Un día cualquiera de la vida estás bien o en el fondo crees que lo estás. De repente, en cuestión de minutos, todo se gira y te ves bajo un pozo muy profundo, donde ves más cerca la caída que la salida hacia la luz exterior.
Todo es duro, cada caso, cada situación personal, en mi caso noventa y seis días ingresada, tres intervenciones, dos hijos maravillosos, Anais y Dídac, y un marido que tiene el cielo ganado por aguantar lo insoportable, un hombre especial que me ha dado todo a cambio de nada, le debo la vida, a él y a Rafael.
También me ha afectado a lo largo de los días la soledad y la distancia, estoy a 200 km de mi población. Pero bueno, con su ayuda y con los grandes profesionales de la planta, su buen trato, su compañía, su comprensión, y su estima, en los buenos y malos momentos.
Ver que se emocionan con alegría y sentimiento de lo que tú les cuentas, porque en una larga estancia ingresada en el hospital, ellos llegan a formar parte de tu vida, de la situación, al menos yo los considero parte de mí; han sido unos grandes referentes, aunque en esta situación, sin embargo, me llevo la parte positiva. Creo que me llevo grandes compañeros y también muy buenos amigos.
Piensas que esto no te puede pasar nunca a tí, y que en cuestion de minutos la vida te cambia o para bien o para mal, pero le tenemos que sacar lo mejor a la experiencia vivida, le tenemos que sacar la parte positiva a este "Giro Inesperado".
Deseo que vosotros también saquéis, aunque sea, de todo el escrito un punto positivo, a todos nos refuerza, nos anima y nos ayuda.
Muchas gracias a todos. ¡Juntos somos imparables!
Imagen: salva_baixlaigua