La cara B de José Manuel Martínez García, ginecólogo del HUB y estudiante del Grado de Historia del Arte en la UNED

- La Cara B

“Es fantástico viajar y entender gracias al arte contextos y formas de vida diferentes”

Justo después superar la pandemia, José Manuel Martínez, especialista del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario de Bellvitge desde el año 2017, decidió empezar un nuevo grado universitario: Historia del Arte. Lo hizo impulsado sobre todo, asegura, por la satisfacción de aprender cosas nuevas y alejadas de su entorno laboral cotidiano.

- ¿Qué lleva a un ginecólogo a matricularse en Historia del Arte?

Dedicamos muchas horas al trabajo en el hospital, pero después de la pandemia tenía una pequeña inquietud al pensar qué habría estudiado de no haber escogido Medicina. Es una pregunta que no me había planteado hasta ese momento, porque vas muy dirigido a superar las diferentes etapas de formación como médico. En un momento concreto te das cuenta que desde el instituto nos enfocamos mucho a las ciencias, y toda la parte más humanística de la formación se nos queda rezagada. Y entonces pensé que me hubiese gustado estudiar algo que me aportase conocimiento, saber. Historia del Arte es una carrera muy completa, porque no puedes entender el arte sino entiendes la historia, la geografía, el contexto religioso o el filosófico en que se crea una obra artística. Y entonces llegó la pandemia, que quizás actuó como un acelerador. Me hizo darme cuenta de que de un día para otro los planes que tengas puede que ya no sirvan, y retrasar cosas que te motivan conlleva un riesgo.

JM Martinez

- ¿Qué sensaciones has tenido al volver a las aulas (virtuales) de la universidad?

Vista con el paso del tiempo, quizás no disfruté la carrera de Medicina como debería haberlo hecho. Es una carrera muy intensiva, son muchos años, tus amigos tienen trabajos y tú estás ahí estudiando un montón… Ahora, como profesor en la universidad veo a los estudiantes que pasan, hacen su examen, se van y no sé si están aprendiendo… A veces pienso que me gustaría volver a estudiar Medicina y prestar atención a todo aquello que pasé por alto porque mi objetivo era aprobar y hacer el MIR. Ahora puedo disfrutar plenamente del Grado, vivirlo poco a poco. En resumen, que este proyecto en el que me he embarcado supone problemas de organización, pero también comporta muchas satisfacciones.

JM Martinez

- La exigencia profesional en un hospital de alta complejidad –práctica clínica, docencia, investigación- no actuó como factor disuasorio...

La verdad es que estoy disfrutando mucho en la UNED. Te permite configurar tu ritmo de estudio. Intento hacer un mínimo de cuatro, cinco asignaturas por año, porque necesito estar continuamente motivado, y unos estudios reglados, con exámenes, eran la fórmula idónea para mí. Aprovecho momentos de tranquilidad en las guardias para estudiar, por ejemplo. Por otra parte, a partir de aquí se me ha abierto toda una nueva perspectiva: empecé a interesarme y a motivarme más para hacer determinados viajes, para ver sitios que antes sólo conocía por los libros. La verdad es que lo llevo bien, y es fantástico viajar y entender gracias al arte contextos y formas de vida diferentes.

JM Martinez

- ¿Cómo has conciliado profesión y tus nuevos estudiós universitarios?

Compaginar el trabajo en el hospital, que siempre te exige un ritmo muy alto, con el Grado de Historia del Arte me ha ayudado a ser un poco más reflexivo, más tranquilo. Son dos ámbitos que me aportan cosas complementarias y que sumados me hacen estar mejor. Llegar a casa, sentarse tranquilo a estudiar, a leer, a aprender algo nuevo, también me ayuda a bajar revoluciones. Esto es algo que valoro muchísimo, pero que en ocasiones puede generar una cierta incomprensión. Pueden coincidir exámenes de Historia del Arte con ponencias en congresos de ginecología, cómo pasó hace una semana, y entonces me comentan ‘¿Pero qué necesidad tienes de estudiar y tener exámenes?’ Y la respuesta es sencilla: sentarme a estudiar me trae paz. Aunque luego, cuando estoy a las puertas del examen, me arrepiento, empiezan los nervios y pienso, ¿quién me ha mandado a mí meterme en esto? Con lo tranquilo que estaba yo haciendo mis cirugías. Pero esa es una sensación puntual, al final tienes que hacer las cosas que te motivan. Estoy acabando la tesis, y finalmente son motivaciones paralelas que suman. También es cierto que no todo el mundo se puede permitir a nivel familiar el esfuerzo diario y de organización que supone combinar un Grado universitario con tu actividad profesional. Antes era mucho más deportista que ahora, pero el número de horas al día es finito, y a veces estoy en el gimnasio escuchando una videoclase sobre Fidias y Pericles mientras estoy en la bici o corriendo. Y los viajes en tren o avión se han convertido en el momento oportuno para ver videoclases.

JM Martinez

- ¿Estudiar Historia del Arte ha transformado, entonces, tu actitud, tu mirada como viajero?

La perspectiva y las expectativas de los viajes cambian radicalmente. Por ejemplo, he estado en la Acrópolis dos veces, pero con experiencias completamente diferentes. La primera fue una visita de turista típico. Posteriormente, a raíz de un congreso de cirugía robótica en Atenas, tuve la oportunidad de vivir la experiencia de forma muy diferente, porque ya sabía en qué contexto se levantó la Acrópolis, que muchas de las piezas que ves allí no son las auténticas y que tienes que visitar el museo para ver, por ejemplo, las cariátides reales. Gracias a ese conocimiento es más fácil entender de dónde venimos, porque el arte, al final, ha sido el hilo conductor de todo. Se aprecia en él la manifestación del poder político, social, religioso... ¡Y también hay nexos con la medicina!

- ¿Te interesa profundizar en esos vínculos entre arte y medicina?

Si, de hecho tengo pensado el trabajo final de Grado en esa línea. Partiendo de mi formación como ginecólogo, me gustaría estudiar cómo se han manifestado en el arte las emociones asociadas al embarazo y al duelo tras la pérdida gestacional o la muerte materna; cómo se manifiestan estos elementos en el arte desde el hieratismo egipcio... Siempre me ha asombrado la capacidad de trasmitir que tiene el arte. Esta sería una fórmula ideal para conectar de alguna manera mi pasión profesional, que es la ginecología, con el redescubrimiento personal que ha propiciado empezar a estudiar Historia del Arte. Y además, te vas encontrando con pequeñas conexiones sorprendentes. Por ejemplo, en relieves, pinturas y papiros egipcios encuentras descripciones y representaciones sobre prácticas médicas y herramientas quirúrgicas. Es curioso que a través de la aproximación desde la historia del arte se pueda establecer el nivel de los conocimientos médicos para controlar ciertas enfermedades hace 4.000 años. Y al final, la medicina puede llegar a ser también una forma de arte.

- ¿Y esta nueva formación universitaria que has comenzado puede llegar a tener algún efecto en tu trabajo diario en el hospital?

Aprender a entender el arte también implica comprender mejor a las personas, y esto se refleja en tu trabajo diario. Te ayuda a entender el contexto de todo, porque al final, las obras de un artista recogen elementos de su entorno social. En el Grado, voy a empezar el próximo curso con el Renacimiento. O sea, que estoy todavía en la Edad Media de la medicina, cuando se basaba en el ensayo-error, con muchos componentes mágicos y religiosos todavía. En definitiva, estudiar Historia del Arte me ayuda también a entender diferentes maneras de pensar.

JM Martinez

 

Nota: Agradecemos al CRAI Biblioteca del Campus Bellvitge su colaboración para la realización de algunas de las fotos de la entrevista.

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