La cara B de Gisela Zamorano, investigadora en enfermedades neurológicas y bailarina de ballet clásico

- La Cara B

“Tanto la investigación como el ballet requieren constancia, disciplina y paciencia”

Cuando Gisela Zamorano entra en un laboratorio del hospital, busca respuestas a las enfermedades neurológicas. Cuando pisa el escenario, se deja llevar por la música y la precisión del ballet clásico. Investigadora en el Grupo de Enfermedades Neurológicas y Neurogenéticas del Hospital de Bellvitge y el IDIBELL, su trayectoria es un ejemplo de constancia, esfuerzo y equilibrio entre la ciencia y el arte. En esta entrevista descubrimos cómo la investigación y la danza pueden compartir la misma esencia: la perseverancia y la pasión por seguir aprendiendo cada día.

Gisela Zamorano

- Per què vas decidir estudiar Biomedicina?

¿Por qué decidiste estudiar Biomedicina? Fue una decisión que tomé a los 17 años, cuando presencié un infarto en directo. Estaba haciendo el curso de la autoescuela y nos habían enseñado a hacer reanimación cardiopulmonar (RCP). Nadie sabía cómo hacerlo, y me lancé yo a intentarlo. Ese momento me hizo darme cuenta de que me gustaba la medicina. Pero también entendí que prefería estar un poco más alejada del contacto directo con los pacientes. Encontré en la Biomedicina el punto de unión perfecto: estar cerca de la patología sin dedicarme a la asistencia directa.

- ¿Cómo te especializaste en enfermedades neurológicas?

Trabajaba en un laboratorio, pero sentía que estaba demasiado lejos de la realidad de las enfermedades. Quería hacer investigación clínica y encontré esa oportunidad en neurociencias. Llegué sin demasiados conocimientos sobre este campo, pero me está gustando muchísimo. Actualmente, trabajo con el Dr. Pere Cardona en el Grupo de Enfermedades Neurológicas, donde participo en ensayos clínicos y transformo la información de los pacientes en datos para la investigación.

Gisela Zamorano

- Estás a punto de empezar tu tesis doctoral. ¿En qué consistirá?

Mi investigación, si todo va bien, se centrará en los cavernomas, que son malformaciones cerebrales. Queremos analizar si existe una asociación entre estas malformaciones y determinados factores genéticos y de coagulación. Hemos observado que algunos pacientes sufren hemorragias cerebrales debido a estas malformaciones y que, si además tienen problemas de coagulación, el riesgo aumenta considerablemente. El objetivo es determinar si podemos identificar estos factores a tiempo y prevenir complicaciones graves, sobre todo en pacientes jóvenes, aunque la propuesta aún está en una fase inicial.

- ¿Cuál ha sido el mayor reto de tu carrera hasta ahora?

El cambio de la investigación básica a la clínica. Estaba muy acostumbrada al laboratorio, donde me sentía cómoda, pero quise salir de mi zona de confort para estar más cerca de la patología real. Fue un reto que me daba un poco de vértigo, pero estoy muy satisfecha con la decisión.

Gisela Zamorano

- ¿Cómo y cuándo comenzó tu relación con el ballet clásico?

Siempre me ha encantado, pero vengo de una familia humilde y no podía permitirme las clases cuando era pequeña. Ahora, de adulta, he decidido invertir tiempo en ello y practico ballet todos los días de la semana a un nivel bastante avanzado.

- ¿Qué significa para ti bailar y cómo te ayuda en el ámbito personal y profesional?

Cuando entro en clase, desconecto de todo. El ballet requiere mucha técnica y siempre estoy aprendiendo. Cuando empiezo a bailar, la música clásica me permite dejarme llevar. Desde pequeña me ha gustado este género musical y es una forma de expresarme.

- ¿Tienes algún referente en el ballet?

El Cascanueces es un clásico que siempre me ha gustado, pero también Giselle, ya que coincide con mi nombre. Además, mi profesora, Viviana Hounie, es una gran referente para mí, al igual que el coreógrafo Leonardo Pérez Sanabria, cuya creatividad me parece increíble.

- ¿Cómo compaginas la investigación con el ballet?

Dedico las mañanas a la investigación y las tardes al ballet. Me levanto a las seis de la mañana, voy a Bellvitge y hago mi jornada de trabajo. Después, por la tarde, ensayo. Le dedico más de diez horas semanales. Ahora que no estoy estudiando, tengo más tiempo para el ballet.

- ¿Encuentras paralelismos entre la investigación y el ballet?

¡Muchísimos! Tanto la investigación como el ballet requieren constancia, disciplina y paciencia. En ambos campos, trabajas durante horas para lograr pequeñas mejoras. En investigación, consigues pequeños avances que en el futuro pueden llevar a la cura de una enfermedad. En el ballet, practicas una posición durante horas hasta perfeccionarla.

Gisela Zamorano

- ¿Cómo crees que el ballet ha influido en tu forma de afrontar la investigación?

Me ha enseñado a ser metódica, constante y perfeccionista. En investigación, detrás de cada protocolo hay pacientes y vidas en juego. No se trata de hacer las cosas rápido, sino de hacerlas bien. Esta mentalidad del ballet, de trabajar sobre una base sólida y mejorar constantemente, es perfectamente aplicable a la investigación.

- ¿Crees que es difícil compatibilizar la ciencia con la expresión artística?

Si quieres hacerlo, puedes hacerlo. Si algo te apasiona, siempre encuentras tiempo para ello. Además, la ciencia también tiene un componente artístico: necesitas imaginación y creatividad para pensar en nuevas ideas y soluciones.

- ¿Tienes algún sueño o proyecto de futuro, tanto en la ciencia como en el ballet?

En el ballet, mi sueño es poder seguir bailando durante muchos años y mejorar mi técnica. Un objetivo concreto sería lograr hacer un gran arabesque perfecto. En la ciencia, mi meta a corto plazo es completar mi tesis doctoral. Más adelante, me gustaría llegar a ser investigadora principal en un proyecto de investigación.

Gisela Zamorano

- ¿Qué mensaje darías a quienes quieran combinar ciencia y arte?

¡Que lo hagan! Nunca es tarde para empezar. Yo inicié la carrera de Biomedicina a los 24 años y retomé el ballet siendo ya adulta. Aunque alguien pueda mirarte raro, eso no significa que debas dejar de hacer lo que te apasiona. Si lo quieres, lo puedes hacer.

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