Fibrobroncoscopia: qué saber

Los profesionales del Hospital de Bellvitge te explicamos detalles clave sobre la fibrobroncoscopia.

La fibrobroncoscopia es una técnica que permite visualizar el interior de la tráquea y de los bronquios, y obtener muestras de éstos, o del pulmón, para su análisis. Esta técnica también sirve, en ocasiones concretas, para realizar tratamientos, así como para detener hemorragias, aspirar secreciones, extraer cuerpos extraños, etc.

Es una exploración fundamental para el diagnóstico de numerosas enfermedades broncopulmonares y de otros órganos vecinos, así como para el tratamiento de algunas de ellas. Si no se realiza esta prueba, puede dificultarse o, incluso, en algunos casos, hacer imposible el diagnóstico adecuado o el tratamiento de la enfermedad.

La prueba consiste en la introducción de un tubo delgado y flexible por la nariz (ocasionalmente por la boca). Previamente se habrá aplicado un anestésico local a través de la nariz y la garganta. Aunque es algo molesta, esta prueba es generalmente bien tolerada y suele ser rápida (aproximadamente unos 20 minutos).

No se puede tomar ningún tipo de alimento ni bebida, tampoco fumar en las 6 horas previas a la prueba.

Cuando se va al hospital para realizar la prueba, es necesario llevar toda la información clínica de la que se dispone (estudios radiográficos, exploraciones funcionales respiratorias, analíticas...).

Es muy importante, antes de realizar la prueba, informar de si:

  • Se ha realizado esta exploración con anterioridad.
  • Se es alérgico a cualquier medicamento.
  • Se padece asma bronquial, alguna enfermedad cardíaca, hepática, renal, diabetes o inmunodeficiencia adquirida.
  • Se está tomando cualquier tratamiento anticoagulante (sintromo, aldocumar, heparina, etc.) o antiagregantes (aspirina, adiro, tromalyt, tiklid, plavix, disgren, iscover, etc.).

Aunque esta prueba puede considerarse hoy día una técnica segura, en algunas ocasiones pueden aparecer complicaciones, generalmente de carácter leve, y excepcionalmente irresolubles. Puede causar mareo o dificultad para respirar. También pueden observarse otro tipo de complicaciones como una ralentización del pulso, tensión baja, espasmo bronquial, esputos sanguinolentos o, incluso, aunque con muy baja frecuencia, hemorragia, reacción alérgica al anestésico, angina de pecho, infección o neumotórax (entrada de aire).

El paciente está en todo momento controlado por el equipo asistencial que le atiende, para detectar, lo antes posible, cualquier problema que pueda aparecer.

Después de la exploración se puede tener un pequeño sangrado (esputo o moco teñido de sangre) que se debe al roce del aparato con la vía aérea y/o a la toma de muestras. En ocasiones, puede aparecer fiebre unas horas después de la exploración que remite con los antitérmicos; pero si la fiebre persiste es necesario consultar con el médico.

Al finalizar la prueba el paciente puede irse a casa, pero hay que esperar aproximadamente dos horas para poder comer, beber o fumar.

 

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