Las enfermedades alérgicas de la piel incluyen un conjunto de entidades clínica y fisiopatológicamente muy diferentes como urticaria, angioedema y dermatitis. Todas ellas son motivo de consulta frecuente tanto en los servicios de Alergología y de Urgencias del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) como en la Atención Primaria Metropolitana Sur.
Por lo general existe mucha confusión sobre los términos adecuados para describir estas enfermedades. Así, por ejemplo, a menudo se etiqueta como urticaria cualquier erupción de la piel o se atribuye a una alergia cualquier lesión cutánea pruriginosa. Este año, el objetivo del VI Matí Alergia Bellvitge, que se celebra hoy en el HUB, es mejorar el conocimiento sobre estas patologías y aportar herramientas de manejo para la práctica asistencial habitual, así como establecer circuitos de derivación entre los distintos niveles asistenciales.
La Sección de Alergología del Hospital de Bellvitge es un centro de referencia estatal para el diagnóstico y tratamiento del angioedema hereditario, una enfermedad genética minoritaria que afecta aproximadamente a 1 de cada 50.000 personas. Actualmente realiza el seguimiento de 32 pacientes y participa activamente en varios proyectos de investigación dirigidos a identificar nuevas dianas terapéuticas, como los nuevos fármacos por vía subcutánea autoadministrados por el propio paciente.
Por otra parte, en el HUB un total de 270 pacientes están en tratamiento con fármacos biológicos para la dermatitis atópica y la urticaria, controlados desde Dermatología y Alergología. Hasta hace pocos años no existían muchas opciones de tratamiento por la urticaria y la dermatitis atópica más allá de los antihistamínicos y corticoides. Tal y como explica la alergóloga del HUB Maria Teresa Dordal, “el panorama ha cambiado radicalmente con los nuevos fármacos biológicos que se dirigen hacia los mecanismos responsables en buena parte de estas enfermedades. La mejora clínica y de la calidad de vida es muy significativa”.
Aquí podéis ver el programa del VI Matí Alergia Bellvitge
La urticaria
Se define como una enfermedad de la piel caracterizada por la aparición de habazos y prurito. Estas habas duran menos de 24 horas y desaparecen sin dejar ninguna lesión residual. Si el episodio dura menos de 6 semanas hablamos de urticaria aguda, mientras que si dura más de 6 semanas se tratará de una urticaria crónica. Aproximadamente 1 de cada 5 personas sufrirá un episodio de urticaria aguda a lo largo de su vida, mientras que la urticaria crónica tiene una prevalencia estimada de aproximadamente el 1% de la población, siendo más frecuente en las mujeres. Algunas urticarias agudas pueden tener un origen alérgico; en cambio, las urticarias crónicas no tienen causa alérgica y pueden producirse por un desencadenante de tipo físico sobre la piel (urticarias inducibles) o ser de causa desconocida (urticaria crónica espontánea). La urticaria crónica tiene una importante afectación en la calidad de vida del paciente. El tratamiento de la urticaria consiste en evitar la causa, si se conoce, y tomar antihistamínicos, si es necesario en altas dosis. Hasta hace unos años no se disponía de más opciones de tratamiento para la urticaria crónica espontánea, pero actualmente existe posibilidad de tratar con un fármaco biológico a aquellos pacientes que no responden adecuadamente, consiguiendo el control de la enfermedad hasta en un 70-80% de los pacientes, según sus estudios.
El angioedema
Se trata de una hinchazón localizada que suele afectar a zonas más laxas de la piel como los labios, los párpados, las orejas, la cara, etc. Cuando es muy intensa, produce una importante deformación de la zona afectada. Habitualmente se resuelve en 48-72h y suele ir asociada a la urticaria. En algunos casos puede afectar a la pared de la tripa, la lengua, la boca o la vía respiratoria superior. Cuando aparece de forma aislada es necesario descartar algunas enfermedades hereditarias (angioedema hereditario) o sospechar que tengan un origen medicamentoso (en especial algunos medicamentos para la hipertensión).
La dermatitis
Se trata de un término amplio que se usa para aquellos procesos inflamatorios de la piel que se manifiestan como un eczema. Las dermatitis que pueden tener un origen alérgico son la dermatitis atópica y la dermatitis de contacto. La dermatitis atópica suele empezar en la infancia y se caracteriza porque se acompaña de prurito intenso ya menudo rebelde al tratamiento habitual. Evoluciona en forma de brotes que afectan a diferentes partes del cuerpo según la edad con tendencia a la sequedad cutánea. La dermatitis de contacto se produce por una reacción alérgica a una sustancia que contacta con la piel y el tratamiento consiste en evitar su exposición. La dermatitis atópica afecta gravemente a la calidad de vida de quien la sufre. Hasta hace poco se disponía de pocas herramientas de tratamiento: cuidado de la piel con emolientes e hidratantes, cremas de cortisona y otros fármacos durante los brotes y antihistamínicos. En casos graves se podían prescribir inmunosupresores por vía oral. Sin embargo, en estos últimos años se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad y esto ha permitido disponer de nuevas opciones terapéuticas con muy buena respuesta, como los nuevos fármacos biológicos que ya se están administrando.