“Hay momentos en los que necesito sentarme y coger las agujas para descansar, desconectar, relajarme”
De buen grado, Marisol saca y recoge cada día de bolsas y neceseres las agujas, lanas, hilos, telas y hasta una minúscula plancha que forman su “taller”. Son una infinidad de utensilios que le llevan a unos minutos de un bienestar irrenunciable y que se reflejan después en las piezas de patchwork, jerseys, bufandas, gorros y amigurumis que salen de sus manos.
- Para empezar ¿cómo definimos lo que haces con las agujas?
Soy muy aficionada a hacer patchwork y trabajos hechos con las agujas de lana o de ganchillo, el crochet. Y a partir de aquí pueden ser desde amigurumis, los muñecos de ganchillo que se han puesto tan de moda desde hace unos años, hasta jerséis, bufandas, gorros… Y con el patchwork, pues colchas, neceseres, entre otras muchas piezas.
- ¿Los amigurumis son originarios de Japón?
No lo tengo claro. En el caso del patchwork sí que sé que proceden de los amish y del aprovechamiento de los trozos de tela para colchas y otras piezas del hogar. En el caso del ganchillo y la lana supongo que en todos los países existe una tradición de trabajo con las agujas.
- ¿Cómo empiezas a enredarte con las agujas y las lanas?
Me empezó a interesar porque mi abuela y mi madre siempre habían hecho ganchillo y desde pequeñita había tenido esa imagen en casa. Por otra parte, soy muy aficiona a los vídeos tutoriales y absorbo bastante ràpido cuando veo o me explican algo. Así, desde la típica colchita poco a poco he ido ampliando a todo tipo de ropa. Y en el tema del patchwork, en un momento complicado de mi vida me introduje gracias a una amiga que ya hacía algunos años que se dedicaba y fue una forma de evasión, un hobby que permitió que mi mente se desbloqueara un poco. Y la verdad es que es fue fantástico, fantástico, le tengo un cariño a esa persona y al patchwork brutal. Empezar de forma más seria fue hace unos 9 o 10 años, no mucho más. Antes sabía hacer algo, pero dedicar una parte importante de mi tiempo libre, comprar lanas y ponerme en serio, eso fue hace no más de una década.
- ¿Y te inicias con el patchwork?
Si, y es entonces cuando después de hacer algunas colchas no sabía bien por donde continuar y empecé a probar con otra técnica que ya conocía, el ganchillo. Y desde entonces llevo las dos cosas al mismo tiempo.
- ¿Y lo has hecho todo de forma autodidacta?
Si, con videos y algunos patrones y a base de ir tejiendo y probando, haciendo y deshaciendo. Empiezas con una aguja, hilo y tres telas y acabas teniendo una torre de telas con 300 utensilios que desconocías que existiesen en el mercado: tijeras de todo tipo, tablas para cortar, cuters especiales, planchas especiales... Es todo un mundo que desde fuera no se ve, pero cuando entras en una tienda de patchwork descubres una cantidad de material increíble.
- Del patchwork a la lana y de aquí al ganchillo y los amigurumis…
Se trata de ir probando hacer cosas nuevas. En algún sitio veo algo que me gusta, entonces busco cómo hacerlo, si es factible para mí y entonces lo pruebo. Si el resultado me gusta lo voy enganchando con otras cosas.
- ¿Le dedicas mucho tiempo en casa a esta actividad? ¿Te has habilitado un pequeño taller o cómo trabajas?
No tengo un espacio de trabajo específico en casa porque no tengo espacio. La ventaja de la lana es que es muy transportable, la metes en una bolsita y te la llevas donde quieras. En el caso del pachtwork es un poco más complicado, porque necesito un espacio, una mesa. Y en cuanto al tiempo, dedico mis ratos libres. Soy una persona inquieta y no puedo sentarme solo a ver la tele. Así a la noche cuando mi hija se va a dormir pues puedo estar una hora u hora y media cada día. Son momentos para relajarme.
- ¿Cuánto tiempo puedes emplear en una colcha de patchwork o un amigurumi?
Es muy relativo. Por ejemplo una colcha de patchwork para una cama grande puede llevarme un par de meses porque necesita muchas piezas pequeñitas. En cambio para hacer un amigurumi si es pequeñito puedo hacerlo en un día y si es un poquito más grande dos o tres días- Y para un jersey serían dos o tres semanas, depende.
- ¿Llevas la cuenta de cuántas piezas has hecho en todos estos años?
Amigurumis, por ejemplo, no tantos, porque empecé hace dos años; quizás sean 25 o 30, y todos los he regalado. Y de pachtwork no podría decirte, pero he llegado a montar un estand en una feria con almohadas, cojines, neceseres, colchas...
- ¿Y te has planteado formar a otras personas en todas estas técnicas?
He enseñado durante un tiempo en un centro cívico en Tremp. Fue durante una temporada en la que lo compaginé con las manualidades con papel de periódico. Hacer manualidades con papel. Soy una persona muy inquieta con todas las manualidades y en aquella ocasión empezamos con el papel de periódico y acabamos con las lanas.
- ¿Y exponer tus obras?
La verdad es que hasta ahora no me lo he planteado siquiera, porque al fin y al cabo, casi todo lo que hago, de una forma o de otra, acaba yendo a alguien. Al final me quedo con poca cosa, algo que necesite, una bolsa para ir a trabajar, por ejemplo.
- ¿Tu satisfacción principal está en la confección de cada pieza?
Un año monté un estand en Navidades en la Fira de Santa Llúcia, de forma casual y además no me gustó nada. No lo disfruté, porque lo de vender no es lo mío. En cambio, hoy en el trabajo una compañera me ha comentado que un gorrito le iría fantástico, pues a lo mejor la semana que viene lo hago y se lo regalo. Son cositas así… Ahora tenemos una compañera que va a ser mamá y me pidieron si podía hacerle algo, y al final le he hecho una colcha, un muñeco, unos patucos…. A mi hija le hice los tres muñequitos de Harry Potter, porqué sabía que le gustan mucho los libros y las películas.
- ¿Recuerdas alguna otra pieza singular o especial por alguna razón?
Siempre hay algo. Hice una colcha muy bonita. Llevaba tres o cuatro años enamoradísima de ella y me costó muchísimo encontrar las telas, porque las quería de una determinada manera. Esa colcha se la acabé regalando a mi abogada cuando firmé la separación. Tiene una significación muy especial, porque esa colcha era como un tesoro que me había hecho para mí y que al final regalé a la persona que me solucionó un momento familiar y personal complicado. Esa colcha la tendré siempre en el recuerdo. Incluso pensé en duplicarla pero al final decidí que debía ser una pieza única. A una compañera también le hice el buho de Harry Potter, que le encantaba a su hijo.
- ¿Alguna compañera o compañero te ha pedido alguna sesión de formación práctica?
Si, antes de la pandemia hicimos gorros y bufandas con algunas compañeras y compañeros en los ratos de descanso del turno de noche. Y creo que después ellos continuaron haciendo gorros y bufandas. Fue muy divertido. Siempre hay alguien que pregunta algo.
- ¿Y te has planteado formar a gente de forma más regular?
Por tiempo es muy complicado. Además es un tipo de hobby que se considera más de gente mayor o de un ámbito rural. Es cierto que cada vez hay más gente joven interesada, hay varias compañeras de la UCI que hacen amigurumis, por ejemplo, pero no está tan implantado cómo para organizar talleres de forma regular. Si que se organizan talleres, pero lo suelen hacer las tiendas de lanas o de telas de patchwork. Además es caro, sobre todo el patchwork, cuesta encontrar gente que quiera hacerlo.
- ¿Y existe innovación, nuevas técnica en este ámbito?
Si que aparecen técnicas de cosido nuevas, pero no piezas o géneros como el de los amigurumi. Van saliendo técnicas nuevas y sobre todo muchos nuevos utensilios de trabajo.
- ¿Con una máquina de coser, agujas e hilos de diferentes tipos suficiente para profundizar en el mundo del patchwork y el crochet?
Para el patchwork el equipo esencial lo forman tijeras, reglas, marcadores, la máquina de coser, agujas a diestro y siniestro, muchísimas telas y muchísimos hilos.
- ¿Y todo eso lo tienes en casa?
Lo tengo todo, y cada vez tengo que sacarlo todo y guardarlo todo después, por eso ahora me he dedicado un poco más al tema de las lanas, para las que solo necesitas unas agujas o un ganchillo y una lana.
- Y ya para acabar ¿qué es lo que te aportan las telas, las agujas y el ganchillo?
Sobre todo tranquilidad. Me relaja muchísimo, supone desconectar de todo. Hay momentos en los que necesito ir a sentarme y coger las agujas para descansar, desconectar, relajarme. Para mí supone dejarme en modo zen y es algo casi que tengo que hacer en algún momento del día, aunque solo sean 15 minutos antes de ir a dormir, pero un poquito tengo que hacer.
