El Hospital de Bellvitge, primer centro público catalán en utilizar una nueva técnica menos invasiva para la hiperplasia benigna de próstata

- Investigación
La terapia térmica de vapor de agua no requiere anestesia general, lo que evita el ingreso hospitalario. Se trata de una patología que afecta a alrededor de un 50% de los hombres a partir de los 50 años

Un total de 7 pacientes han sido los primeros en ser intervenidos con éxito por el Servicio de Urología con la terapia térmica de vapor de agua para aliviar los síntomas asociados a la hiperplasia benigna de próstata (HBP) el pasado mes de diciembre. De esta forma, el Hospital Universitario de Bellvitge se convierte en el primer centro público de Cataluña en utilizar este procedimiento.

La hiperplasia benigna de próstata es una enfermedad muy prevalente que afecta a alrededor de la mitad de los hombres a partir de los 50 años, y que se caracteriza por el agrandamiento excesivo de la glándula prostática, que entre otras complicaciones, puede llegar a comprimir la uretra y bloquear el flujo de la orina.

La terapia consiste en inyectar vapor de agua en la próstata a través de la uretra, lo que causa la muerte celular del tejido, que luego absorbe el propio cuerpo, previniendo así las complicaciones provocadas por el crecimiento anormal de la glándula prostática. El sistema por condensación de vapor ocasiona un rápido colapso vascular en la zona del tratamiento, lo que posibilita una intervención sin pérdida de sangre.

"Se trata de una técnica mínimamente invasiva con un tiempo de aplicación mucho más corto que otras técnicas utilizadas hasta ahora y que es útil para pacientes con próstatas de unos características concretas o situaciones clínicas en que se deba evitar la anestesia general. Permite, además, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes, evitando los efectos secundarios producidos por otras terapias", explica el Dr. Francesc Vigués, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Bellvitge. El equipo de Urología que realizó las intervenciones con la nueva técnica lo completan la Dra. Cristina Ferreiro y los Dres. Xavier Bonet y Narcís Camps.

La reducción del tiempo de tratamiento permite, además, un uso más eficiente de los quirófanos, al poder tratar más pacientes por jornada quirúrgica que con el resto de técnicas.

Por otra parte, al tratarse de una intervención ambulatoria mediante sedación endovenosa, los pacientes pueden abandonar el hospital pocas horas después de la intervención, con una sonda que será retirada entre tres a cinco días más tarde. De este modo, se pueden reducir los síntomas sin necesidad de recurrir a implantes permanentes o la prescripción de medicamentos.

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