del Enfermo Crítico - Unidad de Reanimación de Urgencias. En los espacios liberados por este traslado, en febrero de 2017 se inauguró una nueva área quirúrgica de oftalmología, dotada con microscopios quirúrgicos de última generación, instrumentos de técnica OCT intraoperatoria y aparato láser femtosegundo.
Nueva unidad coronaria y quirófanos de CMA
Dentro del marco del hospital en red, en mayo de 2017 arrancaba el programa territorial de atención a la insuficiencia cardíaca comunitaria, que integraba la atención hospitalaria, primaria, comunitaria y sociosanitaria. En la vertiente terciaria de esta misma especialidad, al mes siguiente se ponía en marcha la Unidad de Cuidados Críticos Cardiológicos, con tecnología de última generación para enfermos cardíacos de alta complejidad.
La renovación de los espacios quirúrgicos continuó con la inauguración, en julio de 2017, de siete nuevos quirófanos de cirugía mayor ambulatoria en el edificio tecnoquirúrgico, como primera fase de la puesta en marcha del nuevo bloque quirúrgico del hospital. Además de la tecnología puntera (radioterapia intraoperatoria, pantallas con resolución 4K, integración de señales...), los nuevos quirófanos también presentaban mejoras para los familiares, como un sistema de información en tiempo real sobre la localización de los pacientes.
Avances y nuevas infraestructuras
El Hospital Universitario de Bellvitge fue uno de los que se consagraron a la atención de víctimas de los atentados terroristas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona. Entre abril de 2017 y abril de 2018, las listas de espera quirúrgicas se redujeron un 20%, se consolidaron puestos de trabajo y se incrementó la plantilla. Asimismo, el hospital batió récords de trasplantes renales, cardíacos y hepáticos, además de liderar la implantación de corazones mecánicos. En octubre de 2018, realizó sus primeros trasplantes renales con cirugía robótica.
En diciembre de 2018, se abrió en la primera planta del bloque tecnoquirúrgico una nueva área de endoscopia digestiva y respiratoria con más salas de exploración, más espacio de trabajo en cada una de las salas, y un completo equipamiento en tres de ellas para la práctica de la endoscopia intervencionista avanzada.
En mayo de 2019, el hospital alcanzaba un nuevo hito con la implantación de su primer corazón artificial total y, aquel mismo mes, tras haberse consolidado en los últimos diez años como uno de los centros de referencia indiscutibles en cirugía robótica, incorporó un segundo quirófano robotizado de última generación.
Culminación del nuevo bloque quirúrgico
En septiembre de 2019, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, inauguró el nuevo bloque quirúrgico completo del hospital, formado por un total de 31 quirófanos (entre los cuales, los 7 de cirugía ambulatoria ya abiertos en 2017). Este bloque incluía por primera vez en España tres quirófanos híbridos (dos con TC y uno con angio-TC), además de los dos quirófanos robotizados. Asimismo, se puso en funcionamiento una nueva central de esterilización. Estas nuevas infraestructuras sustituían finalmente al obsoleto bloque quirúrgico antiguo, en funcionamiento desde la inauguración del centro, y situaron el hospital como uno de los mejores de Europa en tecnología, equipo humano y profesionalidad.
Por las mismas fechas, se lograba otro hito con la culminación definitiva, tras un proceso de diez años, del Laboratorio Clínico Territorial Metropolitana Sur, que agrupaba a todos los Laboratorios del ámbito territorial del hospital e incrementaba la eficacia y la seguridad gracias a la mecanización de una parte muy importante de todos los procesos.
Asimismo, se puso en marcha también una Unidad de Apoyo a la Investigación, con instalaciones propias, con el fin de prestar todo tipo de ayuda y apoyo a los investigadores del hospital.
Gestión por procesos y humanización
Paralelamente a todos estos avances en equipamientos e infraestructuras, el objetivo de implicar a los profesionales en la toma de decisiones se materializó durante estos años en iniciativas como el impulso de la gestión por procesos (metodología lean), basada en el trabajo de grupos de profesionales implicados en todas las fases de un mismo proceso para detectar las carencias y consensuar propuestas de mejora.
Asimismo, se llevaron a cabo proyectos de humanización como RELAT-Hos –una iniciativa que invitaba a los pacientes a escribir durante su estancia en el hospital– o la organización de miniconciertos de reconocidos músicos en distintos espacios del hospital para mejorar la estancia de los pacientes, entre otros.
Traslado de las Urgencias
Después de que el Plan de Sostenibilidad del Sistema Sanitario obligara a aplazar el equipamiento y la puesta en marcha del nuevo bloque tecnoquirúrgico, en el año 2014 se pudo celebrar por fin la esperada apertura del edificio, que de hizo de forma escalonada.
Esto fue precedido de la renovación de una parte importante del Equipamiento Radiológico del hospital, con la Incorporación, entre otros, de una nueva sala de telemando multifunción y de un nuevo escáner de tomografía computarizada, el más avanzado en aquel momento.
El nuevo edificio se estrenó con la puesta en funcionamiento, el 1 de noviembre de 2014, del nuevo Servicio de Urgencias a la planta baja del complejo.
Con una superficie de casi 6.000 m² y 64 boxes asistenciales distribuidos en cuatro módulos especializados, las nuevas Urgencias triplicaban el espacio anterior de este servicio tan importante para la ciudadanía. Recibió una inversión en equipaciones de unos 5 millones de euros.
Nuevo hospital de día y gabinetes neurológicos
El marzo de 2015, fue nombrado nuevo gerente del hospital y del área Metropolitana Sur el Dr. Antoni Andreu. El Dr. Andreu creó la figura del director asistencial del hospital, que recayó en el Dr. Rafael Máñez. Así mismo, accedió a la dirección enfermera la Sra. Gemma Martínez Estalella.
En esta etapa, se dio un paso más en la progresiva puesta en marcha del edificio tecnoquirúrgico con el traslado a las nuevas instalaciones, el septiembre de 2015, del hospital de día médico, la unidad de esclerosis múltiple, y la unidad de neurofisiología.
Otras mejoras fueron la renovación de las instalaciones del Servicio de Anatomía Patológica, la habilitación de nuevos espacios para Hospitalización a domicilio y Atención a la Ciudadanía, la ampliación de los espacios de la Unidad de VIH, y el inicio de las obras del Laboratorio Clínico Territorial.
A nivel asistencial, destacaron la creación de una Unidad de Hemorragia Digestiva y la puesta en marcha del programa Transfusión Segura.
A pesar de las dificultades, el centro mantuvo su nivel de excelencia asistencial, como lo demuestra el hecho que obtuviera la prestigiosa distinción como Hospital TOP20 en seis de las siete ediciones celebradas entre el 2009 y el 2015 de estos galardones, basados en el análisis de datos objetivos.
Contención del gasto
A consecuencia de la crisis económica, en 2011 estuvo marcado por la aplicación del Pla de Medidas Urgentes para la Sostenibilidad del Sistema Sanitario. Tal como sucedió en el resto de hospitales públicos y concertados catalanes, las medidas de contención del gasto tuvieron una incidencia tanto a nivel horario como salarial sobre el conjunto de la plantilla.
Así mismo, en el plan organizativo, significaron la supresión de un 30% de cargos directivos, sobre todo mediante la unificación de equipos del Hospital de Bellvitge, el Hospital de Viladecans y Atención Primaria Costa de Poniente.
En aquellos momentos especialments delicados, el esfuerzo y a la generosidad de los profesionales fueron claves porque el hospital pudiera continuar ofreciendo a la ciudadanía toda su cartera de servicios sin ninguna mengua en la calidad asistencial.
Cirugía robótica
Aquel año fue también el de la consolidación de la cirugía robótica al hospital, así como el de la puesta en marcha de la Red Teleictus, de colaboración a distancia, en tiempo real, con los centros comarcales en asistencia al accidente vascular cerebral. También se completó la digitalización de la historia clínica del paciente, y se implantaron la estación de trabajo de enfermería Gacela Care y el Sistema de Notificación y Aprendizaje para la Seguridad del Paciente (SiNASP).
Otras iniciativas fueron la puesta en marcha del triaje enfermero estructurado al Servicio de Urgencias, la creación de un callo center de atención al usuario para la programación de visitas, y la construcción de nuevas escalas entre las plantas 1 y 4 del edificio principal.
El hospital, que aquel año se integró en el Campus de Excelencia Internacional de la Salud de la Universitat de Barcelona (HUBc), protegió especialmente su actividad terciaria, donde obtuvo resultados particularmente excelentes en ámbitos como por ejemplo los trasplantes, el tratamiento terciario del ictus, o el código infarto, entre otros.
Así mismo, priorizó la cirugía urgente, oncológica y cardíaca, y abordó las listas de espera que sufrían una situación más problemática con la implantación de planes de choque específicos.
Colaboración con los hospitales del territorio
El junio de 2012, el Dr. Xavier Corbella y el Dr. Albert Salazar dejaron la gerencia y la dirección médica del hospital para pasar a ejercer estas mismas funciones en el Hospital de la Santa Cruz y Santo Pablo. Los sustituyeron el Dr. Alfredo García como gerente y el Dr. Carlos Bartolomé como director médico. En la dirección enfermera, continuó la Sra. M. Antònia Casado.
El hospital continuó potenciando la colaboración asistencial con el Hospital de Viladecans, así como los acuerdos de coordinación de la atención médica y quirúrgica de alta especialización con otros hospitales de su área de influencia.
También emprendió o consolidar iniciativas como por ejemplo el recordatorio de visita o prueba a través de SMS, el preoperatorio virtual en cirugía mayor ambulatoria y en endoscopias con sedación, o el programa de abordaje del paciente crónico complejo, entre otros.
Así mismo, creó nuevas unidades asistenciales, como por ejemplo la Unidad Funcional de Pie Diabético o la Unidad Multidisciplinaria de Amiloïdosi Familiar, e implantó un nuevo sistema automatizado de recogida de ropa bruta y residuos mediante tubos neumáticos.
Aula de Pacientes
A un nivel más social, puso en marcha el aula de Pacientes, un proyecto para favorecer la comunicación entre médicos y pacientes y entre los mismos pacientes y sus familiares, tanto mediante sesiones presenciales como través de medios telemáticos.
Así mismo, habilitó para los trabajadores el Portal del Profesional, que los permitió una autogestión más cómoda y eficiente en materia de recusos humanos, y redefinió los valores y el modelo futuro del hospital mediante un proceso participativo abierto a todos los profesionales.
Reorganización del ICS
El periodo 2007-2010 se inició con importantes cambios al Instituto Català de la Salud, que se constituyó en empresa pública e impulsó un cambio en sus estructuras orgánicas en base a las gerencias únicas territoriales, integrando atención especializada y primaria en 9 áreas en todo Cataluña.
Para nuestro hospital, esto se tradujo en el hecho que su nuevo gerente, Dr. Xavier Corbella, asumió la gerencia del área Metropolitana Sur del ICS. Desde este momento se desarrollaron toda una serie de acciones de coordinación y de establecimiento de sinergias entre los equipos de profesionales del hospital y los de la atención primaria del territorio y también del Hospital de Viladecans, con el objetivo final de ofrecer una atención más integral y eficiente al ciudadano.
Mejoras en la gestión asistencial
En el ámbito asistencial del HUB, esta nueva etapa fue liderada por el Dr. Albert Salazar, director médico, y la Sra. Marisa Ridao, directora de enfermería.
El 2007 fue el año de la implantación y posterior extracción con total éxito por parte del Servicio de Cirugía Cardíaca de la HUB del primer coro artificial del Estado. También se remodeló del edificio de la antigua cafetería como edificio de investigación, y se incorporó el entorno informático SABE, común a todos los centros del ICS, a la gestión económica y financiera del hospital.
En los dos años siguientes, se hicieron importantes esfuerzos de gestión asistencial en ámbitos como por ejemplo el del incremento de las altas preavisadas o los nuevos dispositivos de recepción de pacientes programados para cirugía convencional para reducir las estancias prequirúrgicas. También se puso en marcha un nuevo modelo organizativo de la enfermería del Hospital, que tuvo como resultado una participación más activa de la enfermera en el proceso asistencial y una mejora del continuum de curas fuera del turno, la unidad y el Hospital.
Hay que destacar también la puesta en marcha de las direcciones clínicas, una fórmula organizativa impulsada desde el ICS para agilizar la toma de decisiones, dar más autonomía de gestión a los profesionales, aprovechar sinergias, favorecer la integración territorial y mejorar la interrelación del personal médico, de enfermería y administrativo. La primera dirección clínica implantada fue la de las dolencias del aparato respiratorio.
También se abrió la Unidad Geriátrica de Agudos y la Unidad de Curas Intermedias Respiratorias, entre otros obras de mejora.
Acreditaciones y nuevo impulso al *IDIBELL
Como resultado, en parte, de estos esfuerzos, el 2009, el HUB fue galardonado por tercera vez con el premio TOP 20 como uno de los mejores hospitales de España.
En este periodo 2007-2010, el Hospital reforzó también su reconocimiento a nivel estatal con acreditaciones de hospital de agudos de carácter asistencial, docente y de investigación, en algunas de las cuales fue uno de los centros pioneros. Servicios como por ejemplo el Laboratorio Clínico también obtuvieron o ampliar sus acreditaciones ISO, y el de Oftalmología fue reconocido como referente estatal en cuatro patologías.
Paralelamente, el IDIBELL se vio reforzado con una nueva organización más sólida y moderna estructurada a partir de la presidencia de la Junta de Gobierno por parte del Dr. Xavier Corbella y de una dirección general asumida por el Sr. Emilià Pola. También se incorporó a este instituto el prestigioso grupo de investigación en epigenética liderado por el Dr. Manel Esteller.
Unos meses después, el presidente de la Generalitat y la ministra de Ciencia e Innovación presentaban solemnemente el Consorcio *Biopol, el clúster de hospitales, universidades, centros de investigación y empresas del sector biomédico que se empezaba a construir alrededor del HUB y el IDIBELL, y que iría unido a una transformación urbanística que tenía que situar el Hospital Universitario de Bellvitge en un nuevo eje de centralidad ciudadana en l'Hospitalet de Llobregat.
Construcción de un nuevo bloquetecnicoquirúrgico
Este periodo fue también el de las obras de construcción de la Fase II del Proyecto NuevoBellvitge, consistente en un nuevo edificio de 42.000 m2 distribuidos en cuatro plantas destinado a albergar los nuevos servicios de Farmacia, Esterilización, Urgencias, gabinetes de exploración, hospitales de día, nuevo bloque de 32 quirófanos, y nueva área de enfermo crítico con 80 camas de UCI y reanimación.
Mejora de las infraestructuras e instalaciones
Mientras proseguía la construcción del nuevo bloque tecnicoquirúrgic, no quedó olvidada la renovación y ampliación de las instalaciones ya existentes, con acciones como por ejemplo el acondicionamiento y remodelación de las dependencias del área de dolencias del sistema nervioso, la renovación del Laboratorio de Electrofisiologia, o la puesta en marcha de la Unidad Funcional de MPOC, entre otros. Además, se comenzó una destacada línea de innovación tecnológica en medicina robótica con la incorporación del sistema quirúrgico robotizado Da Vinci.
Fue también el año del arranque de nuevas unidades funcionales oncológicas y no oncológicas, del inicio del Código infarto, y de un proyecto pionero de preservación del riñón basado en la preservación renal pulsativa. Convertido en el quinto hospital trasplantador de España en riñón y hígado y lo sexto en coro, el Hospital celebró aquel 2009 los 25 años del primer trasplante de hígado.
Por otro lado, se reforzaron las medidas de protección contraincendios y las restricciones al consumo de tabaco en todo el recinto hospitalario. Así mismo, tuvo grande un impacto y visibilidad la remodelación de los viales y espacios de aparcamiento del recinto, con la creación de un carril bici y nuevas plazas para discapacidades, con objeto de adecuar estos espacios a los requerimientos de seguridad y mejorar la accesibilidad de los usuarios.
En el ámbito de la cooperación social, destaca el acuerdo firmado con la Fundación Vicenç Ferrer, en virtud del cual profesionales del HUB prestan ayuda a la importante actividad que esta entidad lleva a cabo en varios hospitales del centro de India.
Relevo en el equipo directivo
Con el cambio de gobierno al frente de la Generalitat de Cataluña, se incorporaron también nuevas personas a la dirección del Instituto Català de la Salud y del Hospital Universitario de Bellvitge, que pasó a estar encabezado desde la gerencia por el Dr. Joan Berenguer.
Entre las mejoras de este periodo, hay que destacar la inauguración de las nuevas instalaciones de la Unidad de Estudios Respiratorios del Son, con cuatro habitaciones perfectamente insonorizadas, aislamiento eléctrico y térmico, sistemas de grabación acústica, y cámara de video para el seguimiento sistemático del sueño de los pacientes.
También durante este periodo el Instituto de Investigación Oncológica se integró a la IDIBELL, y se avanzó en la formación del Biopol del Hospitalet. Así mismo, el Hospital volvió a recibir la acreditación Top 20 al mejor hospital de referencia de Cataluña.
Una inauguración muy esperada
De todas maneras, el gran hito de estos años fue la inauguración, el 26 de abril de 2006, del nuevo edificio de Consultas Externas. Este acontecimiento constituyó uno de los momentos culminantes de la historia del Hospital.
Con un total de 14.361 m² y una inversión de 17 millones de euros, el nuevo edificio incluía 136 nuevas consultas de 18 m², el doble de las precedentes. Estaba distribuido de manera racional, haciendo que la relación entre el espacio y los usuarios fuera lo más coherente y confortable posible.
Para un Hospital llastat históricamente por la carencia de espacios y por la discutible visión arquitectónica de principios de los años setenta, la inauguración de este edificio moderno y funcional significó una verdadera una alentada de aire fresco para sus profesionales y usuarios.
Las nuevas consultas fueron inauguradas por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, acompañado de la consejera de Salud, Marina Geli.
Entre los mejores
El año 2004, el Hospital Universitario de Bellvitge fue reconocido como uno de los cuatro mejores grandes hospitales docentes del Estado por el programa Top 20, un sistema elaborado la empresa de servicios sanitarios Iasist para analizar la calidad de gestión y asistencial de los más de 150 hospitales.
Este programa había analizado los datos objetivos aportados voluntariamente por los hospitales, promoviendo así la transparencia de resultados y la comparación positiva de indicadores, y donde los centros con un porcentaje menor de mortalidad, complicaciones y gasto registraban unos mejores resultados.
Además, la página web del Hospital recibió el premio del Consorcio Hospitalario de Cataluña a la mejor página de una institución sanitaria.
Por otro lado, en julio se presentó la unidad de diseño integral de Tomografía por Emisión de Positrones y Tomografía computarizada (TEP-TC), una herramienta diagnóstica clínica que tenía que significar importantes mejoras en el diagnóstico del cáncer de pulmón, linfomas, cáncer de esófago, cáncer colorrectal, melanoma, cáncer de jefa y cuello y cáncer de mama, entre otros, gracias a la posibilidad de detectar de manera precoz las patologías y de localizar con más exactitud las áreas del cuerpo afectadas.
Investigación para el paciente
El 16 de junio de 2004 se constituyó la fundación de investigación Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) como sucesora de la Fundación Augusto Pino y Sunyer.
Unificando los recursos de investigación a Bellvitge del Hospital Universitario de Bellvitge, el Instituto Català de Oncología, la Universitat de Barcelona, el Instituto de Diagnóstico por la Imagen, el Centro de Transfusiones y Banco de Tejidos y el Instituto de Investigación Oncológica, la IDIBELL establecía un nuevo marco para la investigación con objeto de potenciar la creación de redes de trabajo para la transferencia de tecnología y la formación de plataformas biotecnológicas mixtas.
Así mismo, un otros de los objetivos básicos del IDIBELL era integrar en un mismo instituto de investigación biomédica los investigadores básicos y clínicos, trabajando para hacer avanzar la investigación translacional en beneficio directo de los enfermos y de la sociedad.
Se constituyó con cinco grandes áreas o programas dedicados al cáncer y la genética molecular humana, las neurociències, la patología infecciosa y trasplante, los factores de crecimiento, hormonas y diabetes, y las dolencias inlamatorias, crónicas y degenerativas.
Todo esto sucedía en un contexto general en que, después de haber ido siempre un paso atrás en relación al resto de países más industrializados en cuanto a investigación, Cataluña y España hacían un esfuerzo muy importante de dotación económica, material y humana en este ámbito.
Una nueva fachada
La primera acción concreta del Proyecto Nuevo Bellvitge fue la remodelación de la fachada y el cambio de ventanas del Edificio Prínceps de España.
Históricamente, las fachadas del Hospital tenían dos deficiencias: una de seguridad, debida a la caída de baldosas, y otra de obsolescencia del material. El objetivo principal era mejorar el hermetismo y reducir así el impacto del ruido, por lo cual se sustituyeron las anteriores ventanas por otras de tipo oscilobatiente que normalmente permanecerían cerradas o, en todo caso, el usuario solo podría abrir unos 12 centímetros. Este sistema permitió evitar la formación de corrientes y aumentó la seguridad.
En cuanto a la fachada, el cambio de las ventanas estuvo acompañado de la restauración del muro cortina. Además de ser un revestimiento más seguro, la imagen del hospital pasó del antiguo color azul a una tonalidad más moderna.
Estos obras empezaron el julio de 2001 y, siguiendo el plan previsto, a final del mes de agosto se dieron por finalizadas.
También durante aquel año se puso en marcha una unidad de cuidados intensivos postquirúrgiques de cirugía cardíaca, se inició la digitalización de imágenes, y se desarrollaron tratamientos como por ejemplo el de la degeneración macular.
El hospital inició así mismo la primera fase de desarrollo de un nuevo modelo de calidad, denominado EFQM, y los servicios de Bioquímica Clínica y de Esterilización implantaron un sistema de garantía de calidad basado en la norma UNE-EN-ISO 9002.
Compartiendo responsabilidades
El junio de 2002, la firma de las direcciones clínicas de Cirugía General y Digestiva y Bioquímica Clínica significó uno de los cambios organizativos más importantes de aquellos años. Las direcciones clínicas se concibieron como la mejor manera de compartir responsabilidades y de acercar al máximo la toma de decisiones a los profesionales.
Por las mismas fechas, y en un contexto en qué había ido desapareciendo de manera progresiva de los diferentes hospitales públicos de Cataluña el nombre de Ciudad Sanitaria –una expresión de difícil interpretación fuera de nuestro país– y en que volvía a arraigar con fuerza el concepto de hospital como nombre básico, se decidió adoptar la denominación Hospital Universitario de Bellvitge, más comprensible a nivel general, especialmente en el caso de las relaciones internacionales.
Los nombres Prínceps de España y Duran y Reynals se conservaron por indentificar los edificios de manera independiente a las organizaciones que alojaban.
El mismo año, se puso en marcha el Proyecto hospital libre de humo del tabaco. En el marco de la Red Europea de Hospitales Sin Humo, el Hospital se comprometió a trabajar para mantenerse como un centro sin humo y dar así el mejor ejemplo para recomendar hábitos saludables a los pacientes y familiares.
En cuanto a las obras, después de la remodelación de las ventanas del Edificio Prínceps de España empezaron en 2002 las obras del nuevo edificio de Consultas Externas. En verano se hicieron los primeros movimientos, que incluyeron las acciones necesarias para construir una nueva Resonancia Magnética, la remodelación de la sala de actas y una nueva cocina. Así mismo, se trabajó en la reorganización de Reanimación Postquirúrgica Cardíaca y en una nueva área de recepción de Anatomía Patológica.
Nueva sala de actos
Mientras las obras del nuevo edificio de Consultas Externas continuaban adelante, uno de los hechos más relevantes del 2003 fue la inauguración de la nueva sala de actas.
Dotada de tecnología de primer nivel, la nueva sala grande disponía de una pantalla de 8 x 4 metros, una mesa equipada con un ordenador fijo al atril y cuatro pantallas TF1 para ver el que se proyectaba por pantalla, así como mejoras importantes en el control técnico, un control automatizado de las equipaciones, y un equipo de sonido y de iluminación adaptados a las nuevas exigencias de la sala.
Al anfiteatro de la antigua sala de actas se habilitó una segunda sala, con capacidad para 82 personas, equipada con una pantalla de 3 x 2,6 metros, un proyector de diapositivas, uno de video/data y un ordenador, con la posibilidad de conectarse con la sala grande para ver, escuchar e incluso preguntar a los ponientes de la sala grande
Veinticinco años intensos
El Hospital Universitario de Bellvitge celebró en 1997 su vigésimo quinto cumpleaños con un extenso programa de actividades científicas, culturales y lúdicas, como muestra de la voluntad decidida de proyección hacia el futuro.
Este cuarto de siglo había consolidado una cultura profesional y humana basada en la solidaridad, la vitalidad, y el deseo de saber más y de hacerlo cada vez mejor.
Durante los últimos años del siglo XX, algunas de las grandes líneas de la gestión de nuestro Hospital fueron el acercamiento de los profesionales a la toma de decisiones y el impulso a la cirugía ambulatoria, la cirugía de corta estancia, las camas de subagudos, y los circuitos de diagnóstico rápido (especialament en el ámbito oncológico).
Se procedió así mismo a la informatización de los laboratorios, y continuó la intensa actividad de nuestro Hospital en publicación de guías, protocolos y planes de curas.
También se inauguraron unas nuevas instalaciones del Servicio de Rehabilitación, con un aumento de superficie de 400 metros cuadrados, un nuevo gimnasio, nueve cabinas para el tratamiento individualizado de fisioterapia, una sala de terapia ocupacional, y el primer laboratorio de España para pruebas funcionales del aparato locomotor, entre otros equipaciones.
El año 1997 fue también el de la celebración del I Congreso Europeo de Informática en Enfermería, con más de 300 asistentes.
El hospital en casa
Otras hitos de estos años fueron la inauguración de una nueva planta de cogeneración y absorción que casi triplicaba la capacidad de producción de potencia del anterior, así como la apertura de un nuevo espacio de extracciones, y la ampliación del Servicio de Microbiología.
El noviembre de 1998 se abrió la unidad 6-1 como Hospital de Día –una alternativa a la hospitalización convencional para pacientes que hasta entonces hacían estancias de 24 a 48 horas y que podían beneficiarse de una alternativa asistencial menor de doce horas– en sustitución del Hospital de Día anterior, situado a la planta 0.
Desde hacía años, el Hospital atendía algunos pacientes en su domicilio (nutrición artificial a domicilio, diálisis peritoneal, ventilación mecánica a domicilio…). A finales del 2000, se hizo un importante paso adelante en este sentido con la puesta en marcha de una unidad de hospitalización a domicilio, formada inicialmente por un equipo de dos médicos y una enfermera y reforzados poco más tarde por dos enfermeras más.
Este equipo se centró principalmente en la atención en su propio domicilio de pacientes residentes en l'Hospitalet de Llobregat y el Prat de Llobregat afectados por dolencia pulmonar obstructiva crónica o insuficiencia cardíaca congestiva.
Bellvitge a TV3
Era una época en que el exceso de presión asistencial que sufrían todos los servicios de urgencias hospitalarios catalanes durante el invierno se había convertido en un problema de primera magnitud a casa nuestra. Para afrontar esta situación, el Hospital llevó a cabo una profunda reforma del Servicio de Urgencias que permitió dar una respuesta más rápida a la demanda urgente, resolver eficazmente los professos agudos que motivan la consulta, y derivar hacia otros dispositivos asistenciales –propios o ajenos– el seguimiento de estos procesos.
Durante el 1999, el Hospital, su gente y sus pacientes fueron protagonistas de la serie de TV3 *Bellvitge Hospital. Esta innovadora serie, firmada por Francesc Escribano i Joan Úbeda, mostraba un retrato de los problemas, ilusiones, sueños y retos de la vida de los profesionales y pacientes que trabajaban en el Hospital, con el cruce de historias reales que tenían continuidad a lo largo de los diferentes episodios. Con el tiempo, esta serie ha acontecido una de las más recordadas de TV3.
También en aquella época se empezó a desarrollar una presencia importante del Hospital a Internet, con la creación de una web con un amplio abanico de informaciones y servicios para el usuario.
Nueva dirección y nuevos hitos
Desde 1995, la Dirección Médica estuvo a cargo de la Dra. Rosa Ramón, y un año más tarde el Sr. Manuel Feu fue sustituido al frente de la gerencia por el Dr. Pere Soley.
El 1995 se creó oficialmente el Banco de Arterias Humanas, vinculado al Servicio de Cirugía Vascular. Este mismo año el Servicio de Otorrinolaringología realizaba un implantamiento coclear, hecho que representaba un gran adelanto para los enfermos sordos profundos de origen neurosensorial. También se inició, dentro del Servicio de Medicina Preventiva, el Centro de Vacunaciones del Adulto, una unidad que actuaba como centro de referencia de la Región Sanitaria Costa de Poniente. Por otro lado, se creó el Centro de Dispensación de Metadona, con capacidad para atender 150 pacientes.
La creación de una unidad específica para el tratamiento de la esclerosis múltiple fue un hito que se logró como resultado de las investigaciones que se desarrollaban en este campo dentro del hospital, especialmente las relacionadas con la investigación de las propiedades del interferón para luchar contra esta dolencia.
Por su parte, el Servicio de Psiquiatría potenció el Programa de trastornos alimentarios con la puesta en marcha de un comedor, y continuó con la tarea de la Unidad de Juego Patológico, pionera al Estado español, que se creó oficialmente en enero de 1996. Ambas unidades son un punto de referencia para otros hospitales de Cataluña y han conseguido un reconocimiento nacional e internacional.
Desde el 1995, el Servicio de Dermatología empezó a emplear la puvateràpia. Un año más tarde, incorporó el láser para los tratamientos que se realizan en este Servicio, una técnica líder en los hospitales públicos catalanes. Aquel mismo año se creó también una Unidad de Corta Estancia medicoquirúrgica.
Un centro integral para el cáncer
El 1987 la Generalitat de Cataluña se había hecho cargo del Hospital Duran y Reynals y lo incorporó al ICS. Duran y Reynals se integró al conjunto de la Ciudad Sanitaria y Universidad de Bellvitge y desde aquel momento empezó a crecer y a dotarse de servicios que partían de los servicios de origen del edificio Prínceps de España. Así, al final de los años ochenta se abrió el Servicio de Oncología Radiotèrapica, el más grande de Cataluña, y la Unidad de Braquitèrapia.
El 1990 se puso en marcha el Hospital de Día –el cual, posteriormente, formó parte del Servicio Oncológico Médico- y el registro de tumores hospitalario. Un años más tarde se inició la actividad de Curas Paliativas, primero como equipo de apoyo y el 1995 ya como unidad. El 1992 se construyó el Servicio de Hematología Clínica y también el Servicio de Epidemiología y Registro del Cáncer, que incorporaba el registro de tumores hospitalario, y el 1994 se puso en marcha la Unidad de Terapia Intensiva.
Finalmente, el 1995 todas estas iniciativas culminaron en la construcción del Instituto Català de Oncología (ICO), como agrupación de servicios relacionados con la atención oncológica. El ICO nacía de los servicios de origen del Edificio Prínceps de España, los cuales se añadió la Unidad de Control y Prevención del Cáncer del Departamento de Sanidad y Seguridad Social.
El ICO se definía como un centro de referencia de Cataluña en materia oncológica, con dos misiones prioritarias: asesorar el Departamento de Sanidad en el ámbito de la atención oncológica y el control de cáncer en Cataluña , y actuar como centro de atención oncológica en los ámbitos asistenciales, docente y de investigación.
Se constituyó como empresa pública adscrito al Servicio Català de la Salud, autonòma en relación a la Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge y con personalidad jurídica propia. Así, el ICO y la Ciudad Sanitaria pasaron a compartir servicios comunes y generales y también a colaborar en el terreno asistencial, docente y y de investigación. El primer director del ICO fue el Dr. Pau Viladiu.
En el Hospital Duran y Reynals también se ubicaban en aquellos momentos dos institucios: el Instituto de Diagnóstico por la Imagen (IDI) y el Instituto de Investigación Oncológica (IRO). El IDI, creado también como empresa pública del Servicio Català de la Salud el 1991, realizaba pruebas de resonancia magnética nuclear y las tomografías axiales computadas. El IRO, constituido el 1992, era un ente dedicado a la investigación biomédica, en especial a la oncológica, que posteriormente se integraría a la IDIBELL
Hora de estrecharse el cinturón
El 1993 se incorporó como gerente el Sr. Manuel Feu. En unos momentos en que se empezaba a hablar de importantes limitaciones presupuestarias de la Administración y de posibles recortes en los servicios del que conocemos como Estado del bienestar, poco a poco todos los servicios del hospital y también desde la dirección se iniciaron programas y propuestas para optimizar los recursos sin perjuicio de la calidad asistencial.
Aquel año se creó la Unidad de Medicina de Urgencias del Servicio de Medicina Interna para atender los pacientes agudos que podían necesitar una estancia corta. Junto con estas actuaciones de optimización de los recursos asistenciales, se hizo un esfuerzo para conseguir una disminución sustancial y racional de los stocks de material.
También el 1993 se puso en marcha el equipo de paro cardiaco, que cubría todo el hospital, se inauguró la Unidad de Resonancia Magnética y se abrió la UFIS (Unidad Funcional Interdisciplinaria Sociosanitaria) geriátrica para ofrecer atención a aquellos pacientes grandes con multipatologies.
Las UFIS se crearon en el marco del programa Vida a los años con objeto de facilitar la conexión entre el hospital y el medio extrahospitalario para garantizar la continuidad asistencial. Un año más tarde se abría otra UFIS: la respiratoria.
El mismo 1993 el Servicio de Medicina Preventiva abrió dos unidades innovadoras: la Unidad de Atención al Viajero, que ofrecía información sobre vacunaciones y consejos higienicosanitaris necesarios para viajar a países tropicales o países con unas condiciones sanitarias no bastante desarrolladas, y la Unidad de Deshabituación al Tabaco. La atención que se prestaba al personal durante toda su vida laboral tuvo un punto culminante en la organización de las Jornadas para la preparación para la jubilación, por parte de la Comisión de Fondo Social.
Adelantos y nuevas actividades
El 1994 el Servicio de Cirugía Cardíaca iniciaba el Programa de asistencia circulatoria ventricular, único en Cataluña. El mayo de aquel mismo año se incorporaba la Radiocirurgia Estereotàctica.
También el 1994 el Servicio de Cirugía Torácica empezó a utilizar una nueva técnica quirúrgica, la cirugía por videoendoscòpia, y se potenció la Unidad de Endoscopia Digestiva Intervencionista, la cual, con anestesia general o sedación, realizaba una media de cuatro exploraciones diarias.
En cuanto a trasplantes, el 1993 el Hospital fue lo primero de Cataluña en número de donantes de órganos, al mismo tiempo que las donaciones multiorgàniques se incrementaban. Gracias a este ritmo creciente de donaciones, el 1995 la Ciudad Sanitaria y Universitaria de *Bellvitge se convirtió en el segundo hospital del Estado español en cuanto al número total de donantes.
El Programa de trasplante hepático, que el 1995 celebró los diez años de funcionamiento, llegó a los 300 trasplantes de hígado con una supervivencia del 75% a los tres años de la intervención.
La tarea y la implicación de la Enfermería en los programas de trasplantes se reflejó en la organización del I Congreso Nacional de Enfermería sobre Trasplante de Órganos Sólidos, que se celebró el 1994 y que contó con la participación activa de todos los servicios del hospital y con la asistencia de profesionales de todo el Estado.
Premio a la calidad
La incidencia en la política y el control de calidad se vio recompensada el 1994 cuando la Ciudad Sanitaria fue la ganadora del primer premio Avedis Donabedian al mejor esfuerzo en calidad asistencial. También un año más tarde, la Memoria de la CSUB correspondiendo al ejercicio de 1993 obtuvo el primer premio concedido por la Fundación Avedis Donabedian.
Poco antes, el octubre de 1992, había nacido el Programa de voluntariado como valioso complemento a la asistencia sanitaria del enfermo. Durante el 1995 este programa organizó, junto con el Conservatorio del Liceo, la celebración de un concierto el primer sábado de cada mes.
La acogida al paciente ingresado por Urgencias se pasó a hacer de una forma más personalizada, con una valoración inmediata de su estado y se intenta una atención rápida, dentro de las posibilidades de un servicio que a veces no puede absorber las demandas de una población que reconoce el hospital como primer punto de referencia en caso de una urgencia médica.
Un equipo de huéspedas, situadas en diferentes puntos del hospital, se encargaban de dar la información necesaria a los pacientes, a sus familiares y a los visitantes.
En la relación y el trato personal, se dio mucha importancia a la recogida de las opiniones de los usuarios, ya fuera a través de las encuestas de satisfacción o recaudando directamente sus opiniones, una información que pasó a servir para mejorar la calidad asistencial y de atención el paciente.
También se tuvieron en cuenta todos aquellos aspectos que podían ayudar a mejorar la estancia de los pacientes, entre los cuales los relacionados con el confort de las dependencias y, en especial, de las habitaciones. La información que obtenida de los usuarios pasó a proporcionar datos muy relevantes sobre qué eran los ámbitos que hay que mejorar.
Un canal gratuito de video, experiencia pionera en los hospitales públicos catalanes, se orientó a dar información a los pacientes ingresados en el centro.
Encara el 1994, el Hospital participó en el Proyecto Aura, destinado a la integración laboral de personas con disminuciones sensoriales provocadas por el síndrome de Down, y se incorporaron dos personas a la Unidad de Hostelería.
También se colaboró en el programa deportivo Hospisport para discapacitados físicos, que sirvió porqué un trabajador de Hostelería, el Sr. Roger Devesa, consiguiera dos medallas, una de oro y una de plata, a los juegos internacionales Special Olympics, celebrados a New Heaven (Connecticut, EE. UU.) el verano de 1995.
La investigación, una línea de futuro
El fomento de la investigación a la HUB tuvo su expresión más innovadora en la Unidad Mixta del FISS. Se trataba de una unidad que se beneficiaba de destacados antecedentes como por ejemplo la Comisión de Investigación, la Unidad de Investigación Experimental y la Subdirección de Docencia e Investigación, y de una situación favorable enmarcada por la actuación de la Fundación Augusto Pino y Sunyer en investigación biomédica y por los acuerdos con la Universitat de Barcelona.
La ampliación del Campus de Bellvitge había generado un aumento de la actividad investigadora, hecho que reclamaba la elaboración de un nuevo organigrama para racionalizar los recursos y facilitar la interacción y multidisciplinariedad de grupos.
Este nuevo modelo se ajustaba al propuesto por el FISS, seguido por la mayoría de grupos de investigación sanitaria del Estado. El Hospital Universitario de Bellvitge contaba con los tres tipos de unidades que propone el FISS: la Unidad Clinicoepidemiológica como unidad básica de cualquier hospital, la Unidad Clinicoexperimental y la Unidad Mixta, que englobaba las dos anteriores y que estaba formada por los grupos de investigación del mismo hospital, más grupos otras instituciones que estaban asociados.
El HUB colaboraba con el Instituto de Investigación Oncológica (IRO) y la Universitat de Barcelona, y ya contaba con las principales líneas de investigación que se seguían en los Estados Unidos o en la Unión Europea. El 1993, el Hospital se acreditó como Unidad Mixta de Investigación en colaboración con el Instituto Català de Oncología y la Universitat de Barcelona.
Todas las instituciones que de una u otra manera participaban en tareas investigadoras en el marco del Campus de Bellvitge (ICS, HUB, UB, ICO y IRO) constituyeron una Comisión Mixta como órgano de coordinación que potenciaba la investigación en las Ciencias de la Salud, optimizaba los recursos humanos y materiales, coordinaba las diferentes unidades de investigación y favorecía vocaciones investigadoras con una proyección de conjunto.
La actividad investigadora tenía un fiel reflejo en el elevado número de publicaciones científicas en que participaban los profesionales. En este ámbito destacaban especialmente las publicaciones sobre temas de neurociencias y cirugía.
La producción científica se multiplicó casi por cuatro desde el 1992 hasta el 1997. El HUB se había convertido en el primer centro sanitario de España en publicaciones de ciencias de laboratorio y neurociencias y el cuarto en materia de cirugía.
Hospital y Campus Universitario
Desde sus inicios, el Hospital había luchado para conseguir ser un hospital universitario. Durante los años setenta y ochenta se fueron incorporando progresivamente diferentes niveles docentes y se fue negociando una relación con la Universitat de Barcelona (UB), a la sombra de los convenios genéricos que firmaban el ICS y la universidad para regular las relaciones entre ambas instituciones.
A pesar de que se consideraba que la incorporación de un cierto número de profesores ordinarios era vital para conseguir ser un hospital universitario, la confluencia de muchos intereses diferentes hizo que el proceso quedara medio bloqueado, a la espera de la firma de un convenio ICS-UB regulador de las relaciones entre ambas instituciones.
El año 1990 se consolidó el acuerdo con la UB para poder realizar todos los cursos de la licenciatura de Medicina al aulario del Campus de Bellvitge. Así, se añadía a su nombre la calificación de Universitaria y pasaba a denominarse Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge (CSUB). Este impulso permitió edificar 30.000 metros cuadrados para aulas, biblioteca, áreas administrativas y laboratorios de investigación y firmar un imprescindible convenio de constitución de la Comisión Mixta entre el ICS y la UB.
La colaboración con la Universitat de Barcelona introdujo una mejora en la calidad asistencial, relacionada con el desarrollo de la docencia y la investigación. Al mismo tiempo, la Universitat de Barcelona encontró en el hospital un colectivo ya formado, capaz de enseñar a los alumnos de Ciencias de la Salud, y unas instalaciones para la enseñanza práctica.
Con la incorporación de los alumnos de primer curso se constituía todo el ciclo de pregrado completo, en un campus universitario que integraba uno de los proyectos docentes más atractivos y con más proyección de futuro de la Universitat de Barcelona, puesto que suponía el agrupamiento en una área común de diferentes enseñanzas de la División de Ciencias de la Salud, como son Odontología, Enfermería y Podología, con la previsión de instalar otros en un futuro.
Colaboración con la Atención Primaria
Desde principios de los años ochenta, el Hospital Universitario de Bellvitge había ido intensificando los contactos con la atención primaria del territorio, en campos específicos como por ejemplo la hipertensión arterial, las dolencias respiratorias crónicas y las dolencias endocrinológicas.
Desde el año 1987 se fueron desarrollando programas de reciclaje al hospital para personal médico y de enfermería de la Atención Primaria, y desde el 1990 se inició el proceso de integración de especialistas.
Además, para hacer más fácil la derivación de pacientes a Consultas Externas, despacio se fue ampliando el acceso directo a las agendas de consultas de los médicos del Hospital. Así, desde la Atención Primaria se podían programar directamente las visitas en el hospital, con la consiguiente simplificación del proceso administrativo.
Nuevas publicaciones
El año 1992, la Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge editó su primera memoria, que recogía toda la tarea asistencial y de investigación realizada. Al mismo tiempo se iniciaba la publicación de una agenda quincenal de orden interno y la revista Bellvitge informativo, heredera de una anterior publicación, que daba a conocer a los profesionales y a terceros todo aquello que generaba el hospital.
Mientras tanto, la dirección participativa por objetivos se mostraba como una herramienta eficaz de gestión sanitaria.
El mismo 1992 se celebró el vigésimo cumpleaños del Hospital con una serie de actas culturales, lúdicos e institucionales, que cerraron con un acto al Salón Oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Nuevos programas de trasplante
Los programas de trasplante continuaban obteniendo excelentes resultados. En el 1990 ya se había llegado a los 500 trasplantes renales y el año siguiente a los 100 trasplantes hepáticos. También a partir del 1991 se practicó un Doppler transcranial a todos los potenciales donadores de órganos.
El más significativo de estos años fue el inicio de dos nuevos programas de trasplante: el de coro y el médula ósea. El Programa de trasplante cardíaco, el segundo de Cataluña, se pudo implantar gracias al trabajo previo del Dr. Miquel Puig Massana y su equipo, tarea continuada por el Dr. Eduard Castells. El primer paso para iniciar el programa fue completar la formación de los facultativos al extranjero. El 1992 ya se hicieron 10 trasplantes de coro.
El Programa estaba coordinado por los servicios de Cardiología y Cirugía Cardíaca, que colaboraban con otras especialidades, como por ejemplo Dolencias Infecciosas, Virología, Anatomía Patológica, Laboratorio y Cuidados intensivos. También era imprescindible la tarea del equipo de enfermería, que se encargaba del apoyo y la educación de estos enfermos. El Programa de trasplante cardíaco del Hospital se convirtió en el programa con la curva de supervivencia más alta del Estado.
El abril de 1992 empezó el Programa de trasplante de médula ósea en la versión autóloga. Este programa nació gracias a la tarea del Servicio de Hematología Clínica y se abrió con un trasplante de células precursoras hematopoyéticas de sangre periférica y muelle de hueso. El trasplante de médula ósea se consolidó en pocos años con unos muy buenos resultados y posteriormente pasó al Instituto Català de Oncología (ICO).
Por otro lado, el 1991 se abrió el Servicio de Reumatologia, que antes estaba integrado como sección dentro del Servicio de Medicina Interna. El año 1992, la Unidad de Infección, la clásica 7.1, se convirtió oficialmente en Servicio de Dolencias Infecciosas. Además de profundizar en la infectopatia clásica, se potenciaron de forma especial dos unidades: la de infección nosocomial, de gran tradición al hospital, y la Unidad Funcional de Sida, que ofrecía una atención integral a los infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana.
Un nuevo equipo directivo
En estos momentos se hizo cargo de la dirección del centro el Dr. Jordi Bardina y poco después lo sustituyó el Sr. Francesc Moreu.
El nuevo equipo directivo, liderado por el Sr. Moreu, junto con el Dr. Francesc Ramos, gerente, el Dr. Carles Serra, nuevo director médico, la Sra. Montserrat Artigas, nueva directora de Enfermería, y el Sr. Antonio Martín, que continuaba como administrador, se propuso volver a implicar profundamente todo el personal del hospital en su actividad profesional, de forma que este entusiasmo se trasladara a la tarea asistencial y repercutiera en una mejora del servicio a los ciudadanos.
Uno de los primeros proyectos de este nuevo equipo directivo fue utilizar una nueva herramienta de la gestión sanitaria: se trataba de la dirección participativa por objetivos, que tendría una larga continuidad.
Un punto estratégico era profundizar en la política de calidad. Así, por ejemplo, el hospital fue uno de los primeros a utilizar el control de infecciones nosocomials como un elemento de análisis de la calidad asistencial. Este adelanto fue posible gracias a la tarea previa, entre otros, de los servicios de Microbiología, de Dolencias Infecciosas y del grupo de Enfermería de Vigilancia Epidemiológica de Infección Quirúrgica. Además, fue el primer hospital con un proyecto de calidad en la Dirección de Enfermería.
El 1988 se inauguró la Unidad de Litotrípsia, que en dos años pasó a atender cerca de dos mil pacientes. También el 1988 se asignaron las primeras camas al Servicio de Dermatología y se abrió la Unidad de Desintoxicación y Drogodependencia. Esta unidad inició con los pacientes ingresados un conjunto de actividades de terapia como por ejemplo juegos y trabajos manuales y artísticos para calmar ansiedades y angustias.
También el 1988 se realizó el primer trasplante combinado hepático y renal, a un paciente de 46 años. También se inició la utilización de un nuevo tratamiento immunosupressor de terapia cuádruple a los trasplantes hepáticos, con muchos bonos resultados de supervivencia.
Una imagen ligada a la calidad
Una de las piezas importantes para incrementar el nivel de calidad fue la formalización, el 1988, de un servicio de reclamaciones y sugerencias, tarea que hasta entonces llevaba a cabo el Servicio de Relaciones Públicas del Hospital. Esta experiencia pasó a servir como termómetro de la calidad asistencial percibida por los usuarios y a suministrar información de primera mano difícil de obtener por otras vías.
En estos años se empezaba a dar importancia a la proyección de una imagen del Hospital ligada a la credibilidad, tanto en cuanto a los aspectos asistenciales como a los aspectos formales.
La Unidad de Audiovisuales vertebró una tarea, primero interna y después hacia el exterior, de homogeneización de la imagen gráfica y de formalización documental, tanto en el ámbito asistencial como administrativo.
En este periodo se sustituyó la antigua marca del hospital, que representaba la ermita de Bellvitge, por un nuevo imagotip basado en el perfil vertical de las torres. Esta marca se utilizaría complementariamente a la identificación más institucional, representada por la adscripción al Instituto Català de la Salud y la utilización del símbolo más representativo de la sanidad catalana: una cruz azul cuatribarrada en su brazo izquierdo.
Se creó también un servicio lingüístico con el objetivo de asegurar una buena calidad en las comunicaciones internas y externas mediante la organización de cursos, el asesoramiento y la dinamización del uso del catalán.
Destaca, sobre todo, la implicación del hospital en este ámbito con la constitución de la Comisión de Normalización Lingüística, que publicó el Manual de estilo del HUB.
Por otro lado, la inauguración el 18 de octubre de 1989 de la parada de Feixa Larga de la línea 1 del metro supuso un paso de gigante en la accesibilidad al Hospital. El hecho de disponer de una parada adentro del mismo complejo hospitalario fue de vital importancia tanto para los usuarios como para el personal y para los estudiantes.
A pesar de todos estos esfuerzos, un edificio de la complejidad del Edificio Prínceps de España no estaba exento de los acontecimientos fortuitos e imprevisibles que pueden afectar cualquier gran infraestructura de servicios: la caída de uno de los ascensores del hospital conmocionó la opinión pública y el personal, a pesar de que se hicieron todos los esfuerzos posibles para desvincular este hecho aislado del conjunto de la actividad asistencial de todo el centro.
La Fundación Augusto Pino y Sunyer
El Hospital siempre ha tenido necesidad de coordinar sus recursos de investigación para obtener el mejor aprovechamiento. A este objetivo han respondido los esfuerzos y las iniciativas que se han llevado a cabo en diferentes etapas. Primeramente fue la creación de la Fundación de Investigación de Bellvitge, el 1989, nacida del impulso de la Subdirección de Docencia e Investigación y del compromiso de todos los facultativos del hospital de destinar a la fundación ayudas dadas por el FIS para el desarrollo de proyectos de investigación.
Una segunda etapa se inicia con la creación de la Fundación Augusto Pino y Sunyer, que sustituye la Fundación de Investigación de Bellvitge y que se da a conocer el 1991 con la organización de un concierto en l'Hospitalet de Llobregat para recoger fondo para la lucha contra el sida.
La Fundación es una institución privada en la cual después también participarán la Universitat de Barcelona y el Instituto Català de Oncología. Su objetivo era promover y difundir la investigación biomédica en el Campus del Hospital Universitario de Bellvitge, además de gestionar los fondos de los ensayos clínicos.
Otra tarea era la de apoyar a la investigación con becarios, que pronto superaron el centenar, y facilitar ayudas para financiar la presencia de invitados extranjeros con el objetivo de promover las relaciones con otros centros internacionales.
La Fundación Augusto Pino y Sunyer participó en la preparación de varias ediciones del Maratón de TV3 para recaudar fondo para la lucha contra el cáncer, las dolencias del coro y las dolencias del sistema nervioso.
Espacio de cultura
El Hospital siempre ha demostrado un gran dinamismo en el impulso de actuaciones que no están directamente relacionadas con el proceso asistencial, pero que ayudan a hacer un centro más agradable y humanizado. La potenciación de estas actividades extrahospitalarias, entre las cuales destacan las iniciativas culturales, es un elemento identificativo de la manera de hacer del hospital y de la voluntad de acercarse a su entorno.
Desde el 1988 hubo un servicio de préstamo de libros a los enfermos, que funcionaba con el apoyo de la Diputación de Barcelona y del Ayuntamiento de l'Hospitalet de Llobregat, y con las donaciones desinteresadas de algunas editoriales, como por ejemplo Ediciones 62, y del personal del hospital, de donde provienen la mayor parte de los 2.500 libros de que se dispone. El diciembre de 1989 se inauguró Bellvitge Arte, una galería de arte para canalizar la producción artística del personal del hospital y también de los pacientes y de los artistas de los municipios vecinos. Otra actividad artística con un largo recorrido fue el Concurso de fotografía, organizado desde el 1990. Este año fue también el de la convocatoria del primer Concurso de dibujo Infantil para hijos y nietos de los trabajadores del hospital.
La tradición teatral, presente en diferentes centros sanitarios de Cataluña, arraigó durante estos años en el hospital, representada por el grupo La Teatral de Bellvitge.
Una fundación para la docencia y la investigación
Un centro de las características asistenciales, tecnológicas y docentes del Hospital de Bellvitge no podía hacer frente a los retos de calidad y progreso sin una adecuada política de investigación. En los años ochenta se impulsaron a diferentes niveles de la organización unidades dedicadas a promover, optimizar y gestionar tanto la investigación como los recursos financieros y materiales que se podían destinar.
A los médicos, se les ofrecieron incentivos para participar en la Comisión de Docencia e Investigación. Se creó una subidrección específica para este ámbito y se pusieron las bases para la creación de la futura Fundación August Pi i Sunyer.
En 1985 se creó la Unidad de Investigaciñon Experimental (URE) con la Dra. Conxa Fiol como jefa de la unidad, que fue reconocida dos años después por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) y que se fue consolidando para ofrecer a los facultativos de todo el Hospital un apoyo en su actividad investigadora y docente, tanto en el terreno clínico como en las ciencias básicas o en campo de la epidemiología.
Tanto la Comisión como la Subdirección de Docencia e Investigación impulsaron actuaciones más allá de la estricta dedicación interna a la investigación.
Asi, se negoció con la Iniversidad de Barcelona la creación de una biblioteca y de un estabulario, y se definió un porcentaje del presupuesto dedicado a la investigación, se gestionaron las primeras ayudas del FIS para infraestructuras, se otorgaron las primeras becas para el MIR que habían finalizado la residencia y tenían proyectos de investigación o preparaban el doctorado, se proyectó la URE como plataforma de investigación para médicos asistenciales de la Ciudad Universitaria que no disponían de un laboratorio propio, y se preparó la acreditación como unidad clínico experimental. La Unidad de Investigación Experimental se fue consolidando para ofrecer a los facultativos un apoyo en su actividad investigadora y docente.
Un periodo de excelentes resultados
En los años ochenta el hospital presentó un periodo de excelentes resultados asistenciales y docentes.
En el ámbito docente, en 1984 se trasladó a Bellvitge la Escuela de Podología, adscrita a la Escuela de Enfermería del Hospital Clínico, y en 1987 se inauguró la Facultad de Odontología, primera y única de esta especialidad en Cataluña. También es el año en que se realizó el primer curso de marcaje celular.
También hay que mencionar el trabajo que realizó el Sr. Carreras como decano, el Sr. Bricall como rector y el Sr. Enric Laporte como jefe de estudios.
En el ámbito asistencial, en 1986 se creó la Unidad de Recuperación Postquirúrgica (RPQ) para dar respuesta al enfermo postoperatorio complejo.
A partir de 1987 se desarrolló el método de ventilación mecánica a domicilio usando unos accesos no invasores a la vía aérea, como por ejemplo las máscaras nasales hechas a medida. El Hospital de Bellvitge fue el primer centro español en utilizarlo, motivo por el cual en 1992 el Departamento de Sanidad encargó a este servicio un estudio sobre la viabilidad de la ventilación mecánica a domicilio en Cataluña. Los resultados demostraron una reducción significativa de los ingresos hospitalarios. Además permitían el regreso a casa de algunos paciente que, de lo contrario, tendrían que restar indefinidamente en el Hospital.
En 1987 se iniciaba la distribución de medicamente en dosis unitaria y también empezaba el trabajo de la Unidad de Juego Patológico dentro del Servicio de Psiquiatría, que obtendría en un futuro inmediato unos excelentes resultados.
Este período de excelencia acabó con un hecho lamentable que tuvo un amplio eco social y mediático: se detectó que se habían efectuado transfusiones de sangre con anticuerpos del virus del sida. Inmediatamente se inició un proceso judicial que generó una gran crispación y afectó el ánimo de los profesionales.
La informática al servicio de mejoras
Desd Dirección se hizo una apuesta de futuro y se facilitó el camino para diseñar un sistema de información automatizado, tanto asistencial como administrativo, que permitiera optimizar los recursos materiales y humanos. Se consiguió la financiación justa para comprar el primer ordenador, un Hewlett Packard, e inmediatament es van crear la infraestructura necesaria para poder implantar el nuevo sistema informático.
En 1983 se aprobó el Plan Informático, un plan a cinco años que ya introducía la utilitzación de los ordenadores personales, entonces denominados miniordenadores o microordenadores.
El primer proyecto informático puso en funcionamiento, por un lado, todo el bloque asistencial (Consultas Externas, Archivos, Admisiones y Urgencias) y, por otro, Contabilidad, Suministros y Compras, con un producto hecho a medida todas las necesidades reales del hospital y que, en ese momento, se considero muy avanzado.
La generalización de los procesos informáticos al hospital provocaron un cambio cultural. El proyecto contó con la confianza de la dirección y con la colaboración del personal, que participó en el cambio cultural que comportaba la introducción de nuevos sistemas de trabajo. Entre los objetivos asistenciales resueltos cabe destacar la historia clínica única, la centralización de las Consultas Externas o la mecanización de Admisiones para optimizar la gestión de camas.
En el ámbito administrativo se consiguió una independencia de otros centros, comenzaron por la contabilidad, que antes estaba conectada con el de Vall d’Hebron, avanzando hacia la descentralización, excepto el apartado nóminas.
El programa resultante, totalmente consolidad en 1987, se implantó posteriormente en otros centros sanitarios españoles y tuvo una vida larga y útil.
El éxito de los trasplantes
En 1984 el Programa de trasplantes renales estaba totalmente consolidado y ese mismo año se realizó el trasplante de riñón número 100, hecho que se celebró con actos lúdicos, desportivos e institucionales.
El edificio Príncipes de España fue el primer centro sanitario en tener una unidad de coordinación de trasplantes, modelo que contribuyó a aumentar las donaciones y trasplantes, y que, en poco tiempo, se extendió en el ámbito de actuación en toda Catalunya. El desarrollo progresivo desde 1978 del Programa de trasplante renal y la creación de la Coordinación de Trasplantes abrieron puertas a otros programas. Así, en febrero de 1984 se hizo, por primera vez en España, una extracción multivisceral global y un trasplante de hígado, que inició un programa pionero de trasplante hepático en un hospital de la Seguridad Social. Este hecho sorprendió fuera del hospital, puesto que había la sensación que todavía faltaban unos años para poder realizar este trasplante con éxito.
El éxito fue obtenido gracias a un trabajo pluridisciplinar que reunió diferentes especialidades y servicios: el Dr. Jaurrieta, del Servicio de Cirugía; preparado para esta técnica en Hannover; el Dr. Margarit, preparado en Pittsburg: el Dr. Sitges, el Dr. Curto, el Dr. Osorio, del Servicio de Cirugía; el Dr. Marco Luque, del Servicio de Cirugía Vascular, la Dra. Maestre, del Servicio de Anestesiología y Reanimación, y la colaboración del Servicio del Aparato Digestivo.
El Programa de trasplante cardíaco tuvo que esperar todavía un año para que el Departamento de Sanidad lo aprobara, a pesar que el Dr. Miquel Puig Massana, junto con su equipo, hacía muchos años que realizaba trasplantes experimentales de corazón y estaba preparado para asumir este reto, que en Cataluña solo realizaba el Hospital de Sant Pau.
Una nueva estructura de gobierno
Con la llegada de los años ochenta, el Dr. Josep Maria Capdevila, entonces jefe del Servicio de Cirugía Vascular, fue elegido por los facultativos del Hospital como director médico. La elección de un director médico efectuada desde el centro y entre sus profesionales respondría a la voluntad de dar una solución a los problemas endógenos del Hospital.
A partir de ese momento se creó una nueva estructura de gobierno, a través de las juntas facultativas y de las juntas de gobierno, donde por primera vez pudieron ser representados los usuarios. Los objetivos básicos de aquellas juntas eran mejorar la estructura física, el rendimiento, la calidad asistencia y la política de personal.
El control de calidad asistencial había empezado a finales de los años setenta, pero a partir de 1980 el nuevo director médico potenció la constitución de una Comisión de Control de Calidad que se reunía periódicamente con la finalidad de optimizar los recursos y mejorar la calidad asistencial del Hospital.
Esa misma Comisión tuvo un papel determinante en la creación de una sección informática u bioestadística, en la contractación de un responsable de contabilidad y gastos, en la oferta de cursos de reciclaje para Enfermería y en la mejora de áreas concretas, como Urgencias, el Archivo Central de Historias Clínicas o las Consultas Externas. También se impulsó una nueva comisión de investigación formada por representantes electos de los departamentos medicoquirurgicos y básicos.
Este periodo tuvo una duración hasta el cambio de organigrama que se llevo a cabo a partir de las transferencias del Estado a la Generalitat de Cataluña.
Transferencia de comptencias y creación del ICS
La transferencia de competencias fue fruto de la nueva organización territorial del Estado español prevista en la Constitución, que reconocía el derecho a la autonomía de las diferentes regiones del Estado. Cataluña fue la primera comunidad en asumir las transferencias sanitarias antes de final de 1981, con un retraso sobre la previsión a causa del intento de golpe de Estado el 23 de febrero de ese mismo año.
Desde la Conselleria de Sanidad se creó, en junio de 1982, la figura del gerente de hospital, que se situaba jerarquicamente por encima de las figuras del anterior organigrama: el director médico, que era médico, y el administrador.
El nuevo organigrama del hospital quedó constituido por el Sr. Fortunato Frias, gerente; el Dr. Josep María Capdevila, que se mantuvo como director médico; el Sr. Antonio Martín, administrador; la Sra. Natividad Esteve, jefe de Enfermería, y el Sr. Dídac Alarcón, jefe de Personal.
En 1983 se constituyó el Institut Català de la Salut (ICS) como entidad gestora de los centros y servicios sanitarios de la Seguridad Social en Cataluña, a pesar que no empezó a funcionar hasta el 1 de enero de 1984. Desde entonces, el Hospital fue gestionado por el ICS.
También en 1983 se crearon las áreas de gestión como unidades territoriales y funcionales básicas para la gestión y coordinación de los servicios de la red sanitaria de utilización pública de Cataluña. Estas áreas tenían como finalidad facilitar una gestión eficaz, un control y un buen gobierno de todo el dispositivo asistencial. El objetivo principal de esta nueva estructura era la descentralización de la gestión para así acercar los servicios sanitarios a los ciudadanos.
Una serie de adelantos asistenciales
Mientras tanto, continuaban consolidándose nuevos servicios como por ejemplo, entre otros, el de Endocrinología y el de Dermatología. En 1981 se creó el Servicio de Microbiología, que antes era una sección del Departamento de Análisis Clínicos. La aparición de nuevas patologías infecciosas como el sida, infecciones en enfermos trasplantados o brotes epidémicos hospitalarios jugaron un papel importante en el desarrollo asistencial, docente e investigador de este servicio.
En 1982 Neumología se consolidó como un Servicio.
Durante estos años destacaron también las mejoras realizadas en Archivos, Consultas Externas y Admisiones, y también se hizo patente la necesidad de reformas en la cocina y la lavandería, en Urgencias, donde se empezaba a hablar de masificación, y en Rehabilitación.
Unas mejoras y unos agravios que se manifestaron en abril de 1982 al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en su primera visita en el Edificio Príncipes de España, junto con otras reivindicaciones relacionadas con la mejora de las enseñanzas.
El Hospital, que ha visto como se desarrollaban todas las especialidades, no ha podido contar con las de Obstericia y Pediatría, que reclamó insistentemente durante los años ochenta, primero al Ministerio de Sanidad y después al Departamento de Sanidad de la Generalitat.
Hacia el Hospital Universitario
En 1980 se consiguió hacer doncencia de los tres últimos cursos de la licenciatura de Medicina y Cirugía de la Universidad de Barcelona. Este fue el primer peldaño importante para conseguir implantar los estudios universitarios en el hospital.
Además, en el Pabellón de Gobierno, destinado en un primer momento a oficinas administrativas, se pudieron construir 7 aulas docentes para 50 personas por aula. Este fue el núcleo básico de la actividad docente que empezó en 1980.
Durante este periodo también se creó una unidad de audiovisuales para ofrecer un asesoramiento en imagen a todos los servicios en la preparación de congresos y publicaciones, en la señalización interna y externa, y en la documentación informativa y asistencial.
Esta iniciativa fue innovadora en los hospitales públicos catalanes, y actualmente es un elemento importante para la mejora de los sistemas de información a los usuarios y para la divulgación de la tarea asistencial del hospital.
También hubo iniciativas de mejora de la atención de los usuarios que no acabaron de tomar forma, como por ejemplo la propuesta de creación de una guardería para los niños de los pacientes que se tenían que visitar en el hospital.
Nuevos servicios y especialidades
El año 1976 puede considerarse como la fecha de arranque completo de las 20 plantas del Hospital. Se sucedieron la apertura de nuevos servicios y la implantación de casi todas las especialidades. También durante aquellos años se inauguraron nuevas secciones y unidades innovadoras.
Un ejemplo, es la Unidad de Hipertensión Arterial, dentro del Servicio de Nefrología. Esta unidad fue líder en el diseño de una campaña asistencial en los centros de atención primaria del Baix Llobregat y de una campaña publicitaria en Hospitalet de Llobregat para la lucha y la prevención contra la hipertensión arterial, anticipándose a campañas de educación sanitaria que en los años ochenta pondría en marcha el Departamento de Sanidad y Seguridad Social.
Otra sección que inició su tarea durante estos años fue la de Enfermedades Infecciosas, pionera dentro del Estado español, que progresivamente asumió responsabilidades en la asistencia de determinadas infecciones y en el control de la política de antibióticos.
También inició el funcionamiento el equipo de anorexía y bulimia, mucho antes que se conociera el gran impacto social de estas enfermedades. La primera paciente con anorexia nerviosa ingresó en Psiquiatría en diciembre de 1975 y hoy en día la Unidad de Trastornos de la Alimentación es un referente en toda Cataluña, como también lo es la Unidad de Ludopatía.
El actual reconocimiento del Servicio de Psiquiatría se tiene que buscar en el empeño para conseguir que el enfermo mental fuera considerado un paciente más y que se contara con la posibilidad de utilizar todos los medios diagnósticos y terapéuticos que estaban a disposición de los otros servicios médicos. El Servicio de Psiquiatría fue el primero que se incorporó dentro de un hospital de la Seguridad Social.
Se consolidaron servicios médicos como por ejemplo el del Aparato Digestivo y nuevas instalaciones, como la Unidad de Diálisis. Durante este periodo hay que destacar el trabajo de Cirugía Cardíaca, el servicio que realizaba más operaciones extracorpóreas y que obtenía los mejores resultados de Cataluña. Y también fue pionera en un hospital de la Seguridad Social la creación de Cirugía Vascular como un servicio.
Hospital y Universidad
En el marco general de crecimiento de la actividad asistencial, el mundo de la enfermería vivió un importante cambio cualitativo: los estudios de enfermería pasaron a ser universitarios. La implantación del nuevo plan de estudios no fue nada fácil, con el antecedente de un cierre del Hospital de Sant Pau para reivindicar la titulación universitaria.
La escuela del Hospital Príncipes de España fue una de las pocas que decidió poner en marcha aquel mismo año el nuevo plan de estudios. Con una previsión de cincuenta alumnos, la escuela se encontró con 150 matriculados y con unas instalaciones poco preparadas para acogerlos.
El curso 1977-78 empezó con retraso, con clases en el gimnasio y con los profesores reciclándose al mismo tiempo que iban formando a los alumnos. La Escuela de Enfermería pasó a ser la Escuela Universitaria de Enfermeras, adscrita en Universidad de Barcelona.
Desde sus inicios, el hospital tenía médicos residentes, pero el camino para conseguir ser reconocido como hospital universitario fue laborioso. En estos años se consiguió la acreditación para la docencia posgraduada, se hicieron cursos de posgrado en diferentes especialidades como las de Cirugía Maxilofacial y Oral o las de Cirugía Vascular, y también se organizaron cursos internacionales, como los de Otorrinolaringología.
Hay que remarcar el reconocimiento en la formación de especialistas en Farmacia Hospitalaria, a través del Servicio de Farmacia, que, junto con los de Vall d’Hebrón y Sant Pau, fueron los primeros de Cataluña en la formación de residentes de esta especialidad.
Primeros trasplantes renales
Desde los mismos inicios del centro, el Edificio Príncipes de España realizaba trasplantes de córnea. El siguiente programa de trasplante que se implantó fue el de riñón, que tuvo un largo recorrido hasta llegar a los excelentes resultados actuales.
En España, los primeros trasplantes se habían hecho en el Hospital Clínic de Barcelona a mediados de los años sesenta, por un equipo pluridisciplinario de urólogos y nefrólogos. Años más tarde, dos de los nefrólogos de aquel equipo coincidieron en el Edificio Príncipes de España y, junto con el Dr. Narcís Serrallach, jefe del Servicio de Urología, pusieron en funcionamiento un Programa de trasplante renal, en un marco de colaboración multidisciplinario.
En 1979, la aprobación de la Ley de trasplantes ofreció el marco legal para poder obtener los órganos de personas difuntas.
El primer trasplante renal en el hospital se hizo en 1978, procedente de un donante vivo, en este caso de una madre a un hijo. A partir de 1980 se consolidó plenamente el Programa y hoy obtiene uno de los mejores resultados del Estado español.
Asistencia y docencia de primera fila
El Hospital inició la tarea asistencial con mucha intensidad. En 1974 ya se realizó el primer trasplante de córnea, se hizo el primer cateterismo y también se empezó a utilizar, por primera vez en España, la plasmaféresis. Al mismo tiempo, se abrían nuevos servicios, como el de Oftalmología y el de Medicina Nuclear, y se iniciaba el trabajo de todo el equipo del Servicio de Otorrinolaringología con residentes de 1975. Se abrieron secciones, como el de Dermatología y Endocrinología, que en un futuro próximo se transformarían en servicios.
En 1975 tuvo lugar uno de los primeros actos de promoción del hospital en el campo científico: la organización de un simposio internacional de preoperatorio y postoperatorio. La asistencia de un elevado número de profesionales extranjeros y del resto del Estado dieron una proyección externa al Hospital.
También en este año 1975 se puso en marcha la Unidad de Alimentación Parenteral, que fue pionera en el conjunto de instituciones de la Seguridad Social. Por otro lado, ya se habían hecho los primeros contactos con la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona para iniciar la actividad docente en el Hospital. En 1975 llegaron los primeros alumnos para hacer el sexto curso de medicina, el rotatorio.
El conflicto MIR
El 1975 fue un año de grandes cambios que abrieron el camino hacia la democracia del Estado español. Esta movilización social también llegó al ámbito sanitario con el conflicto MIR (médicos internos residentes). Los residentes de todo el Estado pedían unas expectativas de trabajo más seguras y presionaban a la Administración para conseguir un contrato laboral en lugar de un contrato docente.
No se trataba de una reivindicación política, pero se fue transformando debido a la represión con la que actuó la Administración.
Cuando el conflicto MIR llegó al hospital, el terreno ya estaba preparado para la movilización. La reintroducción de descuentos en la nómina por falta de puntualidad, aplicados con carácter retroactivo por la Administración del hospital, había provocado importantes incidentes y había dado lugar a los primeros movimientos de representación sindical.
El hospital, que contaba con médicos residentes desde sus inicios, el conflicto MIR se mantuvo hasta el final, con el hecho significativo que apoyaron otros colectivos, como por ejemplo a los médicos adjuntos o al equipo de enfermería. De estos hechos se recuerda especialmente la Marcha de las batas, que llegó hasta el Hospital Clínic.
El verano de 1975 fueron despedidos prácticamente todos los residentes y también personal de la plantilla que los había apoyado. A los despedidos, se los aplicaba el artículo 222 (sedición y atentado contra un servicio público), que era conocido como el de la galleta, haciendo referencia a una marca de galletas muy popular por aquel entonces. Se tomaron medidas de represión, se intervinieron teléfonos, y la policía acordonó el hospital para impedir la entrada de los despedidos. Muchos pacientes, ante la presencia de la policía en el hospital, apoyaron al personal sanitario.
La situación se fue normalizando progresivamente y la mayoría de los despedidos fueron readmitidos. En 1976, ya muerto Franco, los últimos despedidos obtuvieron una amnistía y recuperaron sus puestos de trabajo. El hospital lo celebró con una fiesta para darlos, de nuevo, la bienvenida.
Se buscan enfermeras
Las dificultades para encontrar enfermeras tituladas persistía, a pesar de los esfuerzos de Enriqueta Ramos, directora de Enfermería, que incluso llegó a ir a captar profesionales directamente de las escuelas de enfermería. El problema principal eran los turnos de doce horas en días alternos y los turnos por la noche, además del hecho que el hospital no disponía de buenas comunicaciones para llegar.
Finalmente vinieron enfermeras de tercero y segundo curso de la Escuela de Enfermería de Vall d’Hebrón, que se alojaron en una planta vacía del mismo hospital, puesto que la Escuela de Enfermería todavía no estaba acabada. Después se incorporaron enfermeras en comisión de servicios provenientes de Zaragoza, que ya se pudieron alojar en la Escuela de Enfermería.
Por último, llegaron practicantes que tuvieron que hacer de enfermeros. El Edificio Príncipes de España fue uno de los primeros hospitales de la Seguridad Social que contó con hombres entre el personal de enfermería, hecho que facilitó la cobertura de los turnos nocturnos.
Con el tiempo se dispuso de un edificio propio, financiado por la Seguridad Social, como la escuela femenina de ATS, que funcionaba en régimen de alumnas internas y externas.
Cuando llegar era una odisea
Al comienzo solo se podía llegar al Hospital en coche o con un autobus de la línea PR que paraba en el otro lado de la autovía de Castelldefels. Entonces, había tres posibilidades para llegar hasta el hospital: cruzar deprisa y corriendo la autovía, pasar por un desagüe de 1,30m de altura, o pasar por un paso subterráneo que solía estar siempre inundado.
Debido a las quejas insistentes, en especial del equipo de enfermería, el autobús llegó hasta el Hospital. Pero antes de entrar al vestíbulo del Hospital todavía se tenía que vencer otro obstáculo, tanto para los que llegaban en autobús como para los que venían con coche particular: cómo que no todos los accesos estaban asfaltados, cuando llovía había que superar las zonas enfangadas.
Una anécdota explica que se hizo cambiar el sentido de circulación de una de las pocas calles asfaltadas para ahorrar al ministro Licinio de la Fuente el paso por una calle enfangada.
Progresivamente se fueron asfaltando los accesos al Hospital, a la vez que la consolidación urbanísitca de la zona permitió mejorar notablemente las comunicaciones.
Entre las novedades y la lucha del día a día
Una de las acciones más destacables del primer equipo fue la definición de un organigrama de servicios mixtos médicos y quirúrgicos por patologías concretas, donde el jefe de servicio era el cirujano, y el especialista médico era el jefe de sección. La idea era levantar un hospital diferente, que fuera básicamente quirúrgico.
Así, se crearon los servicios de Patología del Aparato Locomotor, Patología Digestiva, Patología del Sistema Nervioso, Patología del Corazón, Patología Torácica, y Patología del Aparato Ciculatorio. Cada uno de estos servicios asumía todos los aspectos diagnósticos, médicos y quirúrgicos de la patología que los era propia, con el cirujano como responsable último.
Este organigrama, que era innovador en el contexto de los hospitales públicos de aquel momento, que solían estar muy jerarquizados, comportó algunos problemas organizativos que hicieron que servicios como el de Patología Digestiva o Patología del Riñón se dividieran en dos. La separación definitiva de todos los servicios no se produjo hasta los primeros años de la década de los ochenta.
Otra de las primeras funciones de la Dirección fue la creación de un archivo único y centralizado. Desde los inicios, el hospital contó con un equipo de azafatas que facilitaba información a los usuarios y también se hacía cargo de las relaciones públicas del centro. También las camas elegidas para el centro fueron innovadoras porque se incorporó un dispositivo de goma para evitar el rozamiento con las paredes.
A pesar de los esfuerzos para ir abriendo progresivamente todo el hospital, a base de adecuar correctamente las instalaciones y de encontrar el personal cualificado adecuado, el Ministerio no estaba bastante satisfecho y presionó de manera inmediata para que se hicieran efectivas 700 camas. Ante la insistencia del ministro Licinio de la Fuente, que no aceptaba ningún tipo de excusa, el Dr. Bartolomé se vio obligado a presentar la dimisión.
El sustituto del Dr. Bartolomé fue el director del Hospital de la Fe de Valencia, el Dr. Evangelista, que se rodeó de profesionales de su confianza. La Administración lo había escogido porque era un hombre de reconocido prestigio y porque se pretendía reconducir la situación de un centro que, por la juventud del personal y su compromiso social, se mostraba activo y crítico.
El primer cambio fue nombrar una nueva Dirección de Enfermería y el establecimiento del horario rotatorio, en funcionamiento en otros hospitales públicos del Estado, intento que fracasó ante la oposición del personal.
En 1974 una granizada agujereó el techo del edifcio, causó importantes daños a la infraestructura y provocó una inundación, hechos que originaron una huelga en demanda de mejoras en las instalaciones y en las condiciones de trabajo.
Era un tiempo en qué en la calle también se vivían momentos de creciente concienciación social y política. En este clima de movilización llegó el Dr. Otaolaorruchi y, al poco tiempo, el Dr. Evangelista dejó la dirección del hospital en sus manos.
Un presupuesto ajustado
El Dr. Fernando Bartolomé fue el primer director del Hospital. Junto con un pequeño grupo de colaboradores, inició las primeras gestiones desde un despacho del Hospital de Vall d’Hebrón. Más tarde se trasladaron al Hospital, todavía en construcción.
En septiembre de 1971 una riada de 1,30m de altura inundó la planta baja y la dejó toda cubierta de barro. La obra se tuvo que paralizar, con el consecuente atraso en los plazos de finalización.
El equipo directivo, consciente que se tenían que salvar muchas dificultades y conocedor de la intención de la Administración de abrir el Hospital lo antes posible, intentó conseguir una inyección de financiación para mejorar algunas infraestructuras, a la vez que se intentaba retrasar la inauguración. El presupuesto adicional se consiguió, pero no el atraso de la inauguración.
Una de las funciones más laboriosas antes de abrir el Hospital fue conseguir el personal de enfermería necesario, puesto que el mercado laboral de aquel momento era deficitario respecto de este perfil de profesionales y también porque se hacía difícil encontrar quién quería ir a trabajar a Bellvitge, una zona todavía con muy pocas comunicaciones.
En un primer momento tenían que venir monjas, opción que finalmente no se concretó. Muy poco antes de la inauguración, se hicieron los primeros nombramientos del equipo médico, que en el caso de los jefes de departamento fueron: en Cirugía, el Dr. Sitges; en Medicina, el Dr. Fernández Nogués; en Anestesiología, el Dr. Cochs; en Análisis Clínicos, el Dr. Fernández Simó, y en Anatomía Patológica, el Dr. Cañadas.
La Reina Sofía, entonces princesa de España, en una visita oficial a Barcelona vio el hospital en construcción y preguntó el nombre que tendría. Su interés y la política de acercamiento del régimen del general Franco hacia la Familia Real española dieron como resultado la elección del nombre Hospital Príncipes de España.
Una solemne inauguración al uso
El 8 de noviembre de 1972 se inauguró, con el correspondiente protocolo, el Hospital con la visita de Juan Carlos y Sofía, entonces príncipes de España, y del Sr. Linicio de la Fuente, ministro de Trabajo y Seguridad Social. La visita de los príncipes estaba milimetrada y tenía que ser muy corta, pero se prolongó por su excelente disponibilidad y afabilidad.
Cómo en la mayoría de inauguraciones, el Hospital se abrió con limitaciones y con enfermos venidos del Hospital Vall d’Hebrón. No había sido posible nombrar todo el equipo médico y tampoco había enfermeras suficientes, había pocas unidades de hospitalización abiertas, pocos quirófanos en funcionamiento y la mayoría de los accesos estaban sin asfaltar. Una situación que no se normalizó hasta tres años después.
En un campo de cultivo
Hasta el 1972, la Seguridad Social solo tenía en Cataluña un gran hospital de referencia, el actual Hospital Universitario Vall d’Hebron, entonces llamado Residencia Francisco Franco, y tres hospitales más en Girona, Lleida y Tarragona.
La cobertura asistencial en aquel momento era muy deficitaria y más si tenemos en cuenta el fuerte crecimiento de la población como resultado de la inmigración de los años sesenta, en especial en Barcelona y su cinturón industrial.
La construcción de un nuevo hospital en el área metropolitana era una necesidad para poder atender toda esta población.
Hospitalet de Llobregat era uno de los municipios que más población nueva había recibido y su ayuntamiento demostró una clara visión de futuro, hecho que facilitó el camino para construir un centro sanitario dentro de su término municipal.
Unos años más tarde, las instalaciones se ampliarían, también a propuesta del ayuntamiento, con la construcción de un hospital oncológico, el actual Duran y Reynals.
Los terrenos donde se decidió edificar el hospital era una excelente tierra de cultivo, como tantas del Delta del Llobregat, pero por el mismo motivo también era un lugar abierto a los vientos, que facilitaba el estancamiento de aguas y una cierta insalubridad. Unos terrenos que ya habían sido tanteados para construir un campo de fútbol para el Espanyol.
Los terrenos se compraron a los propietarios, muchos de los cuales no los explotaban directamente sino que tenían arrendatarios, que fueron indemnizados.
Después de algunas negociaciones y de insinuar la posibilidad de una expropiación, los terrenos se compraron por 18 pesetas el palmo cuadrado. En total, 78 millones de pesetas del año 1969.
Un hospital contrarreloj
La construcción del Hospital, encargada a la empresa Dragados y Construcciones, se inició a mediados del año 1970 y fue una de las grandes obras de aquellos momentos, junto con la Universidad Autónoma de Barcelona, en Bellaterra.
Trabajaba una plantilla de 700 personas, 500 de las cuales eran obreros y 200, técnicos. La jornada de trabajo de los obreros era de más de 10 horas diarias, pagadas a 40 pesetas la hora, en unas condiciones de trabajo difíciles que provocaron algunos accidentes importantes. Las presiones para que se finalizara el Hospital lo antes posible comportaron un endurecimiento de las condiciones de trabajo, hecho que motivó demandas de mejoras laborales de los trabajadores, que acabaron en huelgas, y que tuvieron como respuesta la intervención de la policía y los primeros despidos.
Las presiones de la Administración a la constructora para que la obra no se parara concluyeron en unas negociaciones en que los trabajadores obtuvieron una mejora salarial, la posibilidad de tener una representación sindical para tratar los despidos indiscriminados, un plus por trabajar en altura, y la construcción de baños, duchas y un comedor semi subvencionado.
En cambio, no se consiguió el derecho a hacer vacaciones ni el pago de los días de huelga. Estos hechos sirvieron de estímulo a la solidaridad entre los trabajadores de la obra y también para los trabajadores de otras empresas.
Arquitectura vertical
La disposición vertical característica del Edificio Príncipes de España no es una arquitectura exclusiva, sino que responde a un patrón común de los edificios impulsados por el Intituto Nacional de Previsión, como el Hospital de Vall d’Hebrón de Barcelona o la Residencia de La Paz de Madrid. Un planteamiento arquitectónico que hoy, vistas las necesidades sanitarias, ha sido abandonado, puesto que dificulta los desplazamientos del personal y de los usuarios y, sobre todo, los traslados de los enfermos, y se establece una excesiva dependencia de los ascensores.
El nuevo hospital presentaba una imagen externa moderna y un lujo medido con mármol en el amplio vestíbulo de la entrada. También era innovadoras y con un diseño atractivo las unidades de hospitalización circulares con control central, que facilitaban la asistencia de los pacientes.
A la larga, pero, los espacios resultaron demasiado reducidos, con poca luz natural y con demasiada actividad para el descanso de los enfermos. Las posibles condiciones adversas que pudieran haber al inicio se minimizaron con el esfuerzo y la disponibilidad de los profesionales, que consiguieron un alto grado de eficacia asistencial. La economía en los medios y en la utilización de materiales de bajo coste y, sobre todo, el afán de finalizar la construcción provocaron algunas deficiencias en las instalaciones. Las zonas más afectadas fueron la cocina, la lavandería, la cubierta y las instalaciones de servicios (conducciones de agua, instalación eléctrica, etc). Las dimensiones de algunos espacios mostraron con el tiempo sus limitaciones, en especial a las antiguas Consultas Externas, Urgencias y la Cocina. También se previeron pocas dependencias para utilitzar como despachos del personal, que se tuvieron que construir posteriormente.