El Hospital Universitario de Bellvitge se ha unido desde principios de este año 2025 al proyecto Green Nephrology, que consiste en una transformación de la atención a la enfermedad renal crónica dirigida a reducir el impacto ambiental de esta actividad.
La atención a la salud es una actividad tan necesaria como contaminante, y según diversos estudios, la nefrología es una de las especialidades médicas que más afectan al medio ambiente. En concreto, los tratamientos avanzados para la enfermedad renal crónica, como la hemodiálisis en centro, requieren un alto consumo de agua y energía, así como el uso masivo de materiales desechables y constantes desplazamientos de los pacientes, lo que incrementa de manera importante la huella de carbono. La diálisis peritoneal, por su parte, requiere el uso de líquidos envasados en plástico y transportados entre países.
El Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Bellvitge ha estado analizando el conocimiento que existe a nivel internacional sobre esta problemática y las soluciones propuestas e implementadas, y ha puesto en marcha una serie de medidas en el marco del concurso previo y con la colaboración con la Dirección de Infraestructuras y Servicios Generales del hospital, entre las cuales:
En los últimos años:
● Instalación de una planta de aguas de última generación con reutilización de un tercio de toda el agua que emplea ósmosis inversa para hemodiálisis.
● Instalación de heat exchangers (dispositivos que aprovechan el calor de la sangre para calentar el agua del proceso de hemodiálisis).
● Progresiva extensión de la hemodiálisis domiciliaria y de la diálisis peritoneal a un número creciente de pacientes, evitando incomodidades a los pacientes y, al mismo tiempo, el impacto climático de los desplazamientos. El Hospital de Bellvitge es uno de los centros de España con más pacientes en hemodiálisis domiciliaria.
● Uso de un concentrado de diálisis único que se envía a todos los dispositivos.
Recientemente,
● Potenciación de la telemedicina en el control de los pacientes en diálisis a domicilio.
● Iniciativas innovadoras de información y educación del paciente, como un programa de información mediante realidad virtual inmersiva, que ayuden a los pacientes a optar de manera informada por las alternativas terapéuticas más sostenibles.
● Reaprovechamiento de todos los materiales reutilizables (ropa, agua, jabón...) en el proceso de diálisis.
● Digitalización integral de la unidad para prescindir totalmente del uso del papel.
● Reducción del consumo eléctrico prestando atención a no dejar encendidos innecesariamente ordenadores, luces y otros aparatos eléctricos.
● Instalación de un punto verde de separación de residuos comunes e identificación de los residuos sanitarios tratados hasta ahora como de grupo III o IV (residuos peligrosos) que en realidad pueden ser tratados de forma segura como de grupo II.
● Proyecto para el desarrollo de un algoritmo de detección de pacientes de riesgo de la atención primaria para prevenir o retrasar su evolución hacia una eventual insuficiencia renal.
● Continuación del impulso al programa de trasplante renal, el tratamiento que permite dejar de recibir diálisis. El Hospital de Bellvitge es desde hace años uno de los líderes en trasplantes renales en España.
● Inclusión de condiciones medioambientales en los pliegos de condiciones de los procesos de licitación de tecnología y material.
La enfermedad renal crónica afecta a un 15% de la población y hasta a un 35% de las personas de más de 70 años, y se prevé que su afectación sobre la población no deje de aumentar en las próximas décadas. El Servicio de Nefrología de Bellvitge realiza cada año unas 12.000 sesiones de hemodiálisis, entre pacientes hospitalizados y crónicos con carácter ambulatorio.
Según destaca la Dra. Inés Rama, responsable del Programa de Diálisis del Hospital de Bellvitge, "sólo en hemodiálisis, gastamos más de 38.000 litros de agua por paciente y año. De hecho, si el sector de la salud fuera un país, sería el quinto país del mundo más contaminante".
Inés Rama destaca que el impacto ambiental de la nefrología es un tema de creciente preocupación para algunos grupos de todo el mundo, pero que en la práctica todavía debemos mejorar. “La sostenibilidad ambiental preocupa, aunque todavía no es una prioridad –afirma– ni en la práctica clínica, ni en el diseño de las infraestructuras, ni en los sistemas de gestión; aún tenemos un notable margen de mejora”. “Curar contamina –concluye–. Ello no significa que no sigamos curando, pero sí que intentemos contaminar lo menos posible. Con una transformación inteligente del modelo asistencial podemos conseguir a la vez una mejora para las personas, el medio ambiente, y la sostenibilidad económica del sistema”.