Desmontamitos: 5 falsos mitos sobre la obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un exceso de grasa corporal y que puede conllevar problemas de salud graves como diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer, entre otros. Sin embargo, a menudo se asocia con un estigma social negativo que puede llevar a la discriminación y al maltrato de las personas que la padecen, con la consiguiente afectación a la estima y el bienestar de la persona que la padece.

Este estigma se deriva de la creencia errónea de que la obesidad es un resultado de la falta de voluntad o disciplina, y que las personas que la padecen son perezosas o glotonas. Esto lleva a la discriminación en el lugar de trabajo, en las interacciones sociales y en la atención médica. Además, se ha demostrado que el estigma puede tener un impacto negativo en la salud física y mental de las personas con obesidad, lo que puede llevar a un mayor aumento de peso y una mayor dificultad para perder peso.

Este mito sugiere que las personas con obesidad simplemente no tienen suficiente fuerza de voluntad para controlar su peso. Sin embargo, la obesidad es una enfermedad grave y compleja influenciada por una variedad de factores genéticos, metabólicos, ambientales y sociales, y no se puede reducir simplemente a una cuestión de elecciones de estilo de vida.

Aunque la dieta y el ejercicio juegan un papel importante en el manejo del peso, la obesidad también puede estar influenciada por factores como el estrés, la falta de sueño, la genética, los medicamentos y las condiciones médicas subyacentes. No es tan simple como "comer menos y moverse más".

Este mito asume que todas las personas con obesidad tienen hábitos de vida poco saludables o son perezosas. En realidad, muchas personas con obesidad llevan estilos de vida activos y saludables, pero pueden enfrentar desafíos únicos debido a su peso.

Este mito sugiere que las personas con obesidad pueden perder peso si se esfuerzan lo suficiente. Sin embargo, la pérdida de peso a largo plazo es extremadamente difícil para muchas personas debido a la complejidad de los factores que contribuyen a la obesidad, que como se ha indicado, es crónica.

Si bien la obesidad puede estar asociada con problemas de imagen corporal y estigma social, es importante reconocer que también conlleva riesgos significativos para la salud, como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otros problemas médicos graves, incluyendo un riesgo aumentado de mortalidad. No se trata solo de apariencia, sino de salud y bienestar general.

Es importante comprender que la obesidad es una enfermedad crónica grave y compleja que puede estar influenciada por factores genéticos, ambientales y sociales, y que la culpa y la vergüenza no son soluciones eficaces para su tratamiento. La humanización es un enfoque que reconoce la importancia de tratar a las personas que padecen obesidad con respeto, dignidad y compasión, y que promueve la comprensión de las causas y los desafíos que afrontan estas personas.

La humanización de la obesidad también implica abogar por políticas y prácticas que promuevan la equidad y la justicia en la atención médica, la educación y el empleo. Esto puede incluir la promoción de opciones de estilo de vida saludable, la educación sobre la diversidad corporal y la promoción de la actividad física en un entorno amigable y accesible para todas las personas, independientemente de su tamaño o forma corporal. Así como el acceso al tratamiento médico y/o quirúrgico.

En resumen, la obesidad es una condición médica y las personas que la padecen no deberían ser estigmatizadas ni tratadas con desprecio. La humanización de la obesidad es un enfoque que reconoce la complejidad de esta condición y promueve el trato respetuoso y compasivo de todas las personas que la padecen. Esto puede conducir a una mayor equidad y justicia en la atención médica y la sociedad en general, y a mejores resultados de salud para todas las personas.

Servicio de Psicología Clínica y Servicio de Endocrinología y Nutrición, Nutrición Clínica y Dietética

Fuente fragmentos de introducción y conclusión: Informe HASPO