La pastilla anticonceptiva: qué saber

Se trata de un medicamento hormonal que, tomado diariamente, impide la ovulación y modifica el moco cervical y el endometrio, reduciendo así las posibilidades de embarazo. Existen distintos tipos de píldoras (combinadas de estrógeno y gestágeno, o solo de gestágeno), por lo que la elección debe individualizarse.

• Tomar a la misma hora cada día: la regularidad es clave para mantener su eficacia.
• No olvidar dosis: un descuido puede reducir la protección; en caso de olvido, seguir las instrucciones del prospecto y consultar con un profesional.
• No interrumpir sin asesoramiento: suspender el tratamiento sin orientación médica puede afectar al ciclo menstrual y la eficacia anticonceptiva.
• Informar sobre otros medicamentos: algunos fármacos pueden disminuir la efectividad de la pastilla.
• Controles médicos regulares: permiten evaluar posibles efectos secundarios y ajustar el método si es necesario.

Además de prevenir embarazos, la pastilla anticonceptiva puede: 

• Regular el ciclo menstrual. 
• Disminuir el dolor y el sangrado en la menstruación. 
• Mejorar el acné en algunas mujeres. 
• Reducir el riesgo de ciertos quistes ováricos. 

Algunas personas pueden experimentar náuseas, sensibilidad en los pechos, cambios de humor o pequeñas variaciones en el sangrado. Generalmente son leves y tienden a mejorar con el tiempo, pero si persisten, es recomendable consultarlo. 

Recuerda

• La pastilla anticonceptiva no protege frente a infecciones de transmisión sexual (ITS). Para ello, el preservativo sigue siendo indispensable. 
• La elección del método anticonceptivo ideal depende de cada persona, sus necesidades y su historia clínica. Por eso, siempre es recomendable consultar con un profesional de salud antes de empezar.