Es una enfermedad no hereditaria, resultado de un envejecimiento prematuro de una parte del tronco del cerebro
Es una enfermedad no hereditaria, resultado de un envejecimiento prematuro de una parte del tronco del cerebro, denominado ¦sustancia negra, donde se produce la dopamina, una sustancia imprescindible para el control del movimiento por parte del sistema nervioso y para conseguir unos movimientos fluidos y ágiles. El déficit prematuro de la liberación de esta sustancia produce el síndrome parkinsoniano.
Se estima que la afectación clínica se manifiesta cuando se ha producido una disminución por debajo del 30% de la cantidad de reserva de dopamina de esta parte del cerebro, llamada sustancia negra.
Ralentización del movimiento y bradicinesia, temblor de las manos sobre todo en reposo cuando no hacen ningún movimiento y rigidez, lo que conlleva un andar lento y encorvado. A éstos se suman otros síntomas no relacionados con el movimiento como trastornos de la conducta en forma de control de los impulsos y obsesiones, ludopatía, en forma de bajo estado anímico, alteración de la sudoración, dolor, etc.
Tenemos un diagnóstico en fase presintomática en pacientes con trastorno del sueño con sueños muy vividos con agitación y agresividad.
Alteración de la olfacción en forma de falta de olfato (anosmia o hiposmia) o incluso un olor característico debido a la secreción de glándulas sebáceas localizadas en la espalda.
La afectación clínica bien descrita de una persona con temblor y marcha encorvada y con lentitud junto con las pruebas de imagen descartando otras enfermedades y buena respuesta a medicación reafirma el diagnóstico de enfermedad. Nuevas pruebas radiológicas pueden ayudar en casos dudosos a poder diagnosticar con menor posibilidad de error la enfermedad de Parkinson.
Tenemos un gran abanico de tratamientos para el Parkinson, pero que hay que ajustar y combinar según necesidad y que retrasan su evolución incluso empezando la prescripción en épocas tempranas del diagnóstico. En casos complejos muy concretos y cuando se ha agotado el efecto de los tratamientos farmacológicos orales nos podemos beneficiar de tratamientos quirúrgicos mediante estimuladores profundos o aportación de medicación por gastrostomía, que hace un efecto más rápido. Sin embargo, es cierto que con este tratamiento es necesaria una valoración estrica y control previo por especialistas en la enfermedad y con valoraciones multidisciplinares con neurocirugía y otras especialidades, como digestivos antes de proceder a cualquier intervención quirúrgica de este tipo.
No es hereditaria, aunque existe una predisposición en caso de tener algún familiar afectado. Si bien es necesario diferenciarla en etapas tempranas de la enfermedad de otras enfermedades de aparición en jóvenes con herencia bien definida, como son la enfermedad de Huntington, Wilson.
En principio no existen problemas a excepción de que se presente con problemas cognitivos o importante afectación del movimiento o de la fluidez del movimiento.
Servicio de Neurología