Un estudio multicéntrico liderado conjuntamente desde el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y el Hospital Universitario de Bellvitge, publicado este mes de noviembre en la prestigiosa revista científica Circulation, aporta nuevos datos para la optimización de las estrategias de reducción del colesterol LDL tras un infarto de miocardio
La reducción del colesterol LDL durante las semanas posteriores al infarto es una estrategia clave para disminuir las probabilidades de sufrir un nuevo evento cardiovascular después del primer episodio.
Para conseguir este objetivo, durante tiempo se ha recomendado una estrategia gradual basada sobre todo en la administración de estatinas, pero las recomendaciones más recientes promueven una estrategia más precoz y agresiva que combine las estatinas de alta intensidad con la ezetimiba, otro fármaco que ayuda a eliminar el colesterol LDL.
Este trabajo ha comparado por primera vez la administración precoz de estatinas y ezetimiba con una nueva terapia triple, en la cual a estos dos fármacos se ha añadido un tercer medicamento, el ácido bempedoico.
El ácido bempedoico es un fármaco desarrollado recientemente que consigue reducir la biosíntesis del colesterol. Distintos ensayos clínicos han demostrado su seguridad y eficacia, normalmente en pacientes intolerantes a las estatinas, si bien hasta ahora no se había experimentado en asociación con las estatinas y la ezetimiba en este contexto particular.
El estudio publicado ahora en Circulation se ha realizado en 12 hospitales españoles entre noviembre de 2023 y octubre de 2024 y, por parte del Hospital Universitario de Bellvitge, han participado como investigadores principales el Dr. Albert Ariza y el Dr. Ángel Víctor Hernández Martos, del Servicio de Cardiología.
Este estudio asignó aleatoriamente 206 pacientes a una de las dos terapias (doble o triple) y se comprobó que, tras ocho semanas, la reducción de los niveles de colesterol LDL a menos de 55 mg/dl se consiguió en el 59,4% de los pacientes del grupo de la terapia triple y en el 53,1% del grupo de la terapia doble, una diferencia que no resultó estadísticamente significativa.
Según el Dr. Ariza, “hemos visto que la terapia triple es segura pero que no parece potenciar mucho la reducción del colesterol LDL en estos pacientes, quizás por el control óptimo de los factores de riesgo en la fase más precoz tras infarto y el alto grado de bloqueo de la vía de síntesis de colesterol en pacientes tratados con dosis altas de estatinas”. De todos modos, añade, “los buenos resultados en los dos grupos, bastante superiores a los porcentajes de sólo el 30% que se acostumbraban a conseguir hasta hace poco en la mayoría de estudios, refuerzan la idea de que la opción precoz y agresiva de una terapia combinada es la mejor para conseguir la prevención de nuevos episodios cardiovasculares, un hecho que tiene implicaciones clínicas, económicas y sociales muy importantes”.
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