-¿Has tenido la enfermedad?
No
-¿Cómo ha cambiado tu trabajo con esta crisis?
La UCI es un lugar muy intenso donde hay pacientes muy críticos. Cuando esto empezó nos cambiaron los turnos; normalmente hago 7 horas y pasé a hacer 12. Para trasladar a los enfermos con Covid-19 nos tenemos que vestir con un mono, un par de guantes por debajo del mono, unos segundos guantes encima, gorro, ojeras, otro gorro y por último la doble mascarilla (una FP3 y una quirúrgica encima). Hay días que podemos estar todo la jornada vestidos así.
-¿Ha cambiado la relación con los compañeros?
Esta crisis nos ha servido para unirnos más a todos. Las primeras semanas había descontrol, muchos nervios, gritos, miedo... Pero al final cuando nos calmábamos y nos sentábamos en el office todos juntos, nos dábamos cuenta que si nos poníamos nerviosos era por querer hacerlo todo como siempre... Después hemos formado una gran familia con los compañeros. En la UCI tenemos mucha presión física y psicológica y mucha tensión dentro de la Unidad que se hace difícil de llevar.
-¿Has tenido miedo de contagiarte o de llevar la enfermedad en casa?
Tenía miedo de contagiar a mis padres... Al final mi madre se contagió, pero afortunadamente todo fue bien. Miedo, mucho miedo, cuando faltaba material, cuando teníamos batas contadas para todo el servicio y teníamos que mover a los pacientes y hacer las higienes y no teníamos bastante material... Pero al final nos espabilamos, ha ido llegando material y hemos solucionado todos estos problemas.
-¿Qué es lo peor que has vivido este días?
La pérdida de pacientes muy jóvenes de 40 o 50 años sin que las familias estén aquí, despidiéndose a distancia... Las situaciones que se viven adentro de las habitaciones... El agotamiento físico y psicológico. Llegar a casa... Es difícil.
-Cita una cosa positiva de esta crisis
Sea cual sea la situación, siempre salimos adelante. Nos enfrentamos al problema y salimos poco a poco.