Especialistas del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germans Trias, el Hospital de Bellvitge y el Hospital de Sant Pau han publicado un estudio único que supone una mejora en el seguimiento y tratamiento de pacientes que han pasado por el quirófano a causa de una de las principales enfermedades inflamatorias intestinales: la de Crohn.
Los datos indican que, aproximadamente, casi la mitad de estos pacientes terminan necesitando una cirugía para aliviar los síntomas que sufren. La intervención más frecuente es la llamada resección ileocecal, consistente en suprimir el final del intestino delgado (ileon), que está en contacto con el principio del intestino grueso (el colon). Entre los seis meses y el año después de esta cirugía, los pacientes se someten a una colonoscopia de control, pero pasado ese tiempo el seguimiento suele limitarse a repetir colonoscopias si los síntomas regresan. De hecho, se calcula que 8 de cada 10 pacientes recaen al año de ser operados, al observarse lesiones en la zona intervenida a pesar de no manifestar síntomas.
Por último, la respuesta al principal objetivo del estudio –mejorar el seguimiento y el tratamiento de los pacientes después de la primera colonoscopia anual–, se encuentra en la calprotectina. Es una proteína fácilmente medible en las heces y que, según concluye la investigación realizada, experimenta cambios en sus niveles cuando hay inflamación y lesiones en la zona intervenida. Se ha comprobado tras monitorizarla prospectivamente en más de medio centenar de pacientes durante unos años: si los niveles de calprotectina superaban los 250 μg/g se repetía el análisis de las heces, mientras que sólo se ordenaba una colonoscopia si los niveles superaban los 400 μg/g.
El estudio, publicado en la revista Digestive and Liver Disease, lo ha liderado el grupo CIBEREHD sobre enfermedades hepáticas y digestivas, del que forman parte los tres hospitales catalanes implicados, y tiene como primera autora a la Dra. Míriam Mañosa, del Hospital Germans Trias.
La enfermedad de Crohn es, con la colitis ulcerosa, una de las más comunes enfermedades inflamatorias intestinales, caracterizadas por ser un conjunto de trastornos inflamatorios crónicos de causa desconocida que afectan al aparato gastrointestinal. Se estima que el 1% de la población catalana sufre alguna de estas dos enfermedades; la mitad, son enfermedad de Crohn.
La inflamación que provoca la enfermedad de Crohn, que afecta especialmente a adultos jóvenes, daña las capas de la pared del intestino y esto causa, como síntomas más comunes, movimientos intestinales frecuentes, diarrea, necesidad de ir al lavabo con frecuencia, sangrado rectal, dolores abdominales, fiebre, y pérdida de apetito. Además, durante los períodos de síntomas activos, los enfermos también pueden experimentar fatiga, dolores articulares y problemas cutáneos. Todos son síntomas que a menudo conllevan cambios personales, sociales y familiares en la vida de los pacientes.
La colonoscopia es uno de los métodos diagnósticos de las enfermedades inflamatorias intestinales, y permite ver el interior del intestino grueso y detectar cualquier inflamación o hemorragia. Consiste en introducir por el ano un tubo flexible, llamado endoscopio, que tiene una pequeña cámara en la punta, y hacerlo avanzar hasta el final del colon.
Referencia
Mañosa M, Oller B, Garcia-Planella E, Guardiola J, Cañete F, González-Muñoz C, Camps B, Calafat M, Domènech E. Faecal calprotectin-based strategy for long-term monitoring of patients with Crohn's disease without or with mild endoscopic postoperative recurrence. Dig Liver Dis. 2024. DOI: 10.1016/j.dld.2024.11.028.