El dolor de cabeza o cefalea es muy común, se cree que más de un 20% de la población sufre dolor de cabeza de forma habitual
- ¿Qué es la cefalea?
- ¿Cuántos tipos de cefalea existen?
- ¿Bajo un dolor de cabeza puede haber una enfermedad grave o cuando tengo que preocuparme?
- ¿Existe tratamiento para controlar las cefaleas?
- ¿Desaparecen con la edad?
- ¿Tengo que evitar algún alimento en las cefaleas o cómo puedo evitarlas?
- ¿Hay algún tipo de dolor de cabeza que deba preocuparme?
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El dolor de cabeza o cefalea es muy común, se cree que más de un 20% de la población sufre dolor de cabeza de forma habitual. No se asocia a ningún problema cognitivo ni causa la muerte de un paciente, aunque, si no se controla, merma la calidad de vida del paciente e influye en su vida social y laboral.
Según las diferentes clasificaciones existen más de 30 tipos de dolores de cabeza definidos. De forma general, se clasifican en cefaleas primarias (aquellas donde el dolor de cabeza constituye la enfermedad en sí) y cefaleas secundarias (cuando existe una causa secundaria que provoca dolor de cabeza). Éstas son algunas de las más frecuentes:
- Cefaleas primarias:
- Migraña: se considera un dolor de cabeza pulsátil o en latido, principalmente en un lado de la cabeza, y de intensidad moderada o severa. Puede llegar a provocar náuseas. Impide los movimientos porque estos incrementan la intensidad, con molestia frente a la luz o el ruido, lo que provoca que habitualmente los pacientes busque el reposo o intente dormir. A veces, minutos antes aparecen auras en forma de luces de colores u hormigueo en las manos o cara que preceden al dolor de cabeza.
- Cefalea tipo tensión: es un dolor de cabeza moderado que afecta a toda la cabeza o nuca, habitualmente sin asociar náuseas ni necesidad de reposo.
- Cefalea en agrupamientos: se trata de un dolor de cabeza que se repite en períodos de tiempo determinados, de máxima intensidad, y que clásicamente se concentra alrededor del ojo y que causa envejecimiento del ojo y lagrimeo.
- Otras cefaleas primarias: cefaleas con características muy concretas, como la cefalea asociada a la tos, la cefalea asociada a la actividad sexual, o la cefalea nummular (un dolor de cabeza que se concentra en una pequeña región de la cabeza del tamaño de una moneda).
- Cefaleas secundarias: son aquellas asociadas a otras causas que son el origen del dolor de cabeza. Algunos ejemplos son la cefalea provocada por problemas cervicales, la cefalea relacionada con trastornos del líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal), o la cefalea asociada a infecciones sistémicas (como puede ser la provocada por la gripe o la COVID).
Algunas características concretas de la cefalea se consideran signos de alarma que hacen sospechar la existencia de una enfermedad grave. Algunos ejemplos son la cefalea desencadenada por el esfuerzo o la cefalea en trueno (aquella que aparece de forma brusca y alcanza una intensidad máxima en menos de 1 minuto). También es preciso tener precaución en casos de cefalea persistente o recidivante en un mismo lugar que no se calma con analgésicos. Sobre todo, si la cefalea va acompañada por problemas para hablar o dificulta el movimiento o andar, será necesaria una valoración médica para descartar causas cerebrales que puedan estar asociadas.
Sí. Existe un gran abanico de tratamientos para tratar las cefaleas una vez diagnosticado su tipo. Diferenciamos 2 tipos de tratamientos:
- Tratamiento agudo: se dispone de diferentes analgésicos con el objetivo de resolver el dolor de cabeza lo antes posible en el momento de su aparición. Existen algunos más genéricos (por varios tipos de dolor de cabeza), y otros más específicos para la migraña.
- Tratamiento preventivo: en los casos de cefalea frecuente, cuando el paciente la padece más de 3 o 4 días al mes, se recomiendan tratamientos preventivos, que deben tomarse diariamente, con el objetivo de reducir la intensidad y frecuencia del dolor de ninguna. Hoy en día, se dispone de tratamientos orales (comprimidos o cápsulas), tratamientos inyectables por el neurólogo, y tratamientos subcutáneos que el paciente se autoadministra en casa una vez al mes.
En la gran mayoría de casos estos tratamientos son efectivos, si bien es necesario realizar un buen control por el médico de cabecera y en su caso por el neurólogo para evitar un abuso de analgésicos que puede perpetuar las cefaleas y convertirlas en crónicas.
Por lo general, sí. Con la edad los dolores de cabeza suelen mermar en intensidad y frecuencia, si bien aumenta la probabilidad de sufrir otros tipos de dolor osteoarticulares a nivel cervical y en la articulación mandibular que se pueden confundir con las cefaleas clásicas.
Se recomienda seguir rutinas diarias, especialmente en el sueño y en la dieta, que eviten cambios inesperados que suelen empeorar el dolor de cabeza. También se recomienda la práctica habitual de ejercicio físico y evitar el uso abusivo de café u otros estimulantes. El consumo de alcohol es un desencadenante reconocido. No se han establecido alimentos concretos que desencadenen el dolor de cabeza, pero algunos pacientes con migraña identifican algunos alimentos concretos, que en este caso se recomendaría evitar. También es necesario estudiar y tratar los problemas asociados que pueda haber de insomnio, apnea del sueño, ansiedad o depresión.
Ese dolor de cabeza persistente, distinto al habitual, que no cesa con tratamiento dispensado por un profesional médico después de una primera evaluación. También aquél que viene acompañado de forma persistente por una alteración del lenguaje, visión o pérdida de fuerza. Aquel dolor de cabeza que presenta una intensidad máxima de inicio muy brusco, o que se desencadena al realizar un esfuerzo físico, también requerirá una evaluación urgente.
Servicio de Neurología