Artrosis de rodilla: información para comprender el dolor y poder gestionarlo

El cartílago es un tejido elástico que recubre los extremos de los huesos en las articulaciones, permitiendo un movimiento suave y reduciendo la fricción. La artrosis se produce cuando este cartílago se desgasta, causando molestias, problemas de movimiento e incluso deformidad articular.

El cartílago es un tejido elástico que recubre los extremos de los huesos en las articulaciones, permitiendo un movimiento suave y reduciendo la fricción. La artrosis se produce cuando este cartílago se desgasta, causando molestias, problemas de movimiento e incluso deformidad articular.

Es la enfermedad reumática más frecuente, afectando a más de 200 millones de personas en el mundo. Su curso es crónico y puede ser provocada por varios factores como el envejecimiento, la obesidad, la sobrecarga, traumatismos o el uso excesivo. Las personas con antecedentes familiares de artrosis tienen más probabilidades de desarrollar esta enfermedad, aunque no sea una enfermedad hereditaria.

La gonartrosis es la artrosis que se localiza en la rodilla, siendo una de las localizaciones más frecuentes, con una prevalencia en nuestro país del 10,2% (14% en mujeres y 5,7% en hombres). Puede afectar a diversos aspectos físicos y psicológicos, como el dolor, crujidos, la disminución de la movilidad, inflamación e inestabilidad articular, atrofia muscular, la depresión o la ansiedad. El dolor suele aumentar con la movilidad (subir y bajar escaleras) y también después de un período de reposo.

En primer lugar, se optan por tratamientos conservadores dirigidos a mejorar el dolor y la funcionalidad:

  • El tratamiento farmacológico, siempre bajo prescripción médica, puede ser útil en casos de dolor agudo o inflamación (antiinflamatorios) y crónico (analgésicos).
  • Puede ser de utilidad la aplicación de frío en momentos de inflamación y calor cuando el dolor es crónico, durante 10 minutos 3 veces al día.
  • Evitar movimientos bruscos o repetitivos en momentos de dolor, subir o bajar escaleras y ejercicio de impacto.
  • Tratamientos rehabilitadores para mejorar el tono muscular y ejercicios regulares.
  • Infiltraciones intraarticulares, en casos determinados.
  • Cirugía de repuesto articular (prótesis de rodilla), cuando el tratamiento previo ya no es efectivo y la artrosis está en fase avanzada.

El ejercicio físico se recomienda como tratamiento de primera línea para los pacientes con artrosis de rodilla. Pese a la creencia de que el ejercicio puede aumentar el dolor o dañar el cartílago ya deteriorado por la artrosis, estudios muestran que el ejercicio es uno de los tratamientos más seguros con mínimos efectos adversos. Además, su efecto sobre el dolor y la función física supera al de los antiinflamatorios. El ejercicio, aplicado correctamente, no deteriora el cartílago ni aumenta la inflamación, pudiendo tener incluso un efecto protector. Asimismo mejora la función física, la calidad de vida y el bienestar emocional, incluso en pacientes con otras enfermedades concomitantes.

Muchos pacientes con artrosis pueden ser menos activos debido al dolor, pero es importante comprender que esta falta de actividad puede conducir a una mayor debilidad y disminución de la salud general.

Las recomendaciones generales para pacientes con artrosis incluyen al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico, ejercicios de fortalecimiento al menos 2 días a la semana y ejercicios de equilibrio para personas mayores de 65 años con riesgo de caídas.

  • Aeróbicos o cardiovasculares: distribuidos uniformemente, con al menos 30 minutos diarios. Caminar es ideal para artrosis leve; actividades como la bicicleta estática o la natación son alternativas en casos más sintomáticos.
  • Fortalecimiento o tonificación muscular: indicado tanto en artrosis leve como en fases avanzadas. Se centra principalmente en el cuádriceps e isquiotibiales, añadiendo ejercicios para cadera y pantorrillas.

Se recomienda acudir al médico en casos de que los tratamientos convencionales no mejoren el dolor a lo largo de las semanas, presente inflamación persistente, pérdida acusada de movilidad o fiebre.

Servicio de Reumatología.

Imatge: Sociedad Española de Reumatología.

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