Un estudio coordinado desde el Centro de Investigación Biomédica en RED (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y en el que han participado el Hospital de Bellvitge y el IDIBELL confirma que adoptar una dieta mediterránea hipocalórica, junto con un aumento de la actividad física, contribuye a reducir la aparición de nuevos casos de día. La investigación se publica en la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que deteriora la salud y la calidad de vida y ha experimentado un notable incremento en los últimos años, en paralelo a la epidemia de la obesidad. Por eso, es esencial impulsar estrategias accesibles y sostenibles enfocadas a la prevención.
Tal y como destaca el Dr. Antoni Riera, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Bellvitge, investigador del IDIBELL y uno de los firmantes de la investigación, "es la primera vez que se demuestra que en pacientes adultos con sobrepeso, la suma de la dieta mediterránea y el ejercicio reduce el riesgo de aparición de diabetes comparado con una dieta mediterránea estándar en un ensayo clínico".
Esto lo confirman los primeros resultados del estudio PREDIMED-Plus, un ensayo clínico multicéntrico español financiado con más de 15 millones de euros, mediante diferentes convocatorias, pero con aportación mayoritaria del ISCIII y el Consorci CIBER, que ha seguido durante seis años a miles de personas en todo el Estado.
El estudio PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea), que lleva más de dos décadas activo, ya había demostrado que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30% en comparación con una dieta baja en grasas. Sin embargo, esta reducción se observó con una disminución apenas perceptible del peso corporal.
A partir de este conocimiento, el estudio PREDIMED-Plus planteó una intervención sobre el estilo de vida más intensiva, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales frente a otro tipo de estrategias menos intensivas. Esta estrategia se basa en la pérdida de peso mediante una dieta mediterránea ligeramente hipocalórica –rica en fibra y de bajo índice glucémico– combinada con la promoción de la actividad física y el soporte conductual.
El estudio ahora publicado incluyó a 4.746 participantes de entre 55 y 75 años con exceso de peso u obesidad y síndrome metabólico y que no sufrían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio. Los participantes fueron randomizados en uno de los dos programas siguientes: un enfocado a seguir la Dieta Mediterránea (sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta), y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una Dieta Mediterránea reducida en calorías (con una reducción planificada de 600).
Después de 6 años de seguimiento, se ha observado que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva (dieta mediterránea y actividad física) mostraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, aumentaron su actividad física, perdieron más peso, y necesitaron menos medicamentos para el control de su glucoso durante el seguimiento.
Además, el riesgo absoluto de desarrollar diabetes fue del 12% (349 casos) en aquellos participantes que siguieron sólo la dieta mediterránea, frente al 9,5% (280 casos) de los asignados a la intervención intensiva. Esta última estrategia redujo en un 31% los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.
El equipo de investigación concluye que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea “actúan de forma sinérgica a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2 tales como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo. Estos efectos se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, puede convertirse en una estrategia ideal a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas”.
El estudio PREDIMED-Plus, uno de los más importantes ensayos sobre nutrición y salud realizados en Europa, es un ensayo aleatorizado de prevención cardiovascular basado en cambios en el estilo de vida. En 2023, la revista Nature Medicine lo destacó entre los 11 estudios que cambiarán la medicina en los próximos años, por su alcance y relevancia científica. Este estudio ha contado con la participación de personal investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) -perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)- procedentes de tres áreas: Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y Enfermedades Metab.
Además, han colaborado numerosos grupos de investigación de diferentes centros e instituciones como el Hospital de Bellvitge y el IDIBELL.
Referencia del artículo:
Ruiz-Canela M, Corella D, Martínez-González MÁ, et al. Comparison of an energy-reduced Mediterranean diet and physical activity versus an ad libitum Mediterranean diet in the prevention of type 2 diabetes. A secondary analysis of a randomized controlled trial. Ann Intern Med. 26 August 2025. [Epub ahead of print]. doi:10.7326/ANNALS-25-00388