Oxigenoterapia: todos los detalles

La oxigenoterapia es una terapia respiratoria que consiste en la administración de oxígeno para aumentar su concentración en sangre y conseguir que los órganos vitales (corazón y cerebro) reciban el oxígeno que se necesita.
El objetivo de la oxigenoterapia consiste en mejorar el oxígeno de los tejidos y disminuir el trabajo respiratorio. Si se utiliza de una forma correcta, le permitirá realizar actividades de la vida diaria de manera más autónoma y tendrá mejor calidad de vida.

Las personas necesitamos el oxígeno para mantener nuestras funciones vitales. El oxígeno se obtiene del aire. Esta cantidad es suficiente para las personas con pulmones sanos y para algunas personas con enfermedades pulmonares.

Pero algunos pacientes tienen los pulmones afectados y no pueden llegar a la cantidad de oxígeno suficiente en la sangre, por eso se les hace una evaluación clínica para determinar la necesidad.

Después de la evaluación clínica, es el facultativo especialista quien prescribe la oxigenoterapia.

Le indicará la cantidad necesaria medida en litros minuto (L/min) y las horas de uso. También especificará el momento (esfuerzo, reposo o las horas de sueño).

Por ejemplo, el médico le podrá indicar 2 L/min, durante el reposo e incrementar a 3 L/min por la realización de la actividad física (caminar por la calle o subir escaleras).

La oxigenoterapia también permite añadirse a terapias respiratorias como la ventilación mecánica domiciliaria oa la máquina de CPAP para dormir, según indicación médica.

Podría aumentar sus horas de uso hasta que no contactara con su médico responsable, pero NO puede aumentar el flujo de oxígeno si su médico no lo ha indicado.

Esto es así, porque si se encuentra peor o necesita más oxigenoterapia puede tratarse de una descompensación de su enfermedad, por lo que se recomienda consultar al médico para ver la causa y qué tratamiento adicional requiere.

Deberá consultar con el médico o su enfermera de referencia en caso de notar más sensación de ahogo y que se ponga oxigenoterapia durante más tiempo del que tiene prescrito.

NO debe hacerlo. Si cree que ya no la necesita porque ha mejorado su sensación de ahogo o sus saturaciones de oxígeno, debería consultarlo con el médico y realizar las pruebas pertinentes para determinar la retirada del tratamiento.

Está demostrado que los enfermos que reciben oxigenoterapia domiciliaria de forma correcta en tiempo y dosis:

  • Mejoran la calidad de vida y sus actividades diarias
  • Mejoran la calidad del sueño, el estado de ánimo, el nivel de alerta y la memoria
  • Reducen la sensación de ahogo
  • Disminuyen el sobreesfuerzo del corazón

Existen fuentes de oxigenoterapia estáticas (de uso domiciliario) y fuentes portátiles que permiten continuar con la oxigenoterapia fuera del domicilio y facilitan la deambulación.

  • Mochila portátil de oxígeno líquido. Se carga con una bombona grande que se deja en el domicilio, pesa unos 4-5 kg llena, permite unos flujos entre 1-6 L/min de forma continua o pulsátil. Siempre debe recargarse antes de su uso. Quizás la carga se evapora con el tiempo (comprobar que la mochila se encuentra bien cargada antes de utilizarla). La duración de este dispositivo, depende de los litros/min prescritos, en función de ello puede ser menor.
  • Concentrador portátil. Este dispositivo tiene una batería interna como cualquier dispositivo eléctrico y se carga con la corriente. Puede tener una autonomía de entre 2 y 4 horas. Permite el suministro de oxígeno fuera del domicilio. Existen los concentradores portátiles que entregan el oxígeno de forma continua o pulsativa, con el esfuerzo inspiratorio del paciente. Estos concentradores pueden cargarse también en el coche facilitando desplazamiento.
  • Concentrador estático. Este dispositivo es utilizado en el interior del domicilio. Es un dispositivo eléctrico que va conectado a la corriente eléctrica. Puede suministrar oxígeno continuo de flujos hasta 10 L/min, dependiendo de los casos. Tiene ruedas y se puede mover por el interior del domicilio.

  • No puede fumar en la habitación donde se encuentre la fuente de oxígeno, ya que puede favorecer la combustión de las cosas que sean potencialmente inflamables.
  • El concentrador debe colocarse en una habitación bien ventilada y con cierta distancia de las paredes, cortinas y muebles para permitir un adecuado flujo de aire ambiental.
  • Las fuentes de oxígeno deben estar mínimo a 2 metros de fuentes de calor (estufas, radiadores, calefactores, etc.)
  • No modifique la pauta de oxigenoterapia (litros/min) del concentrador (siempre que no sea indicación médica).
  • No coloque objetos sobre el concentrador.
  • Utilice un único enchufe para el concentrador, no adapte el concentrador a una alargadora de enchufes.
  • La fuente de oxígeno no debe estar en la misma habitación donde tiene fuentes eléctricas, de gas o cualquier electrodoméstico que pueda hacer chispas (secadores de pelo, sacapuntas de afeitar, etc.).
  • Se pueden utilizar gafas nasales mientras se ducha, excepto si hay calentador con fuego en el mismo lavabo.
  • Evite utilizar cremas faciales a base de aceite, vaselina o productos para el cabello mientras lleve las gafas nasales, el oxígeno puede favorecer su combustión.
  • Si tiene irritación o sequedad en los orificios nasales, se recomiendan lavados nasales con suero fisiológico. No utilice cremas a base de aceite (vaselinas).
  • Los concentradores y bombonas de oxígeno de alimentación deben mantenerse en una posición vertical y adecuadamente fijados para evitar caídas accidentales.
  • Desconecte el oxígeno cuando no lleve las gafas nasales.
  • Evite posibles caídas suyas o de familiares que puedan tropezar con la alargadora.
  • Si tiene que ir al lavabo de noche, procure tener una buena iluminación y señalización adecuada, evite colocar objetos en el trayecto hasta el baño para evitar caídas.
  • Si no funciona el aparato o hace ruidos, no intente repararlo. Tenga a mano los teléfonos de la empresa y póngase en contacto con el técnico para que puedan revisar el problema.

Es importante que se entienda que estar en movimiento es un desgaste energético y, por tanto, también de oxígeno. Así pues, se pueden incorporar al día a día ciertas iniciativas para mejorar el ahorro energético y que no empeore la sensación de ahogo.

  • Utilice una silla o un banquete para ducharse para evitar estar de pie durante las actividades (afeitarse, lavarse los dientes, etc.).
  • Acerque los objetos personales que sean más necesarios para el día a día para evitar levantarse muchas veces de forma innecesaria.
  • En caso de movilización dificultosa, puede utilizar un andador en el que pueda colocar el dispositivo de oxígeno para que esto le facilite la movilización.
  • Para transportar el oxígeno portátil existen diferentes modos y dependerá de cómo usted se sienta más confortable a la hora de transportarlo. En bandolera, con mochila de dos asas en la espalda o bien con el carrito.

Servicio de Neumología

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