Arteriografía bronquial: todos los detalles

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La arteriografía bronquial es una exploración que sirve para ver las arterias de los bronquios. Actualmente es uno de los estudios más exactos que se puede hacer para conocer la causa y el lugar del sangrado pulmonar (hemoptisis). Por otro lado, la embolización sirve para tapar los vasos sanguíneos (arterias) que están afectados por la enfermedad.

Se pinchará un vaso sanguíneo (generalmente en la ingle) utilizando anestesia local. A continuación, se introducirá un tubo muy fino (catéter), por el que se inyecta un líquido (medio de contraste), que permite ver las arterias en las radiografías. Si se visualiza el vaso sangriento se puede cerrar para que deje de sangrar. La duración de la exploración es de 2 horas aproximadamente.

La embolización permite tratar el problema de los vasos. En ocasiones, es necesario realizar más de una sesión para que el resultado sea óptimo. Los resultados que se obtienen compensan los posibles riesgos que comporta.

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Hay que venir en ayunas al hospital. Si se toman anticoagulantes o antiagregantes es necesario informar al equipo médico porque esto podría contraindicar la realización del procedimiento por el riesgo de sangrado.

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Debido al medio de contraste:

• Reacciones alérgicas, que pueden ser:
  • Leves: náuseas, picores o lesiones en la piel.
  • Raramente graves: alteraciones de los riñones.
  • Excepcional: defunción (1 de cada 100.000 pacientes).

A causa de la técnica:

• Coágulo (trombo) o disección en el vaso que se pincha.
• Sangrado por el sitio de la punción (hematoma).
• Soltar un coágulo con obstrucción de un vaso a distancia (embolia), que puede requerir intervención urgente.
• Obstrucción de los vasos que acuden a la médula espinal (que tienen el mismo origen que las arterias bronquiales), con las consiguientes lesiones medulares, incluso de parálisis. Esta complicación es muy rara (inferior al 1%).

Debido a la radiación de las técnicas radiológicas utilizadas para guiar el procedimiento

• Una ligera elevación del riesgo de padecer cáncer dentro de algunos años. Este riesgo es muy bajo en comparación con la normal incidencia del cáncer.
• Lesiones en la piel. La posibilidad de que se produzcan depende de la dificultad del procedimiento y de su sensibilidad a la radiación.

En la actualidad, las arterias pueden explorarse mediante resonancia magnética o TC, pero ninguna de estas pruebas proporciona información exactamente igual que la arteriografía.

En cuanto a la embolización, la alternativa sería tapar los vasos sanguíneos mediante una intervención quirúrgica, lo que conlleva un riesgo aún mayor.

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La prueba se realiza en régimen de hospitalización. Después de la prueba hay que permanecer en reposo absoluto durante 24 horas, en la cama, con un vendaje compresivo sobre la ingle (para prevenir complicaciones hemorrágicas).

Si no aparecen complicaciones, se da el alta al día siguiente del procedimiento. Es aconsejable no realizar esfuerzos físicos importantes los días posteriores a la exploración. 

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