Asma: qué hay que saber

El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias caracterizada por la inflamación y estrechamiento de los bronquios que puede ser variable en el tiempo, que dificulta el flujo de aire. Esta condición puede afectar a individuos de todas las edades y ambos sexos, aunque a menudo es más común en las mujeres de edad adulta.

Los síntomas del asma pueden variar en intensidad y frecuencia, pero los más comunes incluyen:

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  • Disnea: Dificultad para respirar, especialmente durante el ejercicio físico o la noche.
  • Sibilancias: Ruidos agudos y silbidos al respirar, causados ​​por el estreñimiento de las vías respiratorias.
  • Tos persistente: A menudo empeora por la noche o durante el ejercicio.
  • Sensación de opresión torácica: Sensación de presión o constricción en el pecho.

Varios factores pueden precipitar o exacerbar los síntomas del asma, incluyendo:

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  • Irritantes ambientales: Humos, contaminación ambiental, químicos (productos de limpieza, perfumes, etc.)
  • Alérgenos ambientales: Polen, ácaros del polvo, pelo de animales, hongos.
  • Ejercicio físico: Especialmente en climas fríos o secos.
  • Infecciones respiratorias virales: Como los resfriados, la gripe, el COVID, etc.
  • Condiciones meteorológicas: Aire frío, cambios bruscos de temperatura, exceso de humedad, tormentas.
  • Problemas emocionales: ansiedad, estrés, ataques de pánico, depresión.
  • Trastornos hormonales: menstruación, embarazo, menopausia.
  • Algunos fármacos (no siempre) como en los antiinflamatorios no esteroideos, beta-bloqueantes, etc.

Aunque el asma no tiene una cura definitiva, se puede gestionar eficazmente mediante un tratamiento adecuado y un plan de acción personalizado.

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  • Monitorización regular de los síntomas y autorreconocimiento precoz de las crisis. Utilización de diarios de síntomas y medidores de flujo máximo.
  • Evitación de los desencadenantes conocidos: Identificación y minimización de la exposición a factores desencadenantes.
  • Uso de medicamentos de manera correcta: antiinflamatorios (corticoides inhalados) y a veces broncodilatadores, prescritos según la gravedad de la enfermedad. Se debe revisar siempre la técnica inhalatoria con el equipo de enfermería/médico o farmacéutico comunitario.

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  • Mantener un entorno limpio: Reducir la exposición a alérgenos (en su caso) como el polvo, hongos y el polen mediante la limpieza regular. Evitar los contaminantes en el interior del domicilio como el tabaco, humos, ambientadores, velas, etc.
  • Practicar ejercicio físico adecuado: adaptar la actividad física a las necesidades y posibilidades individuales, con supervisión médica.
  • Mantener hábitos de vida saludable: como un peso adecuado (la obesidad empeora el control del asma), y nutrición balanceada.
  • Tener buen cumplimiento de la medicación de control y llevar siempre la medicación de rescate: Cerciorarse de tener a mano los medicamentos para las crisis asmáticas y seguir las indicaciones del médico.

 

Escucha el podcast: 

Respirar es un acto tan básico que a menudo lo damos por sentado... hasta que se complica. En este episodio del podcast Veus de Bellvitgela Dra. Maria Molina nos adentra en las enfermedades pulmonares intersticiales, un grupo de afecciones poco conocidas que afectan gravemente a la calidad de vida. Hablamos del diagnóstico precoz, la dieta respiratoria, la investigación pionera y cómo el trabajo en red está permitiendo avanzar hacia nuevos tratamientos. Descubre cómo la investigación y la innovación están cambiando la vida de muchos pacientes.

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