La revista Archives of Academic Emergency Medicine publicó el pasado 8 de enero el artículo liderado por enfermeras de Bellvitge “Care Complexity Factors and Discharge Destination in Emergency Department: En Retrospective Cohort Study”.
El estudio tiene como primera firmante a la enfermera Andrea Urbina y lo suscriben también Jordi Adamuz, Eulàlia Juvé, Judith Peñafiel, Virginia Munoa, Maribel González Samartino, Pilar Delgado, Javier Jacob y Marta Romero. Se trata de tres enfermeras/ros del HUB, un médico del Servicio de Urgencias, dos profesoras de la UB, una enfermera adjunta del ICS y dos estadísticas de la Unidad de Bioestadística del hospital (UBiDi). Las 6 enfermeras forman parte del Grupo de Investigación Enfermera GRIN-IDIBELL.
Dicho estudio es una continuación de dos trabajos previos enmarcados en la misma tesis doctoral de Andrea Urbina, que analizaban respectivamente la reconsulta en los treinta días y las complicaciones del catéter. En este caso, el trabajo relaciona los distintos factores de complejidad de los pacientes con los distintos destinos de alta desde el Servicio de Urgencias.
Además de tener una muestra de más de 35.000 episodios de pacientes, este estudio presenta un diseño de tipo analítico y un análisis estadístico exhaustivo realizado a través de la UBiDi que han permitido relacionar de forma independiente cada factor de complejidad con los distintos destinos.
Algunos de los resultados más relevantes han sido:
• La presencia de algún factor de complejidad fue un factor de riesgo de mortalidad, ser trasladado a la UCI o ingresar en el hospital, y, por el contrario, fue un factor protector para altas voluntarias o fugas.
• Un paciente con uno o más factores de complejidad tenía un 93,1% más de posibilidades de mortalidad en el Servicio de Urgencias que de irse de alta en el domicilio.
• Un paciente con uno o más factores de complejidad tenía un 55,8% más de posibilidades de ingresar en la UCI que de ser dado de alta al domicilio.
• Un paciente con uno o más factores de complejidad tenía un 61,9% más de posibilidades de ingreso hospitalario que de ser dado de alta al domicilio.
• A medida que un paciente aumentaba el número de factores de complejidad, aumentaban también sus posibilidades de fallecimiento, de ser trasladado a la UCI o de ser ingresado, en relación con el alta al domicilio.
• Tenían más posibilidades de fallecimiento que de ser dados de alta los pacientes que presentaban: deshidratación, inestabilidad hemodinámica, exclusión social, trastornos del nivel de conciencia, trastornos de percepción de la realidad, y extremo de edad, entre otros.
• Tenían más posibilidades de traslado a la UCI que de ser dados de alta los pacientes que presentaban: deshidratación, trastornos del nivel de conciencia, y ansiedad, entre otros.
• Tenían más posibilidades de quedar hospitalizados que de ser dados de alta los pacientes que presentaban: inestabilidad hemodinámica, agresividad, y extremos de edad, entre otros.
• Tenían más posibilidades de pedir el alta voluntaria o fugarse aquellos pacientes que presentaban: agitación, exclusión social, falta de apoyo del cuidador y agresividad.
El estudio concluye que, dadas las múltiples asociaciones que se han confirmado y la importancia de unos resultados de salud como son la mortalidad o el traslado a la UCI, los profesionales sanitarios deberían considerar estas asociaciones a la hora de diseñar estrategias de detección precoz y para la ayuda a la toma de decisiones.
Asimismo, estas relaciones deberían considerarse para mantener la equidad en la atención y mejorar, en consecuencia, la calidad asistencial.