El Hospital Universitario de Bellvitge ha organizado una jornada en la que ha reunido a los 16 pacientes portadores de un corazón mecánico actualmente en seguimiento por la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada. Hasta hace pocos años no había esperanza para estos pacientes graves con cardiopatía terminal, para los que el corazón mecánico o DAV representa un salvavidas.
Una jornada ha reunido en el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) a los 16 pacientes que actualmente son portadores de un corazón mecánico o dispositivo de asistencia ventricular (DAV) izquierda de larga duración, las personas cuidadoras y el equipo de profesionales de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada que siguen su evolución. El objetivo ha sido dar visibilidad a cómo es el día a día de estos pacientes y normalizar la condición de ser portador de corazón artificial, que en los próximos años se prevé que sea aún más habitual.
A pesar de los avances de los últimos años en el abordaje terapéutico de la insuficiencia cardíaca, en 1 de cada 20 pacientes el tratamiento médico no es suficiente para evitar el deterioro funcional, la afectación de otros órganos, los reingresos frecuentes o la muerte. El trasplante de corazón sería la alternativa, pero la escasez de donantes y las contraindicaciones hacen que muchos pacientes no puedan optar a un nuevo corazón.
Por eso, para los pacientes graves que padecen insuficiencia cardíaca terminal el corazón mecánico representa un salvavidas. Este dispositivo puede utilizarse como soporte circulatorio hasta que llega el trasplante en aquellos pacientes que se prevé que no puedan aguantar en lista de espera; como puente a trasplante en pacientes que en el momento actual no son candidatos por tener criterios de exclusión, pero con la previsión que la situación pueda cambiar en el tiempo; o como tratamiento definitivo en pacientes no candidatos a trasplante para ganar años de vida y calidad de vida.
“Actualmente, la supervivencia de los pacientes con las asistencias ventriculares actuales es muy razonable y hemos logrado una sustancial mejora de la calidad de vida: un 85% sobrevive al año, un 80% a los dos años y alrededor del 60% a los cinco años después del implante”, según el Dr. José Gonzalez Costello, coordinador de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada del Hospital Universitario de Bellvitge.
“De hecho, hasta hace pocos años, no existía esperanza para este tipo de pacientes. Los excelentes resultados de estos dispositivos han normalizado este tratamiento en pacientes muy graves”, ha añadido el especialista del HUB y también presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
¿Qué es un corazón mecánico o un DAV?
Los dispositivos de asistencia ventricular (DAV) izquierda de larga duración realizan las funciones de los ventrículos del corazón. Son bombas centrífugas que, implantadas en el ventrículo izquierdo, ayudan a bombear la sangre de forma continua hacia el resto del cuerpo.
El implante requiere una cirugía importante, que deja un cable que sale por debajo de las costillas. El paciente debe llevar una mochila en la que lleva los componentes externos del DAV: la unidad de control que genera los impulsos, que funciona o bien mediante energía de la red eléctrica o dos baterías que le permiten una autonomía aproximada de hasta 18 horas.
En los últimos años, la innovación en tecnología sanitaria ha logrado que estos dispositivos sean más pequeños y totalmente implantables, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes portadores.
“Los pacientes con un DAV implantado tienen una vida relativamente normal con alguna limitación como puede ser el exceso de peso constante por llevar la mochila cada día y durante las 24 horas, o la prohibición de bañarse o ducharse por lo menos durante los primeros meses y hasta que la herida del cable no está bien cicatrizada. Por otra parte, están empoderados respesto a su enfermedad, la insuficiencia cardíaca, y conocen la importancia de seguir unas medidas higiénico-dietéticas como la dieta hiposódica y el control de la ingesta hídrica, ejercicio físico regular según tolerancia y saber detectar cualquier signo o síntoma de alarma y saber cómo actuar”, tal y como ha explicado Laia Rosenfeld, enfermera de práctica avanzada de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada del HUB.
Durante la jornada, también se ha reivindicado el papel de las personas cuidadoras, que "resulta fundamental", según Rosenfeld. “El cuidador principal será el encargado de realizar los cuidados estériles de forma periódica en el domicilio por lo menos una vez por semana. Y será capaz de identificar cualquier signo o síntoma de infección”, ha añadido la infermera.
Además, se ha llevado a cabo una charla-coloquio con pacientes y cuidadores, en la que se han intercambiado experiencias, vivencias y consejos, y también se ha realizado dos talleres prácticos: uno sobre el funcionamiento del DAVI y otro sobre la cura del cable.
Bellvitge ayuda a poner en marcha el programa en Son Espases
El Hospital Universitario de Bellvitge ha ayudado a poner en marcha el programa de asistencias ventriculares de larga duración del Hospital Son Espases de Palma (Mallorca). Durante la jornada celebrada en Hospitalet de Llobregat, ha participado el Dr. Andrés Grau, coordinador de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca de Son Espases, la enfermera Trinidad Cano, y un paciente y su cuidador.
Actualmente, hay repartidos por todo el Estado alrededor de 130 pacientes que desarrollan una vida normal gracias a su corazón mecánico, 16 de ellos seguidos en Bellvitge. En 2022 se implantaron nueve corazones artificiales en Bellvitge, y este año ya son dos.
En 2007, el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) implantó el primer sistema de asistencia circulatoria de larga duración en el Estado. Desde entonces y hasta ahora, ha sido el hospital de referencia estatal en esta terapia y acumula el mayor número de implantes en España (63), junto con el Hospital Universitario Puerta del Hierro en Majadahonda (Madrid).