La prueba piloto reutilizará hasta 3.000 kg de residuo textil con las que se sustituirán casi 300.000 bolsas de plástico en Bellvitge, que se usan para la dispensación de Farmacia Hospitalaria y el transporte de ropa sucia.
Se han creado dos puestos de trabajo de la mano de Fundación Engrunes para personas en situación de vulnerabilidad gracias al “upcycling” o reaprovechamiento creativo.
Del 19 al 27 de noviembre se celebra la Semana Europea de la Prevención de Residuos, que este año promueve precisamente la sostenibilidad de los textiles.
La iniciativa se enmarca en “ICS Verds”, la estrategia de sostenibilidad impulsada por el equipo de Medio Ambiente del Institut Català de la Salut, que promueve la movilidad sostenible, las energías renovables, el ahorro energético y la gestión de residuos en toda la institución, hospitales y centros sanitarios.
El Institut Català de la Salut (ICS), conjuntamente con la entidad sin ánimo de lucro Fundació Engrunes, inicia un proyecto de economía circular con el objetivo de salvar el residuo textil de los centros sanitarios. Este material –hasta ahora de deshecho- se reutilizará como sustituto del plástico en los hospitales y Centros de Atención Primaria (CAP). En la prueba piloto del este proyecto, bajo el lema “Ropa de ida y vuelta”, se está dando una segunda vida a las sábanas y cubrecamas del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), que una vez terminada su función inicial se habrían convertido en residuos textiles.
Hasta el momento, la prueba piloto ya ha salvado 2.940 kg de sábanas que, tras pasar por un proceso de higienización, se les ha dado nuevas formas y finalidades: bolsas de asas para la dispensación de medicación en el Servicio de Farmacia Hospitalaria, sacos para la lavandería del HUB, y sacos para contenedores para la recogida de batas y uniformes sucios en los Centros de Atención Primaria Metropolitana Sur del ICS. La vida útil de las bolsas es de hasta 60 lavados.
Según datos de la Agencia de Residuos de Cataluña, cada persona consume entre 21,5 y 26 kilos de ropa cada año, y se tiran al vertedero 147.000 toneladas de residuos textiles, de los que sólo se recogen selectivamente el 12%.
“Se prevé sustituir el uso de 228.000 bolsas de plástico para el traslado de ropa sucia tanto dentro del centro hospitalario como de los CAP, y 68.500 bolsas de plástico para la dispensación de medicamentos. Además, el ahorro de plástico equivale a envolver toda la superficie del Hospital de Bellvitge hasta 26 veces”, según detalló Raquel Salas, responsable ambiental de la Dirección de Atención Primaria Metropolitana Sur del ICS.
“Esta prueba piloto tiene por objetivo comprobar la viabilidad de la iniciativa para darle continuidad. Esperamos poder extenderla, como mínimo, a toda la red de hospitales del ICS”, ha añadido Jordi Pujadas, responsable de Medio Ambiente del ICS y del equipo que impulsa ICS Verds, el conjunto de acciones para la sostenibilidad de la institución.
El proyecto ha nacido en los encuentros del Club EMAS, una iniciativa pionera en la Unión Europea que agrupa organizaciones de diferentes sectores y dimensiones con la voluntad de mejora ambiental, y cuenta con apoyo económico por parte de la Agència de Residus de Catalunya.
El “upcycling”, el reaprovechamiento que crea empleo
Además de un importante impacto en la huella ecológica, la prueba piloto de la reutilización de las sábanas del Hospital de Bellvitge ha creado dos puestos de trabajo para personas de colectivos en riesgo de exclusión, en colaboración con la Fundación Engrunes.
La Fundació Engrunes es una entidad sin ánimo de lucro con sede en Montcada i Reixac (Vallès Occidental), en funcionamiento desde 1982, cuya misión es proporcionar apoyo personal y un trabajo retribuido a personas en situación de vulnerabilidad para que puedan reincorporarse nuevamente a una vida social y laboral activa gracias a su trabajo y esfuerzo personal. Una de sus líneas de trabajo es la gestión de residuos y objetos usados, incluyendo procesos de preparación para la reutilización, impulsando iniciativas respetuosas y sostenibles para las personas, el medio ambiente, la ecología y la economía social y solidaria.
Precisamente, el proyecto del ICS se basa en el concepto de economía circular “upcycling”, también conocido como supra-reciclaje o reciclaje creativo. Se basa en el aprovechamiento de los objetos para crear nuevos productos o, lo que es lo mismo, se transforman residuos en objetos que adquieren mayor valor que los originales con el uso de la imaginación.