“Cuando pinto, el universo queda reducido a un reflejo, unas formas o unas figuras humanas que quiero que se incorporen a la lámina”
Intentar que el Dr. Fernández Aranda responda preguntas mientras está pintando es complicado. Instalados para esta entrevista en el exterior, pero a pocos metros de su lugar de trabajo diario, los pinceles, el estuche con los colores, el agua y la lámina captan todos sus sentidos, su concentración y cuesta traerlo de vuelta a la conversación. Su capacidad de abstracción con el pincel en la mano casi invita a apartarse discretamente, pero esta vez no va a poder ser…
- ¿Ya eras un niño especialmente interesado por el dibujo?
Siempre me ha gustado el dibujo, quizás influenciado por mi padre, que dibujaba muy bien. Yo he sido bastante autodidacta, pero mi padre si que recibió algún curso más reglado, aunque luego no se dedicó al dibujo. Aprendí de él, sobre todo de como jugaba con la forma, y eso quizás fue lo que me llamó más la atención e hizo que me empezara a gustar más en serio el dibujo.

- ¿Y ya utilizabas la acuarela desde el principio?
Por entonces me gustaban mucho los comics, así que empecé dibujando comics en la adolescencia. Me presenté a algún concurso… eran sobre todo en blanco y negro, dibujados con tinta. Me gustaba reflejar a través de las viñetas situaciones, realidades, contextos que iba viendo. De hecho en la adolescencia incluso me planteé estudiar Bellas Artes, luego llegó el final del bachillerato y entró Medicina en juego, pero al final se impuso el sentido práctico y acabé estudiando Psicología. Llegué a publicar alguno de los comics en alguna revista local de Vilanova, después hice alguna ilustración menor en algún pequeño libro… Tras esa etapa centrada en el comic, dejé el dibujo algo apartado, hasta que lo volví a recuperar con fuerza hace unos 15 años, y fue entonces cuando empecé con las acuarelas. Volví al dibujo con una intensidad renovada, empecé a comprar pinceles, a ir a sitios. Cualquier excusa o motivo es bueno para sacar el cuaderno en un bar, pero en ocasiones te ves obligado a dejarlo en un segundo plano por una serie de circunstancias vitales que requieren tu atención y que te impiden tener continuidad en esa actividad.

- ¿También te fuiste introduciendo en las acuarelas de forma autodidacta?
Lo cierto es que en los últimos ocho o diez años he asistido a talleres de dos o tres días impartidos por artistas conocidos. Habré hecho una decena de talleres de este tipo con buenos pintores de acuarelas a nivel mundial. O sea que desde un inicio autodidacta si que luego he intentado perfeccionar la técnica con estos talleres.

- Y creo que el azar también te ha deparado alguna sorpresa agradable relacionada con la acuarela…
Si! siempre cuento la anécdota de como conocí a unos de los acuarelistas más prestigiosos del mundo, Álvaro Castagnet. Le seguía por Internet porque me gustaba mucho como pintaba y un día, después de una conferencia en el MACBA sobre TCA, me lo encuentro en el restaurante haciendo una reserva para comer. Me acerqué, me presenté y le dije que nos conocíamos pero que estaba en mi mesilla de noche cada día, en el ipad! A raíz de ese encuentro surgió una amistad. Esto fue hace siete u 8 años. Ahora nos vemos con cierta frecuencia, pintamos juntos de vez en cuando, le envío pinturas y las comentamos… Con él y junto a otros artistas hemos creado una pequeña red. También formo parte de la Agrupación de Acuarelistas de Catalunya, que tiene más de 100 años.

- ¿Qué te interesó de la acuarela como técnica artística?
Existen diferentes escuelas de acuarelistas: más realistas, más figurativos, otros que dejan entrever lo que pintan... A mí me lo que me gusta es dejar que la escena se exprese con la humedad del pincel, que es un recurso superchulo, pero que no es fácil, a veces consigues lo que buscas y a veces no…. Poco a poco consigues que se vaya difuminando el color como quieres, y es curioso pero luego le puedo acabar añadiendo tinta para definirlo más o no. A veces, se acercan los niños cuando estoy pintando y te preguntan, es muy interesante y satisfactorio ver cómo les atrae la acuarela! Y entonces les dejo el pincel para que pongan color.

- ¿Y te has planteado alguna vez que pueda ser una actividad útil para tus pacientes?
Si, también hemos hecho alguna actividad con pacientes, porque una de las cosas que me gusta transmitir con la acuarela es que no hay perfección. La perfección no existe y algunas pacientes buscan esta perfección en las líneas, en los bordes y la acuarela va en contra de todo eso. De forma general, las pacientes quieren mantenerlo todo bajo control y lo bueno de la acuarela es que cuanto más quieres ejercer este control peor sale, por eso es fundamental disfrutar del proceso, de lo que vas haciendo.

- Utilizas diferentes formatos en tus pinturas: el cuaderno de viaje, la lámina individualizada…
Me gustan las formas, las personas, las calles, el bullicio, los ambientes urbanos… no me interesan tanto los paisajes más bien bucólicos. Me gustan mucho las personas. Aunque las figuras no son fáciles en muchas ocasiones me gusta, expresar, desarrollar la figura, las formas, aunque el resultado final pueda parecer deslavazado o algo inconcreto o no tan explícito. Cuando voy a cualquier ciudad me gusta pintar coches, tranvías, personas, perros… Pinto en diferentes tamaños, pero el cuaderno es el elemento que me acompaña siempre en cualquier viaje, en cualquier congreso en la ciudad que sea. Lo llevo porque siempre encuentro un momento para pintar, aunque sea en el aeropuerto. Tengo unos 60 cuadernos, son como un diario vital.

- En los congresos entonces ya es conocida esta faceta tuya…
Si, claro. Los compañeros que invitamos al congreso mundial hace unos meses, no me pidieron nada por participar, excepto una acuarela. Todos se llevaron la suya, es normal, te conocen ya por eso y después hace ilusión mantener una videconferencia y ver de fondo colgada una acuarela tuya, lo valoro como una muestra de afecto.
- Pintar es una absoluta necesidad para ti?
En cierta forma si, lo que más valoro es la abstracción que te genera, en profesiones como la nuestra, que requiere poner toda la carne en el asador, mucha intensidad, el hecho de llevar a cabo alguna actividad manual, pintar por ejemplo, te permite abstraerte, no dedicarte a pensar en tu trabajo. Cuando pinto el universo queda reducido a un reflejo que quiero recoger o unas figuras humanas que se incorporan a la lámina y entonces te ensimismas. Así es como funciona… y ahora me voy olvidando de la entrevista mientras pinto. Si estuviese hablando con otra persona ya estaría inquieto, pensando sólo en cómo acabar el dibujo.

- ¿Has expuesto tus pinturas?
Hemos hecho alguna exposición en el HUB y en alguna sala de Vilanova, pero muchas obras, más allá de los cuadernos, las voy regalando; también hice las ilustraciones del primer cuento colaborativo del hospital, "Ara farà 50 anys". Este dibujo os lo voy a regalar porque ha sido una experiencia diferente. No estoy cómodo hablando de como dibujo o porque lo hago, o pintando mientras pasan compañeros y es curioso porque puedo hablar sin problemas ante 500 personas de mi trabajo. En Instagram también publico pinturas y dibujos desde hace años, unas 700 más o menos. Ahora no cuelgo tantas, pero pinto a diario. Siempre dibujo, a cualquier sitio que vamos saco el cuaderno, los pinceles y las pinturas. A veces leo, pero de forma general aprovecho cualquier oportunidad para sacar el cuaderno y ponerme a pintar.

- ¿Habías explicado antes cómo y por qué dibujas?
No, la verdad es que en este formato de pregunta-respuesta no. Para mi pintar es una forma de expresarme, me gusta hacerlo y ya está. Hoy ha sido una experiencia diferente, si estuviéramos en Vilanova, en la plaza de la Vila, tomándonos algo, sería algo más relajado, pero en este entorno es más complicado. Estoy pintando delante de la unidad y me está costando un montón y encima ahora que lo quisiera acabar, no puedo hacerlo porque me están esperando en la universidad.
Unas últimas pinceladas apresuradas y la promesa de poder reproducir el dibujo acabado con la entrevista. Podéis comprobar que cumplió su palabra.
