“Además del acompañamiento emocional, intentamos dar seguridad al paciente ostomizado en su adaptación a la nueva realidad”

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Con motivo del Día del Paciente Ostomizado, que en 2024 se celebra el 5 de octubre, hablamos con Cristina Quiñones y Paula García, enfermeras estomaterapeutas del Hospital de Bellvitge, sobre su labor en la atención al paciente ostomizado. Esta especialización en enfermería es esencial para el seguimiento de estos pacientes, que cuentan con una enfermera de referencia asignada en los hospitales. En España, actualmente hay 200.000 personas ostomizadas, y esta cifra crece cada año con 16.000 nuevos casos. Las enfermeras estomaterapeutas juegan un papel clave no solo en la calidad de vida de los pacientes, sino también en la reducción de los costes sanitarios, con un ahorro del 68% gracias a su intervención y educación sanitaria, según un estudio reciente.

• ¿Qué es exactamente una ostomía?

En términos generales, una ostomía es una intervención quirúrgica en la que se deriva una parte del sistema digestivo o urinario hacia el exterior del cuerpo, generalmente tras extirpar parte del colon, recto o vejiga. Así, el contenido intestinal o urinario se evacua a través de un estoma, que es la porción visible del intestino o del uréter, de color rosado. Si el estoma es digestivo, hablamos de colostomía o ileostomía; si es urinario, de urostomía.

• ¿Qué tipo de ostomías tratáis vosotras?

Nosotras nos dedicamos a las ostomías de eliminación. Dentro de este grupo, las más comunes son las colostomías y las ileostomías, aunque cada vez vemos más urostomías. La diferencia entre una colostomía y una ileostomía es que la primera produce heces más consistentes, mientras que la segunda es más líquida. Estos pacientes deben llevar bolsas específicas según el tipo de ostomía, con bolsas abiertas para ileostomías y cerradas para colostomías.

• ¿Cómo es el seguimiento que hacéis a los pacientes ostomizados?

Como estomaterapeutas, hacemos el seguimiento de los pacientes ostomizados durante un periodo de tiempo o, en algunos casos, durante toda su vida. Los pacientes que no presentan problemas graves acuden a controles periódicos cada tres o seis meses. También realizamos el control post-alta para los pacientes recién operados. Además, realizamos preoperatorios con personas que aún no han sido operadas y que a menudo llegan con mucho miedo y dudas. Estas visitas son esenciales, ya que explicamos en detalle qué es una ostomía y cómo deben cuidarse.

• Y durante el ingreso hospitalario, ¿qué papel jugáis?

Durante el ingreso hospitalario, acompañamos a los pacientes que han sido operados recientemente con una ostomía. Hacemos una valoración inicial y comenzamos la educación sanitaria para que puedan ser autónomos al volver a casa. Nuestra función va más allá del tratamiento físico: también ofrecemos acompañamiento emocional, ya que los pacientes llegan con mucha ansiedad e inseguridades.

• ¿Cómo se realiza el cuidado de una ostomía?

En casa, recomendamos a los pacientes realizar la higiene del estoma y el cambio de bolsa a diario, y en el caso de dispositivos de dos piezas, cambiar la placa cada tres días. Es importante limpiar la zona con agua y jabón, secar bien la piel y cambiar la bolsa según las necesidades. Hay diferentes tipos de bolsas: las de dos piezas, que permiten cambiar la bolsa sin tocar la placa adhesiva que protege la piel, y las de una pieza, que se cambian completamente cada día. El tipo de bolsa se adapta a las preferencias y necesidades de cada paciente.

• Mencionasteis que también ofrecéis apoyo emocional. ¿Cómo se gestiona eso?

Sí, es muy común que los pacientes lleguen con mucho miedo. Además del acompañamiento emocional, intentamos darles seguridad en su adaptación a la nueva realidad. Especialmente durante las primeras visitas, cuando el paciente aún no se ha acostumbrado a la idea de la ostomía. Con el tiempo, la mayoría logra normalizar su situación y recuperar su vida cotidiana.

• ¿Cómo afecta una ostomía a la calidad de vida?

La ostomía es un cambio importante, pero muchos pacientes acaban mejorando su calidad de vida, ya que se resuelven los problemas graves que tenían antes, como la incontinencia o el dolor. Por ejemplo, pacientes con enfermedades como el cáncer de vejiga, que anteriormente no podían dormir bien o tenían que hacerse sondajes constantes, pueden recuperar una rutina mucho más normal. Aunque al principio el impacto psicológico y visual es grande, con el tiempo muchos pacientes se sienten aliviados y agradecidos.

• ¿Qué papel juega la familia en este proceso?

La familia es clave en este proceso de adaptación. El apoyo de la pareja, hijos o familiares es muy importante para ayudar al paciente a superar los momentos más difíciles. Aun así, hay personas que no tienen este apoyo y dependen más de nuestra ayuda. Cada paciente necesita su tiempo para adaptarse, pero con el apoyo adecuado, la mayoría consigue hacer una vida normal.

• ¿Cuáles son las principales inquietudes de los pacientes ostomizados?

Una de las principales preocupaciones es la posibilidad de fugas o incidentes, especialmente cuando están en público. También les preocupa que se note el olor o que la ostomía afecte su imagen corporal. Nosotras intentamos ayudarles a minimizar estos riesgos y a elegir dispositivos que se adapten a su rutina.

• ¿Qué mensaje daríais a las personas que se enfrentan a una intervención de ostomía?

Lo más importante es transmitir que la vida continúa. Aunque hay momentos difíciles y complicaciones, se pueden superar. La ostomía no debe ser una barrera para llevar una vida normal. Con apoyo, autonomía y los dispositivos adecuados, se puede hacer todo lo que se hacía antes, desde viajar hasta disfrutar de la playa.

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