El 75% de las personas ingresadas en la UCI por gripe durante la campaña 2024-2025 no estaban vacunadas. Es importante vacunarse para reducir el riesgo de contagio y proteger las personas vulnerables.

La vacuna contra la gripe reduce las complicaciones, los ingresos hospitalarios y la mortalidad. Las vacunas pasan controles de seguridad muy estrictos y décadas de experiencia avalan su uso.

Hay décadas de experiencia con las vacunas de la gripe y se han aplicado centenares de millones de dosis. Los efectos adversos suelen ser leves y de corta duración. Los más frecuentes son: inflamación y/o dolor en el lugar de la inyección, fiebre, malestar general o dolor muscular.

Las vacunas que se usan actualmente en Cataluña para las personas adultas son inactivadas y no contienen virus vivos. Es por esto que son capaces de activar el sistema inmunitario sin causar la enfermedad ni infectar las células.

La gripe puede ser una enfermedad grave. El espectro clínico va desde infecciones asintomáticas hasta complicaciones graves, hospitalización o muerte, y sobreinfecciones.

La gripe es una enfermedad muy frecuente y contagiosa. Tiene una elevada incidencia y una tasa de ataque que puede variar entre el 2% y el 12,3% cada temporada, según el tipo y subtipo de virus. Cada año se revisa la composición de la vacuna para adaptarla a los virus circulantes.

Cada año, durante el invierno, las enfermedades respiratorias y la temporada epidémica de gripe generan una gran carga de enfermedad y mortalidad en la población. La vacuna protege de las formas de infección más graves y ayuda a reducir la transmisión de la infección al entorno más cercano.

Aunque las vacunas son medicamentos, pueden reducir el consumo de otros, especialmente los antibióticos, y son una medida relevante para ayudar a reducir la resistencia a los antimicrobianos.