“Aprovechar el momento para sacar todo lo que se acumula en nuestro interior cuando sufrimos es motivo más que suficiente para coger papel y lápiz y desahogarnos”
- ¿Qué pensaste cuando tuviste el primer contacto con el proyecto RELAT-Hos?
Carol Simón.- Lo primero que pensé cuando mi hija me ofreció la oportunidad de escribir es que era una bendición. Ella estaba en la cama del hospital con un neumotórax y yo sufriendo a su lado, escribir un relato fue una oportunidad para desviar mis pensamientos a otra parte. Mi hija había encontrado en el pasillo la propaganda de RELAT-Hos cuando la llevaron a hacerse una radiografía y no dudó ni un momento en darme trabajo.
- ¿Tuviste claro desde el principio que querías participar?
C.S.- En realidad, soy un poco tímida; fue mi hija la que pidió papel y lápiz en el mostrador para que yo escribiera lo que quisiera. He de decir que me encanta escribir; actualmente tengo publicados 4 libros (3 con autoedición y el cuarto en la editorial Angels Fortune) y según me lo dijo tuve muy claro que participaría en la escritura de un relato, que es mi especialidad. Ese día escribí el relato Una noche toledana, un sueño que me llevaría a infundirme ánimos para superar aquel mal trago de mi hija y para desear que todos los demás pacientes se recuperasen.
- ¿Qué sensaciones tuviste al ver tu relato escrito en el libro?
C.S.- La verdad es que fue emocionante por partida doble, creo que fui la única a la que le publicaron dos relatos, primero como acompañante de mi hija que estaba ingresada y después como paciente. Estando en la cama y doliéndome todo entró alguien en la habitación con la bata blanca, preguntando por Carol Simón, mi cerebro que es más rápido que yo, protestó, ¡otra vez las malditas pruebas! ¿cuándo me dejarán en paz? Para mi sorpresa era Antonia Castro para traerme una carpeta, papel y lápiz para escribir un relato como paciente, en ese momento me abracé a ella y se me quitaron los dolores de golpe de la emoción; la pena fue que después volvieron, los muy ladinos, esperaron a que ella se fuera. En esa ocasión escribí el relato Yo, mi, me, con…vosotros, quería demostrar que pese a la independencia individual que hemos ganado de forma personal, que intentamos demostrar que no necesitamos la ayuda de nadie más, nos equivocamos, siempre necesitamos una mano amiga que nos ayudé a superar nuestros miedos en esos tiempos en que luchamos por nuestra vida con todas nuestras fuerzas.
¿Crees que la escritura es una herramienta terapéutica importante?
C.S.- No lo creo, estoy más que segura. Es una terapia que se debería recomendar en todos los hospitales; está claro que no a todo el mundo le gusta escribir, pero aprovechar el momento para sacar todo lo que se acumula dentro de nuestro interior cuando sufrimos es motivo más que suficiente para coger papel y lápiz y desahogarnos.
¿Recuerdas cómo llegas a escribir tu relato?
C.S.- Eso si lo recuerdo, pues es lo que suelo hacer en la mayoría de los casos. Lo escribo todo de un tirón, no es que yo sea mejor que los demás, es que tengo una imaginación desbordante, cuando empiezo con algo soy incapaz de dejarlo y hasta llego a enfadarme si me importunan, o si alguien quiere darme su opinión sobre lo que he de escribir y lo que no, para eso soy independiente total.
¿Escribes habitualmente? ¿Eso te lo puso más fácil para hacer tu relato?
C.S.- Son 29 años los que llevo luchando cada día con las secuelas del cáncer de colon, intento estar bien, aunque pocas veces lo consigo. Escribir es mi válvula de escape desde que empecé con la enfermedad; me ayuda el hecho de escribir casi a diario, siempre tengo algún pensamiento que plasmar en el ordenador y evadirme de la realidad. Ya son más de ciento veintitantos los relatos que llevo escritos, cuatro libros publicados con una gran aceptación por parte de las personas que los han leído, comentarios como que tengo una imaginación desbordante, que mis cuentos están llenos de fantasía y muchos elogios más. Ese es mi mayor orgullo y mi ánimo para seguir escribiendo.
Escribía antes y sigo escribiendo ahora; colaboro con cualquiera que me lo pida. De hecho, escribí un pequeño relato al aparecer la pandemia que me pidió Antonia, se titulaba Una mosca en Bellvitge, un relato muy corto a la vez que divertido. Otra colaboración ha sido con la asociación Fundación 38 grados, que tienen como proyecto cumplir deseos de personas que están al final de la vida. Han publicado el libro No te rindas para recaudar dinero y yo colaboro con el relato Maravillosos recuerdos.
Por último ¿nos puedes recomendar un libro?
C.S.- Poniendo por delante el libro Desde mi habitación, que espero que siga apareciendo al menos una vez año, porque serán libros escritos con el corazón y los sentimientos sin pensar si gustarán a unos u a otros, que dejaran correr ríos de emociones y sentimientos encontrados de una lucha por la supervivencia.
Yo personalmente recomendaría mi cuarto libro Los cuentos de la Maragata 4 -ASTORGA- es un compendio de nueve relatos o cuentos, donde lo más importante es el valor de las personas: el cariño que un padre puede demostrar por sus hijos; un cuento de dos hermanas separadas por la avaricia de un familiar malvado a las que vuelven a unir sus zapatitos rojos de charol; la terminación de una película adaptada a mi manera; y el peregrinar de unas hormigas hasta que aprenden a pelear por su lugar en la tierra; entre otros. Son nueve relatos a cada cual más interesante, tan solo deseo y espero que su lectura sea para pasar una tarde agradable y emocionante a la vez.
En la web de la autora www.cuentosmaragata.es podéis encontrar algunos de los relatos de Carol Simón e información sobre todos sus libros.