El proyecto ha incluido la creación de una aplicación móvil específica para los pacientes. Esta aplicación permite a los pacientes acceder a textos, imágenes y vídeos educativos personalizados según el estado y necesidades de cada persona; comunicar periódicamente los datos sobre su evolución y sobre el uso de los inhaladores mediante cuestionarios específicos; controlar su medicación; controlar la función pulmonar con el uso de un medidor domiciliario de flujo espiratorio (PEF); recibir un plan nutricional; recibir recomendaciones y ajustes de medicación del equipo asistencial en función de los datos comunicados, y ponerse en contacto con el equipo asistencial ante cualquier duda o emergencia a través de una sección de mensajería.
Esta iniciativa se ha desplegado como estudio científico para poder determinar si, al año, los pacientes seguidos telemáticamente han tenido o no una mejor evolución que los atendidos sólo presencialmente. Participan en el estudio piloto un total de 108 pacientes (54 atendidos con telemedicina y 54 controles, determinados de forma aleatoria), y está previsto dar a conocer sus resultados a mediados del próximo año.
La figura del profesional de enfermería experto en asma desempeña un papel clave en este proyecto, ya que ha participado en la formación de los pacientes sobre el uso de la aplicación y es el referente de las comunicaciones telemáticas de los pacientes con el hospital. En este sentido, la Dirección de Enfermería del Hospital Universitario de Bellvitge ha facilitado los recursos necesarios para la implementación del programa.
La Dra. Mariana Muñoz-Esquerre, coordinadora de la Unidad Funcional de Asma del Hospital Universitario de Bellvitge, destaca que “aunque ya existen muchas apps sobre asma, habitualmente sólo ofrecen recomendaciones genéricas; la de nuestro proyecto ofrece información personalizada, permite el control y monitorización de la enfermedad y, lo más importante, tiene siempre un equipo asistencial detrás”.
La Dra. Muñoz-Esquerre subraya que “un 50% de los pacientes con asma grave presentan un mal control de la enfermedad. Con este proyecto, pretendemos reforzar la educación y las habilidades de los pacientes, detectar precozmente el empeoramiento de los síntomas y mejorar el control de las comorbilidades”.
Por su parte, el enfermero experto Héctor Cabrerizo, miembro de la Unidad Funcional de Asma, apunta que “mientras que la consulta es un contacto relativamente corto y ocasional, con esta app podemos tener un contacto más continuado. Cuando un paciente, en la práctica clínica habitual, empeora entre visita y visita, sólo nos damos cuenta pasado un tiempo; en cambio, de este modo tenemos inmediatamente la información y podemos reaccionar de forma rápida”. Héctor Cabrerizo añade que “también nos es útil en un sentido inverso: nos permite espaciar más las visitas de los pacientes que no tienen ningún problema”. Según destaca, “necesitamos superar el típico modelo asistencial y aplicar nuevos recursos a los nuevos retos, que empoderen al paciente, en un contexto en el que cada vez hay más afectados y con más enfermedades crónicas”.
Este proyecto es una de las líneas de trabajo del Grupo de Investigación en Neumología del IDIBELL, enfocado a la enfermedad respiratoria crónica de alta complejidad (MAC-Res). Forma parte del proyecto DAIPO (Digital Transformation of Health) del ICS-Metropolitana Sur y ha recibido una beca del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Barcelona. Asimismo, recientemente ha sido finalista en el III Concurso de innovación en asma grave de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y ha contado con la colaboración del Servicio de Alergología para la inclusión de enfermos con asma atendidos en sus consultas.
Una vez finalizado el proyecto, se valorarán no sólo las mejoras en el control de la enfermedad, la adhesión al tratamiento y la calidad de vida conseguidas, sino también el progreso de los pacientes en el conocimiento global de la propia enfermedad. Una vez evaluados los puntos fuertes y débiles de los resultados, está previsto que esta actividad pueda continuar en el marco tecnológico global de teleasistencia que está desarrollando actualmente el Hospital Universitario de Bellvitge.
En Cataluña, sufren asma más de medio millón de personas, con una edad media de 41 años, de las que el 54,2% son mujeres. Los síntomas más habituales son dificultad para respirar, tos seca, sensación de presión y silbidos en el pecho. La enfermedad, además, puede causar periódicamente ataques y crisis que pueden revestir una alta gravedad. A menudo se encuentra asociada con otras enfermedades crónicas. Aunque no tiene curación, puede ser bien controlada en la mayoría de casos si está bien tratada y existe un correcto seguimiento y adherencia.