Un estudio con 600 pacientes confirma el valor de la proteína enolasa neuronal específica (NSE) como predictor de mal pronóstico neurológico
Puede contribuir a tomar decisiones médicas más precisas durante las primeras horas críticas de ingreso hospitalario
Predecir si una persona podrá recuperarse tras una parada cardiorrespiratoria puede ser clave para orientar el tratamiento médico e informar a la familia. Un estudio liderado por el Laboratorio Clínico Territorial Metropolitana Sur del Hospital de Bellvitge ha identificado un marcador biológico, la proteína enolasa neuronal específica (NSE), como posible indicador del pronóstico del daño cerebral causado por este tipo de emergencia.
Un análisis retrospectivo de 600 pacientes ha demostrado que los niveles elevados de esta proteína, medidos a las 48 y 72 horas tras la parada, se asocian con un peor pronóstico neurológico. Es decir, puede indicar qué personas tienen más probabilidades de sufrir secuelas graves, como estado vegetativo, discapacidades cognitivas o, en los casos más extremos, la muerte.
“Este biomarcador puede ofrecernos una orientación muy valiosa durante las primeras horas, cuando aún no sabemos si el cerebro del paciente ha sufrido daños irreversibles”, explica la Dra. María José Castro, especialista en Bioquímica Clínica e investigadora principal del estudio.
Una herramienta de apoyo para decisiones críticas
Las paradas cardiorrespiratorias son una de las causas más graves de ingreso en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y afectan especialmente al cerebro debido a lfalta repentina de oxígeno. En muchos casos, no es fácil saber si la persona podrá recuperarse ni qué tipo de secuelas presentará.
“La NSE, junto con otras pruebas clínicas y neurofisiológicas, puede ayudarnos a realizar una evaluación más completa y rápida del daño cerebral”, añade la Dra. Misericòrdia Veciana, de la Sección de Neurofisiología del Hospital de Bellvitge.
A pesar de los avances médicos, los estudios indican que menos de la mitad de las personas que llegan con vida al hospital tras una parada cardiorrespiratoria logran sobrevivir, y solo un tercio lo hace con un buen pronóstico neurológico.
Investigación que suma: bioquímica y neurología, juntas
Este trabajo pone en valor la colaboración entre laboratorios clínicos y servicios asistenciales, como las UCI o neurología, y se alinea con el modelo de medicina personalizada: utilizar datos objetivos y específicos de cada caso para adaptar mejor los tratamientos.
Los resultados también abren la puerta a futuras líneas de investigación con otros biomarcadores que podrían detectar el daño cerebral incluso antes que la NSE, como las proteínas S100beta, TAU o los neurofilamentos.
“Disponer de herramientas como esta nos ayudará a tomar decisiones difíciles con más información y mayor precisión”, concluyen las investigadoras.