Un estudio descubre un nuevo sistema para ayudar a predecir la evolución de los pacientes con ventilación no invasiva

- Investigación

La monitorización con bioimpedancia eléctrica permite desarrollar mejores estrategias terapéuticas para estos pacientes

El trabajo, del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Bellvitge y el CAR de Sant Cugat, se ha presentado en el congreso más importante del mundo de la especialidad

Un estudio del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge y el Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Sant Cugat del Vallès ha demostrado por primera vez que la bioimpedancia eléctrica ayuda a los médicos a predecir el éxito que tendrá la ventilación no invasiva y a desarrollar mejores estrategias nutricionales y de fisioterapia para los pacientes que reciben este soporte respiratorio.

La bioimpedancia eléctrica es un sistema que utiliza la capacidad del cuerpo de conducir corriente eléctrica para medir la composición corporal. El sistema introduce en el cuerpo humano, a través de unos electrodos, una señal eléctrica muy baja y segura. La información que proporciona la resistencia (impedancia) de los tejidos a esta señal, combinada con unos cálculos, revela el agua corporal total, la masa magra (grasas) y la masa libre de grasa (huesos, músculos y órganos) del cuerpo, y permite también estimar indirectamente el gasto metabólico (consumo de calorías).

Se trata de un recurso muy utilizado para ayudar a controlar la aptitud física y la salud de los deportistas de alto nivel y seguir los cambios que experimentan a raíz de un esfuerzo intenso. También ha tenido ya varias aplicaciones en medicina hospitalaria –en campos como la diálisis, la obesidad mórbida o la nutrición del paciente crítico sedado–, pero ésta es la primera vez que se ha analizado su utilidad en ventilación no invasiva.

La investigación fue un estudio prospectivo observacional consistente en medir inicialmente con bioimpedancia eléctrica la composición corporal de los pacientes con ventilación no invasiva durante las veinticuatro primeras horas de estancia en el Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Bellvitge. A continuación, se analizó retrospectivamente la relación de estos datos con la evolución de los pacientes y con el hecho de si finalmente necesitaron o no pasar a recibir ventilación invasiva, comprobándose que varios datos obtenidos por bioimpedancia resultaban predictores de cuál sería la evolución de los pacientes y de qué tipo de nutrición habría sido el más idóneo.

Los resultados del estudio, que se publicarán próximamente, fueron presentados en ponencia a finales de marzo por el Dr. Xosé Luis Pérez Fernández –especialista en medicina intensiva del Hospital de Bellvitge y autor principal del estudio– en el marco del 42nd International Symposium on Intensive Care & Emergency Medicine (ISICEM), el simposio más prestigioso del mundo en medicina intensiva, celebrado en Bruselas.

Además del Dr. Pérez Fernández, han realizado una contribución central al estudio la enfermera clínica Gemma Via, responsable de la medición de los parámetros de los pacientes; el Dr. David Domínguez, que ha aportado la amplia experiencia del CAR de Sant Cugat en el uso de la bioimpedancia eléctrica con deportistas de élite; el Dr. Juan Carlos López Delgado, encargado de los aspectos nutricionales del trabajo, y la empresa Microcaya SA, que ha donado de forma altruista el aparato y el instrumental de bioimpedancia para el estudio.

Xosé Luis Pérez Fernández explica que la idea de esta investigación nació durante la avalancha de casos de insuficiencia respiratoria que afrontó el hospital durante la primera y segunda oleadas de la pandemia de COVID-19. Según afirma, “en ese momento nos surgieron varias dudas: ¿hasta cuándo debíamos aguantar la ventilación no invasiva antes de intubar a los pacientes? ¿Cómo intubarlos teniendo en cuenta sus necesidades respiratorias y nutricionales? ¿Qué aportación calórica y de proteína debíamos ofrecerles?”. Por este motivo, pensaron en nuevas herramientas que pudieran ayudarles a tomar mejores decisiones “y nos dimos cuenta de que la bioimpedancia eléctrica podía ser un recurso útil y de un coste muy asequible”.

Una vez establecida la relación entre los datos de la bioimpedancia y la evolución de los enfermos, la segunda fase de esta investigación será ensayar una intervención nutricional para este tipo de paciente que esté basada tanto en las escalas y guías ya existentes como en los nuevos datos aportados por la bioimpedancia, para comprobar si esta estrategia se traduce en una mejor evolución y una reducción de la estancia en la UCI de los pacientes.

Si ello se confirmara, los aparatos de bioimpedancia podrían empezar a introducirse de forma habitual en las unidades de cuidados intensivos como una herramienta asistencial más. Según el autor principal del estudio, “nuestro objetivo final es tener suficientes herramientas para saber qué decisiones tomar y en qué momento tomarlas de forma óptima en cada enfermo, y también poder personalizar la rehabilitación motora y respiratoria de cada paciente, con el fin de avanzar en el progreso de la medicina personalizada del paciente crítico, hasta ahora poco desarrollada”.

La ventilación no invasiva mediante mascarilla es un método de soporte respiratorio que ha ido ganando terreno en los últimos años en la atención a los pacientes con insuficiencia respiratoria aguda de las UCIs, como alternativa a la ventilación mecánica clásica (con intubación). En su momento, el Hospital de Bellvitge fue pionero en España en su introducción como terapia domiciliaria, y durante la reciente pandemia, el hospital hizo una fuerte apuesta, bajo el liderazgo del Servicio de Neumología, por aplicarlo la en todos los casos de COVID-19 en los que podía estar indicada, con unos muy buenos resultados. Para el éxito de esta técnica, son imprescindibles una buena preparación y dedicación meticulosa de los profesionales sanitarios, así como la colaboración de los pacientes.

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