“Cuando me pongo el casco, dejo se ser Francisco, soy un soldado imperial, y me comporto como tal”
Los sables de luces deslumbraron por 1ª vez en las pantallas de los cines hace casi medio siglo en manos de Luke Skaywalker y Darth Vader y desde entonces no han dejado de ganar fieles. Francisco Gómez fue uno de esos niños que crecieron a la sombra del Halcón Milenario y hace casi una década se introdujo en el mundo del cosplay alrededor de la mítica saga de Star Wars. Después de formar parte durante años de una asociación que incluso trajo un año a los caballeros Jedi y compañía a la fiesta infantil del Hospital de Bellvitge, el pasado mes de octubre dio un paso más y creó, junto a su hijo, su propia asociación de cosplay Star Wars.
- ¿Cómo te conviertes en un soldado imperial, un scout trooper?
Desde siempre me ha gustado mucho la saga Star Wars y en general la ciencia-ficción. Hace unos 10 años, cuando era celador del turno de noche, conocí a varios compañeros que compartían esta afición. Una de estas personas, una compañera de vigilancia, estaba en una asociación y nos convenció a mí y a otro compañero para ir a una de sus reuniones. No hacía falta tener un traje, se podía participar en la asociación de otras maneras, por ejemplo ayudando a vestirse a los compañeros o también organizando las colas en los eventos en que participamos. Así fui entrando poco a poco hasta que te entra el gusanillo y piensas: pues yo también quiero un traje! quiero hacerme fotos con los niños y ver la cara de ilusión que se les pone, bueno a ellos y a sus padres también. Entonces, al cumplir 50 años decidí hacerme un regalo especial y me compré el traje. Ahora tengo 57, o sea que el traje ya lleva 7 años de aventura.
- ¿Cómo se consigue un traje convincente?
El traje está hecho a medida. Para la parte de tela fue fundamental la intervención de mi madre, que ha sido profesora de corte y confección, y para la parte de plástico, me ayudó un compañero de la asociación que se dedicaba a hacer trajes de este tipo. Pedí los moldes a una empresa especializada de Sevilla y él hizo un impecable trabajo ajustándolo a medida.
- ¿Es muy difícil mantener el traje en buenas condiciones?
El traje ya tiene algunas cicatrices del uso, y del abuso a veces, y las reparaciones me las voy haciendo yo por dentro. Hoy en día con la impresión en 3D ha cambiado todo un poco y los más manitas ya se fabrican sus propios trajes. La saga tiene infinidad de personajes, y yo tengo algún otro traje de tela, como uno de sith.
- ¿Cómo te planteas crear tu propia asociación de cosplay Star Wars?
En la 1ª asociación en la que estuve éramos más de 100 integrantes, aunque participábamos en eventos con grupos que no superaban las 15 o 20 personas. Dejé aquella asociación por diferentes circunstancias, y el pasado mes de octubre creamos una nueva asociación, más pequeñita, con mi hijo, a la que se han ido sumando compañeros de otras asociaciones. Se llama Projecte Coruscant. Se creó con el objetivo de participar en actividades en hospitales y colegios, donde no es necesario un gran despliegue. En cuanto estemos algo más afianzados queremos aumentar las actividades en que participamos. Vamos haciendo cosas con la asociación de vecinos, con la comisión de fiestas de Santa Eulàlia; también estuvimos en la concentración de papa Noel en la Fira. Disfrutamos sobre todo con el público infantil.
- ¿Es una satisfacción especial que puedas compartir esta afición con tu hijo?
Lo cierto es que desde pequeñito hemos ido trabajando el tema y nos gustan las mismas películas, la misma música... Siempre había sido muy tímido, pero participar en la asociación le ha cambiado, porque en un evento, enseguida se te acerca un niño para hacerse una foto contigo; cualquier cosa que hagas de voluntariado te acaba cambiando. Ahora tiene 21 años y casi hemos intercambiado los papeles, él es el maestro y yo el aprendiz.
- ¿Qué es el cosplay?
Muchas veces me dicen ‘tu eres de los que se disfrazan’, pero lo que hacemos es mucho más que eso. Si te disfrazas, imitas con la ropa a algún personaje, pero cuando eres cosplayer y te vistes, pasas a ser ese personaje, te comportas como él. Cuando me pongo el casco, dejo se ser Francisco, soy un soldado imperial, y me comporto como tal. Y cuando me pongo el traje de sith, aunque me cueste, no sonrío. Esa es la principal diferencia entre disfrazarse y ser un cosplayer. Y hay gente mucho más intensa que yo en este sentido. Existe una asociación mundial, que es la 501 ST, que era la legión que seguía a Darth Vader. Su funcionamiento es más jerárquico, y la sección española va montando encuentros periódicos por toda España, movilizando unas 300 o 400 personas.
- ¿Cuáles son los principales objetivos de Projecte Coruscant?
Llegar a tener muchos trajes no nos preocupa demasiado, sino que más bien nos gustaría crecer y mantenernos lo suficiente como para poder ayudar en campañas solidarias. Porque se ha demostrado que nuestra presencia en una campaña de recogida de alimentos, por ejemplo, genera un aumento de las aportaciones. Queremos crecer, llegar a tener un grupo estable de 8-10 miembros que nos permiten tener siempre 3 o 4 disponibles. No aspiramos a ser más grandes, porque las asociaciones de mayor tamaño tienen otros condicionantes, normas y se pierde un poco este espíritu familiar, que es el que queremos mantener.
- ¿Y no son mejores los cosplayers de Star Trek, los trekkies?
Hemos coincidido una cuantas veces con ellos y siempre ha habido buen rollo. No sé si la rivalidad es una leyenda, pero no podemos olvidar que al final lleves el traje que lleves, el objetivo es el mismo: conseguir que la gente que viene a hacerse fotos contigo disfrute y si puedes, ayudar en la consecución de fondos para alguna campaña solidario-benéfica. Al final solo cambia el color de la tela. De cualquier forma, creo que a la gente le gusta más Star Wars ¡nuestros trajes son más chulos! En diversas ocasiones al acabar un evento nos hemos hechos fotos juntos como una gran família.
- Alguna anécdota imperial para despedirte…
¡Muchas! y sobre todo nos han ocurrido con gente que no conoce la saga, que no ha visto ninguna película y entonces me han llamado power ranger, o he escuchado como le decían a un niño ‘ve a hacerte una foto con ese robot’. También me han llamado el Vader blanco… Y entonces me rio bajo el traje de biker scout, porque sonreímos aunque llevemos el casco.
