Delírium: qué es

Es una alteración aguda del estado mental que afecta al pensamiento, la atención y el comportamiento y que aparece frecuentemente en los pacientes ancianos al ingresar en el hospital, pero que cualquier persona puede desarrollar.

El delirium aparece de manera aguda y oscilante al cabo de pocas horas o días del ingreso. Mientras lo está sufriendo, el paciente:

  • está desorientado y no sabe dónde está; puede estar nervioso o agitado, o bien lento y muy dormido;
  • no reconoce a los familiares/acompañantes y tiene dificultades para concentrarse;
  • muestra cambios de carácter, desconfianza e irritabilidad, agresividad verbal o física;
  • habla incoherentemente o no se le entiende, repitiendo siempre lo mismo;
  • presenta déficits de memoria y puede tener alucinaciones o delirios;
  • está más nervioso por la noche, con insomnio o le cuesta estar despierto durante el día.

Los pacientes con más riesgo son los ancianos, sobre todo si tienen demencia o han sufrido un episodio de delirium previo.

  • Algunos desencadenantes: cambio de ambiente o de domicilio; mucho ruido por la noche; ausencia de acompañantes conocidos por el paciente, etc.
  • Otras posibles causas: descompensación de enfermedades crónicas o agudas; cambios en el tratamiento; dolor; deshidratación o anemia; cambios en los hábitos de micción (incontinencia o retención urinaria) o defecación.

  • Asegurar que el paciente esté acompañado por familiares o sus cuidadores (también las primeras noches del ingreso). 
  • Llevarle sus objetos habituales, como por ejemplo gafas, audífonos, prótesis dental, reloj, etc.
  • Reorientarlo: explicarle qué le ha pasado, dónde está, qué día y hora es, etc.
  • Si no hay contraindicación médica, estimularlo a salir de la cama, a participar en las comidas, a mantener la higiene, etc.
  • Mantenerlo despierto y activo durante el día (promover la conversación, la lectura, los juegos de mesa, etc.).
  • Favorecer el descanso durante la noche, respetando las horas de sueño.
  • Informar al equipo asistencial si aparecen síntomas como: nerviosismo, agresividad, cambio de carácter, desorientación, poca reactividad, somnolencia, insomnio, estreñimiento, tos o atragantamientos cuando bebe agua, mal control del dolor, aparición de heridas, etc.

  1. Es importante que usted, como cuidador o familiar del paciente, descanse, se alimente y se hidrate adecuadamente.
  2. El paciente no es consciente de sus actos durante el delirium.
  3. Delirium y demencia pueden coexistir, pero no son lo mismo. El delirium se instaura de manera brusca, pero es potencialmente reversible.

Hospital Universitari de Bellvitge

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