“Lo que quería plasmar era lo mal que lo pasé por la enfermedad, pero lo bien atendido que estuve en el hospital"
- ¿Cómo fue su primer contacto con el proyecto RELAT-HOS?
Era el año 2018 y llevaba dos o tres días ingresado en planta. Entonces, una enfermera vino a la habitación para hablarme del proyecto. Dije que sí enseguida y me trajeron hojas y un sobre. No sé muy bien por qué, pero tuve la sensación de ser una de las primeras personas que participaba.
- ¿Tuvo claro desde el principio que quería participar?
Yo nunca antes había escrito nada, solo las cartas que le enviaba a mi novia cuando estaba en la mili. Sin embargo, pensé que no debía de ser tan difícil pasar a un papel por escrito las ideas que te vienen a la cabeza. Me salieron cuatro hojas, pero creo que al final solo puse dos en el sobre. Estoy casi seguro de que el escrito original era más extenso, pero no he podido encontrar en casa estas dos otras hojas... Lo que quería plasmar era lo mal que lo pasé por la enfermedad, pero lo bien atendido que estuve en el hospital. Fue un agradecimiento directo al hospital y a todos los profesionales sanitarios que me atendieron. Entré en una camilla, firmando el consentimiento que alguien me sostenía, porque la cosa parecía que se acababa por momentos. Venía desde Sant Boi y aquí tuve la suerte de que un gran equipo médico me estaba esperando. Me extirparon el bazo porque estaba destruido a raíz de una caída que había sufrido, y llegué aquí sin gota de sangre. A mi mujer le dijeron que había llegado muy grave, de hecho en la ambulancia que me trajo aquí no me encontraron presión arterial; me rasgaron toda la ropa para tratarme y no recuerdo nada más hasta llegar aquí, a Urgencias de Bellvitge. Los médicos y enfermeras se quedaron sorprendidos de lo rápido que me recuperaba. Me restablecí la mar de bien, y después de 6 días en la UCI, subí a la habitación y fue todo rodado. Afortunadamente, casi tres años después estoy muy bien, porque después de aquí pasaron otras cosas... y lo importante es que ahora la cosa funciona.
- ¿Escribe habitualmente?
Yo nunca había escrito, más bien dibujaba en el trabajo. Dibujo industrial, porque diseñaba matrices. No soy demasiado habitual en la escritura. Sin embargo, no me resultó especialmente difícil, se trataba de asociar las ideas que tienes en la cabeza con lo que escribes en el papel y hacerlo de la mejor manera posible y no me fue demasiado difícil, la verdad. Creo que es algo parecido a alguien que quiere pintar y que no sabe si será capaz hasta que no se pone a ello. Empecé aquí y después no he seguido escribiendo. Si tuviera que volver a hacerlo ahora, puede que lo hiciese de otra manera... Sentía que podía explicar lo que me había pasado, a mi modo, pero de forma que todo el mundo lo entendiera. Mi hija, en cambio, ¡sí que lo escribe todo! Vas a su casa y encuentras papeles escritos por doquier, pero no es mi caso...
- ¿Qué sensaciones tuvo al ver su relato en el libro?
Me sentí bien haciéndolo, aunque soy una persona bastante fría. Intento pasar bastante desapercibido. Ahora, miro en el libro y pienso en esa frase que dice que debes tener un hijo, escribir un libro y subir en globo. Esto último es lo que me falta. No he escrito un libro entero, es una parte, pero no me sentí del todo mal. Parece que no, pero al ver mi nombre allí escrito Francesc Brach... es una tontería, pero me sentí bien.
- ¿Cree que la escritura es una herramienta terapéutica importante?
Sí, considero que la escritura es una herramienta terapéutica muy relevante, que te hace abrir la mente y ver las cosas de otra forma, aunque yo tengo otro talante, me preocupo mucho del trabajo. Sí que he pensado a veces que con todo lo que me ha pasado tengo material para hacer un libro, y más de uno, seguramente. Ahora tengo 74 años, me jubilé con 65. Casi nunca habíamos hecho vacaciones, ni había estado enfermo. Y la única vez que estuve enfermo en casa es porque se me cayó una puerta encima del pie, pero pasados cuatro días venía un coche cada día a buscarme y me llevaba al trabajo. He trabajado mucho y he escrito muy poco, pero los pensamientos están ahí. Yo quería jubilarme a los 65 años para hacer muchas cosas que tenía planeadas y estoy contento porque todavía sigo al pie del cañón. Si no hubiera sido por el accidente seguramente habría ido a algún sitio a echar una mano como voluntario.
- Para terminar, ¿nos puede recomendar un libro?
Ahora estoy leyendo un libro que es para niños, los cuentos que Oriol Junqueras escribió para sus hijos. Por otra parte, he leído varias veces El perfume y La plaza del Diamante. ¡Y tengo un montón de libros esperando! Además, tenemos una antigua biblioteca familiar, con libros de más de un siglo, muchos de los cuáles también he leído.