Montserrat Collado: “Siempre digo que donar tus órganos es un acto de amor inmenso”

- Donación y Trasplantes

Con 38 años de vida gracias a un trasplante de hígado, Montserrat Collado es la persona con el trasplante hepático más longevo de España. Trasplantada en el Hospital de Bellvitge en 1986, su testimonio es un ejemplo de esperanza, superación y gratitud. Además, como vicepresidenta de la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Cataluña (ATH), dedica su tiempo a concienciar sobre la importancia de la donación de órganos y a acompañar a pacientes y familias en momentos difíciles.

¿Qué significa para ti ser la persona con el trasplante de hígado más longevo de España?

A veces todavía no me lo creo. Hago cálculos para recordar cuánto tiempo ha pasado y pienso: “¿De verdad han pasado 38 años?”. Cuando me trasplantaron, no podía imaginarme vivir tanto. La incertidumbre era enorme porque era una técnica muy nueva y solo habían hecho 19 antes que a mí. Fue un momento muy difícil.

¿Cómo llegaste al trasplante?

Todo fue muy rápido. Yo era una persona sana, pero con 28 años sufrí una hepatitis B fulminante. Entré en coma y, después de nueve días, decidieron trasplantarme como última opción. Solo me daban un 10% de posibilidades de salir adelante. Todavía recuerdo cuando me dijeron que el hígado que tenía solo me habría aguantado unas horas más.

¿Cómo valoras el papel de los profesionales que apostaron por ti?

Les estaré agradecida toda la vida. En ese momento, hacer un trasplante como el mío era muy arriesgado, sobre todo porque nunca habían operado a nadie que hubiera estado en coma por una hepatitis fulminante. Era una época en la que la supervivencia tras un trasplante no era muy alta, y decidir operarme podía poner en riesgo la continuidad del programa de trasplantes. Su compromiso y valentía fueron increíbles.

¿Qué mensaje darías sobre la importancia de la donación de órganos?

Sin donantes, los trasplantes no serían posibles. Siempre digo que donar tus órganos es un acto de amor inmenso. Cuando hablo con gente o doy charlas, explico que, al irnos de este mundo, podemos dar vida a otras personas. Yo solo sé que mi donante era una persona joven, pero gracias a él sigo viva. Su generosidad me ha permitido tener 38 años más para vivir, ver crecer a mis hijos y ayudar a otras personas.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde el trasplante?

Al principio me daba miedo planificar nada a largo plazo. Pensaba: “¿Y si me vuelve a pasar? ¿Y si no veo crecer a mis hijos?”. Con el tiempo, aprendí a disfrutar de cada momento y a no preocuparme tanto por el futuro. Ahora puedo compartir mi experiencia con otros pacientes y darles esperanza, y eso me hace muy feliz.

¿Cómo has visto evolucionar los trasplantes a lo largo de estos años?

Han cambiado muchísimo. La técnica quirúrgica, los inmunosupresores y los protocolos han avanzado enormemente. Cuando me operaron, estuve 12 horas en quirófano y tres meses ingresada. Ahora, la mayoría de los pacientes salen del hospital en una semana. Además, el seguimiento médico es mucho más personalizado y eficaz.

¿Cómo contribuyes desde la asociación de trasplantados?

En la ATH tenemos mucha actividad: desde visitas a pacientes trasplantados para darles apoyo emocional hasta gestionar pisos de acogida para familias que vienen de lejos. Esta es una de las tareas que más nos llena de orgullo porque sabemos lo complicado que es encontrar alojamiento cuando estás lejos de casa en momentos tan delicados. Ahora ya tenemos cuatro pisos de acogida: dos cerca del Hospital de Bellvitge, uno cerca del Hospital Clínic y, el último, que hemos inaugurado recientemente, cerca del Vall d’Hebron. Cuando fui trasplantada, esto no existía, y las familias tenían que ir a casas particulares. Poder ofrecer ahora estos espacios es un gran paso adelante.

¿Qué papel tienen las asociaciones en el acompañamiento de los pacientes?

Son clave. Las asociaciones somos un espacio donde las personas pueden encontrar apoyo emocional y compartir experiencias. Los médicos y enfermeros hacen un trabajo increíble, pero hay aspectos emocionales y prácticos del día a día que solo alguien que ha pasado por lo mismo puede entender. Además, ayudamos con temas como el reconocimiento de la discapacidad o los derechos laborales, que a menudo son desconocidos por los pacientes.

¿Qué consejo darías a una persona que espera un trasplante o acaba de recibir uno?

Que no se quede sola. Es muy importante conectar con gente que ha pasado por lo mismo para compartir dudas y experiencias. Y, sobre todo, hay que confiar en los profesionales sanitarios y seguir sus indicaciones al pie de la letra.

¿Quieres añadir algo más?

Solo un agradecimiento inmenso a todas las personas que hacen posibles los trasplantes: donantes, familias, profesionales de la salud y coordinadores de trasplantes. Sin ellos, historias como la mía no serían posibles. La palabra “gracias” se queda corta para expresar todo lo que siento.

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