Entrevista a Isabel Alonso y Lucas Céspedes, madre e hijo trasplantados de corazón en el Hospital de Bellvitge
Isabel y Lucas comparten mucho más que un vínculo familiar: comparten una misma enfermedad cardíaca, dos esperas angustiosas, dos trasplantes y ahora, una nueva vida llena de esperanza. Esta es la historia de una madre y un hijo que han aprendido a vivir cuidándose mutuamente, valorando cada respiración y cada día. Un testimonio conmovedor que nos recuerda que la generosidad de una donación puede transformar completamente una vida... o dos.
Isabel, ¿cómo recuerdas el momento en que supiste que Lucas tenía la misma enfermedad que tú?
Desde que me diagnosticaron la enfermedad cardíaca a los 19 años, he intentado llevar una vida normal, con limitaciones, claro, pero sin dejar de hacer cosas. No quería que me trataran como a una enferma. Cuando Lucas empezó a fatigarse, lo vi claro. Sabía que tenía lo mismo que yo, incluso antes de que fuera al médico. Verle detenerse a mitad de camino, jadear... Yo lo reconocía. Desde el principio, nuestra filosofía ha sido clara: si te cansas, para y descansa. Gracias a eso, él también ha podido tener una vida feliz. Y ahora, aún más.
Lucas, ¿cómo recuerdas tu infancia y juventud?
Tuve la primera muerte súbita a los cinco años. Me pusieron un desfibrilador y, desde entonces, siempre he vivido con el riesgo. En total, he tenido siete u ocho muertes súbitas. De pequeño, podía subir escaleras; con los años, ni dos peldaños. Actividades como ducharme o comer me dejaban exhausto. Cuando me trasplantaron, fue como respirar por primera vez. Ahora me siento libre, tranquilo, feliz.
¿Cómo vivisteis la espera del trasplante de Lucas?
-Isabel: La espera fue lo peor. Dos años muy largos, siempre con el teléfono en la mano, por si llamaban. Verle tan limitado, sin saber si ese día sería el día... Es muy duro emocionalmente.
-Lucas: Yo no tenía nada que perder. Ya no podía hacer vida. El trasplante me dio una nueva oportunidad y la paz que nunca había tenido.
Isabel, ¿cómo fue saber que también te tenían que trasplantar?
No lo esperaba. Siempre había estado estable, y cuando me lo dijeron, Lucas acababa de salir de su operación. No tuve tiempo ni de pensarlo mucho. Todo fue muy rápido. Ahora compartimos medicación, dieta y controles. Nos acompañamos en todo.
Lucas, has empezado a compartir tu experiencia en TikTok. ¿Por qué?
Cuando estuve ingresado, pasaba horas en las redes y no encontraba jóvenes trasplantados que contaran su experiencia. Había mucha información médica, pero pocos testimonios personales. Decidí hacerlo yo, por si podía ayudar a alguien. Si una sola persona se siente más tranquila gracias a uno de mis vídeos, ya vale la pena.
Recientemente has hecho un vídeo de agradecimiento a la familia donante. ¿Qué has querido transmitir con ese mensaje?
Nos hemos salvado gracias a una familia que, en su peor momento, decidió dar vida. Siempre digo que el trasplante es fruto de un equipo médico increíble, de la ciencia y de una familia que hizo el gesto más generoso que existe.
¿Cómo estáis ahora?
-Isabel: Muy bien. Me siento fuerte y con más ganas de hacer cosas que nunca.
-Lucas: He empezado a hacer deporte con mis amigos. Actividades que nunca había podido hacer: fútbol, bicicleta, subir cimas... El corazón responde. Me falta fuerza en los músculos, pero el corazón va solo. Tengo ganas de vivir y aprovecharlo todo.
¿Y a nivel emocional? ¿Qué habéis ganado?
-Lucas: Tranquilidad. Yo vivía con un "lobo" detrás. Ahora puedo respirar, hablar, caminar, estudiar, reír. Puedo hacer vida. Y no sabes cómo lo valoras hasta que casi lo pierdes.
-Isabel: Su sonrisa es mi mejor premio. Y compartimos este camino. Nos cuidamos. Salimos a caminar juntos. Nos recordamos las pautas. Estamos unidos por dentro y por fuera.
¿Qué mensaje daríais a alguien que tenga que pasar por un trasplante?
-Isabel: Adelante, sin miedo. Que tenga ganas de vivir. El cuerpo responde cuando tú quieres vivir.
-Lucas: Y, sobre todo, responsabilidad. Cuidarse es clave. El médico te visita cada dos meses, pero tú eres tu médico cada día. Comer sano, hacer ejercicio, seguir los controles. Si tienes salud, lo tienes todo. Si no, nada vale.
¿Y ahora, cuáles son vuestros sueños?
-Lucas: Quiero aprovechar este regalo de vida. Quiero ahorrar sufrimiento a otras personas. Estudio ingeniería biomédica porque quiero trabajar en salud desde el ámbito tecnológico. Quiero contribuir a que nada falle en momentos críticos. Y quiero irme a dormir cada noche sabiendo que he aprovechado el día.
-Isabel: Mi sueño es ver a Lucas feliz. Que siga cantando por la mañana. Que viva libre, sin miedo. Y, como dice él, cuidar este corazón que nos han dado como el mejor regalo de nuestras vidas.