Descubre aquí detalles clave sobre la quimioembolización hepática.
La prueba consta de un pinchazo en un vaso sanguíneo, generalmente en la ingle. Se aplica anestesia local y se introduce un tubo muy delgado (catéter), a través del cual se inyecta un líquido (contraste) que permite ver los vasos sanguíneos. Mediante la circulación se llega directamente al hígado, donde se administra la quimioterapia en el tumor hepático. Se tapan algunos vasos sanguíneos del hígado para que la medicación permanezca más tiempo y consiga un mayor efecto.
Hace falta estar en ayunas. Se recomienda no ingerir ningún tipo de alimento sólido o líquido desde 8 horas antes de la prueba.
No se nota dolor alguno durante la intervención. El procedimiento se realiza con sedación y anestesia local en la zona de la punción.
Durante las 24-48 h posteriores, puede que se noten molestias en el estómago y náuseas, que deben tratarse con la medicación que convenga.
Una vez terminada la intervención, se pone un vendaje compresivo en la ingle y se vuelve a la habitación. Hay que permanecer tumbado/a en cama 24 horas, hasta que retiren el apósito. Si todo va bien, se está ingresado en el hospital entre 24 y 48 horas y, cuando el paciente se encuentra en buenas condiciones, se le da el alta.
Es posible que durante las 2-3 semanas posteriores, el paciente se note más cansado/a y tenga algo de fiebre, no superior a los 38 ºC. En caso de que la fiebre sea más alta o que se noten escalofríos, debe dirigirse a Urgencias.
Al cabo de un mes, se realiza una TC para valorar los resultados del tratamiento.
Las complicaciones pueden estar relacionadas con:
El medio de contraste:
- Reacciones alérgicas leves como náuseas, picores o lesiones en la piel.
- En contadas ocasiones, complicaciones graves como alteraciones de los riñones.
- Excepcionalmente, la muerte (1 de cada 100.000 pacientes).
La exposición a los rayos X
En esta prueba se utilizan rayos X que pueden tener efectos nocivos en el organismo. Los beneficios derivados de esta prueba compensan estos efectos y, en cualquier caso, en cumplimiento de la legislación vigente, debe utilizarse la dosis mínima que garantice los objetivos de la intervención.
La técnica que se aplica:
- Puede producir un coágulo (trombo) en el vaso que se puncione.
- Puede provocar un sangrado por el sitio de la punción (hematoma).
- Puede obstruir los vasos en sitios no deseados, lo que puede generar complicaciones graves e incluso la muerte.
- Puede provocar infecciones en el sitio de la punción y, excepcionalmente, generales.
- Empeoramiento de la función hepática.
Sin embargo, en caso de que se produzca cualquier complicación, todos los profesionales tomarán las medidas necesarias para intentar solucionarla.
