“Cada vez que me subo al escenario es como si fuese el primer día ¡y eso que no interpreto canciones mías!”
Víctor, que lleva en el Hospital de Bellvitge algo más de siete años, es celador del área de transfer de ambulancias. De la habitación de su casa, donde empezó a cantar casi en secreto, a actuar ante el público subido a un escenario. Gracias al impulso del karaoke, Victor Vázquez ha podido desarrollar su carrera como cantante y a la vez continuar una tradición artística muy arraigada en su familia
- ¿Soñabas desde niño ser cantante?
Desde pequeño siempre me ha gustado cantar, pero era muy vergonzoso y para cantar cerraba la puerta del comedor, después la de mi habitación, y entonces cantaba. Mi madre sabía que cantaba porque me escuchaba a escondidas. Abría la puerta de mi habitación y los tenía ahí, escuchando. Nunca había cantado en público hasta que con 16 o 17 años fui con mi prima a un karaoke y me insistieron para que saliera a cantar. Lo hice, a la gente le gustó, y así fue como empecé a perder la vergüenza, con los karaokes.

- Se puede decir que cantabas en secreto…
Si, se puede decir que canté en secreto durante toda mi infancia. Y se me ha quedado la cosa dentro de que a mi abuela, a la que le encantaba la música, nunca le canté. Mi madre le había dicho que cantaba y ella me lo pedía, pero yo me moría de vergüenza y no podía. De hecho, hoy en día canto en un escenario, pero si ahora me pides que cante aquí, me muero de vergüenza. Y no entiendo porqué. Soy la persona menos vergonzosa del mundo, a todos los que me conocen les cuesta creerlo. En público la cosa cambia, a medida que se suceden los conciertos, cada vez te sientes con más seguridad, y en el escenario tengo la suerte de contar con mi compañero que habla por siete.

- El karaoke actuó como catapulta…
Pues sí, porque me presenté entonces a un concurso de karaoke, el I sing world, a nivel catalán y que después tenía una final estatal en un crucero, y otra mundial. Y en la final catalana conocí a Miguel Valle, mi compañero en el grupo. De eso hará 7 u 8 años. En el concurso hacíamos ensayos conjuntos con la coach y estaba en mi grupo de concursantes, aunque al final teníamos que llegar a ser rivales, porque había un solo ganador, que al final no fuimos ni él, ni yo. El caso es que nos caímos bien y entre ensayo y ensayo, decidimos formar el grupo. Miguel es unos años mayor que yo y ya cantaba, pero en otro estilo. Le gustó el mío, más aflamencado, y decidimos formar el dúo Burbul Music. Nos unimos y abrimos un poco más el abanico de estilos, sumando el de cada uno. Así, en los conciertos hacemos un poco de todo: rumba, Antonio Orozco, pop…
- ¿De dónde viene el nombre de Burbul Music?
Es un pequeño homenaje a mi primo, que murió casi con 24 años. Empezó a llamarme burbul por la imagen de niño burbuja que tenia de bebé en el cochecito con una de aquellas cubiertas protectoras transparentes para la lluvia. Así burbul se quedó primero como mi apodo en la familia y ahora también como nombre del grupo. Llevamos juntos ocho años con el nombre de Burbul Music.

- ¿Es complicado abrirse camino en el mundo de la música?
Mi compañero, Miguel, tenía algunos contactos de cuando había cantado siendo más joven. Gracias a eso, empezamos hacer actuaciones, a cantar en bares para 30 o 40 personas y la cosa fue creciendo poco a poco. Conocimos al dueño de sala Barroko’s de Barcelona y empezamos a actuar allí de forma regular. Hicimos las pruebas de sonido allí solo una semana después de operarme el tabique nasal, casi con las gasas puestas, y el propietario no se lo creía. ¡Que bien cantáis! nos dijo y yo me notaba cantando fatal, con la voz supernasal, y no se lo creía. Tenían actuaciones en directo los jueves y nosotros nos encargábamos del inicio de la fiesta. El caso es que la cosa fue creciendo. Recuerdo un festival al lado de un centro comercial en Badalona. Veníamos de cantar en un bar, en el que estaba mi familia, que son muchísimos, y a lo mejor otras 10 personas, y llegamos a Badalona en coche y solo mirar por la ventanilla dije, yo no canto aquí, de la cantidad de gente que había. En la primera canción casi me temblaba la voz y mi compañero se inventó una historia para ganarse al público ¡les explicó que íbamos a salir en un programa de la tele a la semana siguiente!

- ¿Cómo os llegan los bolos?
El boca a boca funciona muy bien, pero durante un tiempo también tuvimos un agente que nos gestionaba actuaciones en ferias, fiestas y eventos. Hace poco también hemos entrado en contacto con la asociación de la Zona Franca y estamos cantando mucho por allí. Cantamos en fiestas de barrio, cumpleaños, bodas… dónde nos llamen., aunque desde hace un par de años hemos bajado un poco el ritmo por cuestiones familiares.
- No lleváis una banda de soporte, ¿cómo preparáis el material musical de las actuaciones?
Contactamos con un chico de Argentina que nos gustó mucho cómo hacía las bases musicales para las canciones, porque hay muchas bases que no están registradas en la base de datos del karaoke. Nosotros cantamos sobre esa base instrumental. Si las canciones que necesitamos para un bolo concreto no están en la base de datos, se las encargamos a este chico argentino y nos las prepara. Es muy difícil encontrar una buena base de karaoke sin licencia y las de este chico son muy buenas, y ya casi somos amigos, porque le hemos pedido muchas bases. Tenemos un equipo sencillo para interior con mesa de mezclas, micros y altavoces, pero para actuaciones más grades el equipo lo suele aportar el organizador del evento.
- ¿Tu estilo siempre gira alrededor del flamenco?
Siempre me ha gustado; me he criado en un barrio humilde, Cinco Rosas, en Sant Boi, y siempre hemos cantado, en la calle, en cualquier celebración… bueno al principio cantaban los demás, y yo tocaba las palmas. Mi tía Rosa ha sido cantante, apareció en televisión cantando una versión de un tema de Isabel Pantoja; mis primos y mi madre también cantan, toda la vida se ha cantado en mi casa. Somos una familia muy grande, más de 100, y muy unida, y todas las celebraciones las acabamos cantando. Y ahora, pues canto yo y toda la familia viene a verme. Soy completamente autodidacta, nunca he ido a ninguna clase, en mi habitación con los altavoces, solo, he ido cogiendo el flamenco de uno, el blues de otro…mezclándolo todo luego y así me he forjado. En las actuaciones hacemos casi todos los géneros; rumbas, Antonio Orozco, Manuel Carrasco, El Barrio, Bisbal… menos opera, aunque con José Palacios, mi excuñado también tengo un tema grabado de Il Divo, Regresa a mi, que fusiona flamenco y opera.

- ¿Cómo ves en general el mundo de la música?
Es una pena, pero hoy en día no se valora si cantas bien o mal, sino que es un tema de dinero, de cuantos seguidores en redes puedes aportar. Hoy por hoy, casi se tendría que pagar más al técnico de sonido que al cantante, pero a pesar de las cosas negativas y de que es complicado, el mundo de la música es muy bonito. Cada vez que me subo al escenario es como si fuese el primer día, y eso que no interpreto canciones mías! El día que eso pase y la gente se sepa esas canciones, me va a dar algo.
- ¿Te gustaría entonces cantar temas propios?
Tenemos temas grabados, pero son covers. Escribo poesía, pero no se aplicarlo a una métrica y una rítmica para una canción. Hago buenas melodías, pero necesitaría la colaboración de un arreglista y de un letrista que me ayudaran a adaptar ese poema a la letra de una canción. Me gustaría sacar un tema mío y eso está ahí como proyecto.
- ¿Y otros retos o aspiraciones?
Crecer siempre mola, me gustaría presentarme a La Voz, y es algo que he visualizado miles de veces, pero me da muchísima vergüenza. Muchas personas cercanas me animan para que me inscriba o me dicen que lo harán ellos. Creo que me podrían coger, cierro los ojos y hasta me emociono imaginándome ahí encima, pero me da muchísima vergüenza. Y es que voy a ir y no seré capaz de cantar…
¿Recordías el tema que Víctor grabó en homenaje a todos los profesionales del Hospital de Bellvitge durante la pandemia?