"Incluso en una visita de obras, si quieres transmitir una solución a la persona que está construyendo, el dibujo es la manera más efectiva"
Silvia San Miguel se encontró ante un dilema a la hora de elegir estudios universitarios: Arquitectura o Bellas Artes. Se decantó por la primera opción. Es arquitecta de la Dirección de Infraestructuras y Servicios Generales del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) desde el año 2022, aunque empezó a colaborar con el hospital en 2019. Nunca ha dejado de dibujar, pintar y fotografiar. En el HUB ya hemos tenido la suerte de disfrutar de su vertiente más artística en exposiciones (Construimos salud, construimos Bellvitge, sobre las obras en marcha en el hospital, y la de Buenas Prácticas) y en el cuento colaborativo de 2023.
- ¿Cómo se ha ido construyendo tu pasión por la ilustración?
Siempre, siempre me ha gustado mucho dibujar, ya de pequeña pasaba muchos ratos dibujando en el suelo. Luego, Al crecer y empezar a pensar qué quería ser, de qué quería trabajar, tenía la duda de si volcarme directamente hacia Bellas Artes, que me gustaba muchísimo, o Arquitectura, una carrera técnica, pero con un componente artístico muy importante. Como también soy muy técnica, al final ganó Arquitectura, y creo que acerté, porque es una mezcla muy equilibrada entre aspectos técnicos y artísticos que me gusta mucho.
- ¿Antes de encontrarte frente a este dilema habías estudiado dibujo?
Fue curioso, porque la 1a vez que tomé clases de dibujo fue con 18 años en la universidad, nunca antes lo había hecho y para mí supuso un cambio muy importante a nivel de destreza. Se presupone a los arquitectos la capacidad de expresar sus ideas o planteamientos con un dibujo pero no todos tienen la misma habilidad. Sin embargo, se trata de un aspecto muy importante y que se trabaja mucho, sobre todo en 1º y 2º de carrera, que podríamos decir que son los cursos más artísticos, y la exigencia a nivel de dibujo es altísima, tanto
- ¿Por qué fue un momento tan especial para ti?
Fue como una explosión, un momento de descubrir herramientas, tus capacidades, de sentarte en medio del campus y ponerse a dibujar con el vértigo de la hoja enorme en blanco... Fue un período que disfruté muchísimo y desde entonces siempre he estado dibujando, también en el trabajo, porque incluso en una visita de obras, si quieres transmitir una solución a la persona que está construyendo, el dibujo es la forma más efectiva.
- ¿Y cómo empiezas a hacer cosas, digamos, más artísticas?
En primer lugar porque me gusta mucho y esto hace que siempre esté predispuesta a escuchar cualquier propuesta al respecto. Una de los momentos que fue un punto de inflexión, y que empezó hace 25 años, es que cada Navidad preparo una ilustración para felicitar las fiestas a mi familia, amigos, compañeros de trabajo. Creo que esta tradición es resultado de la inquietud que he tenido siempre por hacer cosas aparte del trabajo, de explorar otros caminos. Después tuve un contacto muy importante con el mundo de los blogs, mantuve abierto unos años uno de ilustración y fotografía llamado Miss Blank, que al final tuve que cerrar porque no podía atenderle como quería. Sin embargo, fue una herramienta muy importante de expresión de dibujo y de fotografía, otro tema que también me gusta muchísimo. Aquel blog me abrió muchas puertas y conocí a mucha gente del mundo creativo. Así empezaron una serie de pequeñas colaboraciones, encargos: la imagen gráfica de un blog, las invitaciones para un evento, para una boda. De esa forma, poco a poco me encontré con un volumen de encargos considerable.
- Y del papel saltas hacia el mundo de los tejidos y la moda...
Hace cinco años conocí a la fundadora de la marca de ropa Little Creative Factory, una marca catalana arraigada en Nueva York. Me atrajo especialmente su creatividad y la forma de crear colecciones de ropa con historias increíbles detrás. El hilo conductor era clave y muy inspirador, e ilustrarlo, un reto para mí. Me abrió un nuevo abanico de posibilidades, haciendo estampados para diferentes colecciones, ilustrando un libro para una de estas colecciones y haciendo otras ilustraciones para campañas y desfiles como el 080 en Barcelona.
- Y no fue la única experiencia en este mundo...
Hace 10 años, coincidiendo con el blog y en un momento en que detuve mi trabajo como arquitecto, inicié otro proyecto, también relacionado con la ilustración: una marca de ropa de hogar infantil -sábanas, almohadas, il ilustraciones para las pared-. Se llamaba Macaroom Kids, y se materializó, tuvimos nuestra tienda online. Disfruté mucho con toda la parte de ilustración, pero fue algo más difícil meternos dentro del mundo textil, que no era el nuestro. El proyecto actualmente está extinguido, aunque todavía creo que está activa la web, porque mi socia quiso mantener la tienda. Cuando mi trabajo en el HUB cogió más peso decidí focalizarme en la arquitectura sanitaria; fue un momento de mucha exigencia profesional por lo que decidí desvincularme de la marca que habíamos creado. Fue difícil... Hago muchas cosas sin un patrón de actuación muy definido o estructurado. Hago proyectos o colaboraciones que me resultan inspiradoras, desde una posición cómoda y sin presión, sólo por puro placer.
- No has dejado de pensar, sin embargo, en nuevos proyectos...
Hace tiempo que tengo en mente un proyecto, y explicarlo puede ser una buena forma de forzarme a ponerlo en marcha. Aunque todavía no puedo invertir el tiempo que necesita para materializarlo, si que está cogiendo forma en mi cabeza y en mis notas y croquis. Quiero crear ilustraciones inspiradas en la anatomía y la biomedicina que puedan apoyar el trabajo de nuestros profesionales. Una de las técnicas con las que dibujo más a gusto es con bolígrafo negro. La acuarela me gusta mucho, pero el dibujo realista me encanta, y la combinación de esta técnica, mucho más impredecible, con el realismo y precisión del dibujo en tinta es una suma muy enriquecedora. Esto implica hacer un proyecto, trabajar propuestas, pensar en la imagen, dónde alojarlo en la web... Si puedo ligar este proyecto con el hospital será como un estímulo extra para mí, y supondría también aportar algo más a la trabajo de una manera diferente. En definitiva sería vincular mis dos mundos, y enriquecer todo lo que ocurre en nuestro hospital.