Los videojuegos son entretenidos, motivadores, estimulantes y divertidos. Sin embargo, un uso abusivo puede llevar a un trastorno importante. La adicción a los videojuegos es una realidad clínica, que se traduce en las consultas de adolescentes y jóvenes a los dispositivos asistenciales y asociaciones de autoayuda, así como su reconocimiento en los manuales diagnósticos de trastornos mentales.
La mayoría de los estudios apuntan a que los videojuegos de carácter masivo, online, de rol y multijugador (conocidos como MMORPG) son los que más problemas de uso excesivo provocan.
- Es importante que los padres conozcan las nuevas tecnologías, aplicaciones y videojuegos que utilizan sus hijos desde la infancia.
- Debemos ser conscientes de que, como padres, somos un modelo de conducta: nuestros hijos siempre nos están mirando, aunque no lo parezca.
- No es aconsejable que los niños tengan los dispositivos electrónicos en su habitación. Las nuevas tecnologías no
- deben ser una herramienta de aislamiento.
- Sí es aconsejable negociar la duración máxima de las sesiones de videojuego: entre 1 y 2 horas (después de realizar las tareas escolares u otras establecidas), evitar un patrón diario y jugar justo antes de acostarse.
- Un tiempo excesivo dedicado a los videojuegos de forma diaria (por ejemplo, 3-4 horas).
- Aumento de la irritabilidad al dejar de jugar.
- Abandono de otras actividades sociales, escolares y lúdicas.
El apoyo de otros profesionales, como profesores y pediatras, también es fundamental para la detección precoz de posibles señales de alarma.
En el contexto adecuado y con un patrón de uso saludable, los videojuegos pueden ser educativos, aumentar determinadas capacidades y habilidades, mejorar la autoestima y las relaciones sociales, así como servir para practicar idiomas. Pero, al mismo tiempo, debemos reconocer y prevenir el impacto negativo que pueden tener a raíz de un uso abusivo, especialmente en etapas evolutivas tempranas, como son la infancia y la adolescencia.
Por este motivo, como sociedad debemos asumir de forma compartida la responsabilidad de promover el uso saludable de las nuevas tecnologías.
Para saber más, puede consultar la guía Tecnologás Digitales en la Infancia, la Adolescencia y la Juventud, de la Generalitat de Catalunya