La cara B de Carlos Garulo, del área administrativa del almacén de mantenimiento de la DISG y disc jockey

- La Cara B

“En Razzmatazz he pasado los años más felices de mi vida como disc jockey”

Es probable que sin la pericia, adquirida en su habitación de adolescente, para apretar el botón del "REC" en el momento justo y grabar en un cassette virgen la canción de la rádio sin la molesta voz del locutor, Carlos Garulo no hubiese llegado unos años después a ser disc jockey residente de una sala-templo como Razzmatazz. Quien sabe…

- ¿Cómo se empieza en esto de pinchar música?

Ya desde muy pequeño he tenido una inquietud musical, autodidacta, y no porque se escuchase mucha música en casa, simplemente que desde que tengo uso de razón el interés por la música ha sido algo muy especial para mí. Después, en la adolescencia, mi habitación se convirtió en un pequeño refugio, en una primera discoteca. Aún recuerdo los golpes en la puerta de mis padres para que bajara el volumen. Empezaba a disfrutar con la música.

Carlos Garulo

- Vamos a quedarnos un poco en esta primera etapa en esa habitación ¿empiezas, supongo, con aquellas típicas grabaciones que hacíamos en cassette directamente de la radio, intentando silenciar al locutor?

¡Por supuesto! Sabías que para grabar una determinada canción libre de la voz del locutor tenías que esperar a unos horarios determinados, por ejemplo las 7 h de la mañana, y no había otro remedio que levantarte a las 6.30 h para preparar la cinta. El primer cambio importante se produce cuando empiezo a grabar cintas de cassette para los amigos del instituto. Eran las canciones de moda del momento y empezaron a generar mucha demanda. Comencé a darme cuenta entonces, que por lo que sea, aquellas selecciones tenían algo especial y gustaban. Así pasé a ser el "friki", en el buen sentido, que suministraba música a la gente. Luego pasé a encargarme de la música de las fiestas de fin de curso.

Carlos Garulo

- Ahí se despierta una vocación temprana..

Cuando ves que la música que has seleccionado en la soledad de tu habitación, es la que baila la gente en una fiesta, pues ahí te dices ¡ostras!, esto es lo que me gustaría hacer.

- ¿Y ya te planteas seriamente ser disc jockey?

Estamos hablando de mediados de los 80s. En esa época la figura del disc jockey como tal, era un poco marginal en los bares musicales, que había muchos, por cierto. Lo importante era la música, no quien la ponía. De hecho, he llegado a pinchar en locales en los que estaba de espaldas al público. Ahora se pagan millonadas por sesiones de algunos Djs, pero por aquel entonces casi lo hacías más por pasión propia. Ibas a poner música sin ningún tipo de pretensión, pensando simplemente que si con tu selección de música la gente bailaba ya te sentías pagado y feliz, y si te invitaban a las copas, ya era perfecto. Luego ya empezaron a pagarme un dinerillo y así poco a poco....

Carlos Garulo

- ¿Y cómo das el salto a un nivel más profesional?

Yo era un habitual de una serie de bares musicales y discotecas de Barcelona, pero a través de un amigo y por un cúmulo de casualidades, surgió la oportunidad para pinchar en una de las salas entonces más emblemáticas de Barcelona, Zeleste. Ahí se me abrió un mundo, porque fue el primer contrato como profesional de verdad. Estábamos en la segunda década de los 90s y a partir de ahí el tema fue in crescendo, porque estar en Zeleste supuso empezar a hacerme un pequeño nombre dentro de la escena de Barcelona, y casi sin darme cuenta; empiezan a llamarme de salas y bares musicales.

Carlos Garulo

- Y a partir de ahí...

Bueno, Zeleste cerró sus puertas por unos problemas económicos. De ahí pasé a pinchar a una sala de Cornellà, bastante conocida por aquel entonces. La sorpresa fue que mientras estaba trabajando allí me llaman de la que sería la sala Razzmatazz, que más tarde se ha convertido en una de las salas más importantes, no ya de Barcelona, sinó también a nivel español y europeo. Me llamaron para pilotar una de las salas, para que yo fuese el residente. Aunque en todas las salas en las que he estado he dado el 100%, allí es donde he pasado los momentos más felices de mi vida como disc jockey. Este año se cumplen 25 años de su inauguración en sesión de Clubs. Visto con el paso del tiempo, cada vez soy más consciente del privilegio que significó ser elegido para pilotar una de sus 5 salas. Fue un viaje apasionante, con un gran equipo humano en perfecta sinergia, con un público ávido de experimentar nuevas sensaciones, que abarrotaban semana si y semana también todos los rincones de cada una de las salas, porque sabíamos que música y vida iban cogidos de la mano.

Carlos Garulo

- En aquellos años creo que lo compaginas con el hospital, no?

Empecé a hacer suplencias en Bellvitge en 1989 y a partir de ahí nunca he dejado el hospital (este año serán 36 años!), excepto el paréntesis que supuso la mili. Eran mis dos profesiones, y las podía compaginar perfectamente, porque la música me ocupaba solos los fines de semana, viernes y sábado.

- Cómo prepara sus sesiones un disc jockey?

En casa empecé con un equipo muy primario, con una de aquellas típicas cadenas musicales, con dos platinas de cassettes, luego ya pasé al vinilo y enseguida al CD. Todo lo que podía ahorrar por aquel entonces era para mejorar el equipo y en discos, en casa iba haciendo mis prácticas, no me gusta mucho la palabra disc jockey o deejay, me encuentro más cómodo diciendo que soy un selector de canciones, porque al fin y al cabo las canciones están inventadas, simplemente hay que ponerlas, eso si, en el momento adecuado para que en la pista siempre esté en un ambiente álgido. Entonces, en las salas los equipos son mucho más sofisticados, pero con la experiencia de los años, en apenas unos minutos te haces cargo de cómo funcionan. Antiguamente me acuerdo que iba arrastrando una maleta que pesaba 20 kilos, con todos los vinilos, luego fueron las carpetas con los cds y ahora ya vas con un USB donde puedes llevar 2.000 canciones, pero sea cómo sea el formato, lo tienes que llevar súper preparado y muy bien estructurado, porque siempre puede haber algún imprevisto. Siempre se requiere de una preparación previa a cuando vas a pinchar.

Carlos Garulo

- Es decir ¿ya llevas previamente toda la sesión en la cabeza antes de empezar?

En cuanto a la secuencia de los temas, me gusta improvisar siempre en función de cómo veo al público. Supongo que la experiencia te hace percibir y palpar cómo está la gente y saber en qué momento puedes poner ese tema que va a despertar algo que ya impregna toda la sesión hasta casi el cierre.

- Cuéntame algo más de ese rol casi escondido del disc jockey al principio, porqué es algo muy alejado de la realidad actual, dónde incluso están colocados en sitios muy visibles, por encima de la pista ¿no?

La figura del disc jockey en los 80s no se conocía de forma personalizada. Se relacionaba el local con la música que se ponía, no por el disc jockey. Poco a poco, los locales se dieron cuenta de que éramos unos de los principales activos diferenciadores de un local. Estuve pinchando muchos años en un bar musical mítico de Barcelona que se llamaba Juan Sebastián Bar y ahí estaba de espaldas a la gente. Aún recuerdo estar seleccionando la próxima canción que tenía que sonar con los cascos y la gente te hacía dar un bote sobresaltado cuando te picaba la espalda. A mi siempre me ha gustado tener contacto con la gente, que alguien te pueda preguntar qué tema está sonando o pedirte una canción concreta, y si estás de cara con el público que te puede tocar o tú lo puedes tocar, pues se vive de otra manera. La experiència te ayuda a palpar la pista y saber en qué momento pinchar determinada canción para que la cosa luego vaya casi sola.

Carlos Garulo

- ¿Esa interacción con el público es importante para ti?

En los últimos años he pinchado en Razzmatazz desde el escenario. La sala tiene un aforo de 2.500 personas y se vibra igual, pero el hecho de no poder tocarlos hace que se pierda algo... Pienso que es importante que haya esa simbiosis con el público.

- ¿Y en esa interacción te has encontrado alguna vez con alguna situación incómoda?

En Zeleste, la fiesta de fin de año de 1999, el famoso fin de año denominado "efecto 2000". Estaba pinchando con la sala totalmente abarrotada, y la gente fue dejando decenas de copas encima de los amplificadores, hasta que al final el líquido se derramó sobre los equipos de forma que en el momento más álgido de la noche la música dejó de sonar. Fue un momento caótico, yo no sabia que hacer, la gente empezó a silbar y afortunadamente los técnicos pudieron solventarlo. Quizá estuvimos 15 o 20 minutos sin sonido, que es lo peor que le puede pasar a un disc jockey, que falle el equipo de sonido o que un disco esté rayado.

Carlos Garulo

- ¿Y acostumbras a atender las peticiones del público?

Se intenta siempre, tienes que tener mucha paciencia. Todo lo que se podía poner, lo pinchaba, pero a veces te encontrabas con personas que pedían una canción y que se la pusieras inmediatamente o que si no la escuchaban enseguida venían a quejarse con un tono amenazante. Situaciones peligrosas como tal, en muy contadas ocasiones, algún lanzamiento de algún vaso (de plástico!) casi como anécdota.

Carlos Garulo

- ¿Y en qué punto de tu actividad como disc jockey estás ahora?

Bueno, más adelante fui padre y las cosas se ven entonces con otra perspectiva. Pinchar todos los jueves, viernes y sábados y todas las vísperas de festivos, incluidos fines de año y fechas señaladas durante tantos años tiene su desgaste. Después de dejar las residencias de club, continúe en Razzmatazz haciendo grandes fiestas corporativas o fiestas universitarias, fiestas mayores para algún ayuntamiento, y como curiosidad el evento más multitudinario en el que he pinchado fue un concierto en la playa de la Barceloneta ante 25.000 personas que fueron una exhibición del skater norteamericano Tony Hawk. En alguna de estas fiestas corporativas he llegado a compartir cabina con algunos disc jockeys Internacionales muy top. A nivel nacional, por ejemplo, fui residente de una sala que se llamaba Syldavia en Barcelona, y allí coincidí con Alaska y Nacho Canut. Con ella he compartido cabina después en otros eventos. También con otro histórico como Miqui Puig. Y a nivel internacional coincidí en una fiesta Google que hicieron en Barcelona con motivo del Mobile con Calvin Harris, uno de los número 1 mundiales. Él era cabeza de cartel y yo el disc jockey de la sala Razzmatazz. Como anècdota te puedo explicar que Calvin Harris es una persona muy alta, y por contrato la mesa para pinchar debía estar a una altura determinada, y yo tenía dificultades pero podía pinchar, pero en esa ocasión compartimos con otro dj muy conocido en el tema electrónico que se llama Timo Maas y con una discjockey inglesa, Goldierocks, que es "bajita" y hubo que improvisar una plataforma con cajas para que pudiera pinchar.

Carlos Garulo

Carlos Garulo

- ¿Antes, cuándo estabas más en primera línia eres más celoso o exclusivo con tus selecciones musicales?

Yo no he sido un virtuoso de la técnica a la hora de pinchar, mi don ha sido la selección musical. En una entrevista para ser el residente de una discoteca donde habían presentado sin éxito varios candidatos, cuando el dj que dejaba el puesto vio los discos que llevava en la maleta fue a hablar con el jefe para decirle “tiene que ser esta persona”, y aún no había puesto ningún disco. Claro, si encima tienes mucha técnica, pues perfecto.

- ¿En qué consiste el virtuosismo técnico?

En que se produzca una transición inapreciable para el odio entre una canción y otra; que de golpe y porrazo digas ‘ostras, ha acabado una canción y ya estoy en otra. Y esto se aprende, pero es también un don. Y hay muchos referentes en Barcelona con este don. Por ejemplo, DJ Amable, para mí el mejor disc jockey de Barcelona, o Monami, también de la escena de Hospitalet, que curiosamente es una cantera increíble de grandes pinchadiscos.

- ¿Y cual es tu ámbito de especialización cómo disc jockey?

He tenido la suerte de que lo que yo escuchaba en mi habitación, no me preguntes por qué, gustaba a la gente. Aunque yo escuchaba mucha música internacional, en muchos sitios me siguen llamando para que ponga sobre todo pop español de los 80, la música que venía de la movida madrileña. Fue en lo que yo más vibré y quizás me diferenció un poquito del resto.

Carlos Garulo

- En plan telegràfico ¿cuáles serían los tres o cuatro mandamientos del buen disc jockey?

Primero ser profesional, dedicarte al máximo independientemente que estés pinchando en una discoteca, en una fiesta para amigos... Merece tanto respeto pinchar en una fiesta mayor de un pequeño ayuntamiento como en un gran evento. El público està allí para pasárselo bien y tienes que ser profesional, actitud para intentar encontrar los mejores temas para que se lo pasen lo mejor posible.

- ¿Y qué te gustaría hacera partir de ahora?

Una de las máximas ilusiones que tengo desde hace ya años es la colaboración en el Movember, promovido por una organización benéfica para donar visibilidad a las enfermedades masculinas, ya sea el cáncer de próstata, el cáncer de testículo, salud mental. Colaboro con ellos en la fiesta que hacen anualmente, amenizando el tema musical y ayudando en la producción junto a otros disc jokeys de Barcelona. Soy de Hospitalet centro de toda la vida y me he encargado de la banda sonora de restaurantes y bares que son amigos y me encargo de los tardeos, que están de moda para la gente de nuestra edad, entre 40 y 50. Y sobre todo, lo que me gusta es compartir, formo parte de una red colaborativa de disc jokeys en la que intercambiamos novedades musicales. En cualquier caso, pienso en música en todo momento, cada día, ya sea revisitando los grandes clásicos de ayer, como buscando siempre los nuevos sonidos de hoy, todo para crear la banda sonora perfecta (¡e infinita!) de mi vida...

- ¿Alguna canción especial para cerrar la entrevista?

Durante muchos años he cerrado mis sesiones con alguna de estas tres canciones: I Wanna Be Adored, de The Stone Roses; Creep, de Radiohead i Where Is My Mind?, de Pixies.

Carlos Garulo

También me gustaría hacer un regalo para toda la comunidad del hospital: una lista muy personal de Spotify: una lista muy personal de Spotify.

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