- ¿Qué pensaste cuando tuviste el primer contacto con el proyecto RELAT-Hos? ¿Cómo lo conociste?
Si no recuerdo mal, tuve dos infartos en un mismo día. Entonces estaba ingresado en Cardiología después de que me hicieran un bypass y Antonia pasó por la habitación y me dijo si quería escribir sobre mi experiencia aquellos días. Y así fue.
- ¿Tuviste claro desde el principio que querrías participar?
No me costó nada decidirme. Estaba aburrido en la habitación y contarlo no me costaba nada, incluso me pareció una buena idea.
- ¿Recuerdas cómo llegas a escribir tu relato (de un tirón, poco a poco en diferentes días…)?
Sí, me dieron las hojas y allí escribí; y ya está. Aquellos días estaba bastante eufórico porque en la sala de operaciones, cuando me hicieron el bypass, no me durmieron y ver el corazón latir me dio una perspectiva diferente de lo que era. Nosotros vemos la parte exterior, pero llega un momento en que te das cuenta de que la vida la tienes dentro, y a mí el latido del corazón me llamó mucho la atención. Es como si me hubiera dado cuenta en ese momento que vivía, que estaba vivo por dentro. ¡Ves y sientes el corazón como late, ves cómo se meten por la arteria y hacen el bypass para superar el atasco y te das cuenta de que estás vivo por dentro!
- ¿Habías escrito antes?
No.
- ¿Y qué sensaciones tuviste al ver tu relato escrito en el libro?
Me pareció una experiencia muy bonita, y ver que tu relato publicado está muy bien, pero también ver a todos los demás que están en el libro. Coincidió, además, con un cambio en mi vida, a partir de encontrarme en el hospital en una situación límite, que me sirvió después para afrontar muchos problemas, como un cáncer y una cirrosis en el hígado. No sé qué fue, pero en ese momento hice un cambio muy profundo, porque la última solución que tenía era un trasplante. Entonces me tomé la vida de forma más seria y mira, hace cuatro años que me trasplantaron un hígado. Y también estoy operado de medio pulmón que me extirparon. También me parece importante no tanto que se vea publicado como que esto pueda resultar útil para otras personas, aunque las teclas que se tocan en un cambio de vida son muy variables.
- ¿Crees que la escritura es una herramienta terapéutica importante?
Sí, porque estas cosas normalmente no las explicas, sino es a personas que estén pasando por lo mismo. Sino, no puedes contárselo a nadie. El otro día mi nieto me preguntó si no tenía miedo cuando tenía que operarme, no sé de dónde sacó esa pregunta. Le dije que no, y es verdad, nunca he tenido miedo. Estoy buscando un programa de Salvados que hicieron hace poco en que se veía la cantidad de gente implicada en un trasplante de hígado, hasta 70 personas creo que decían. A ver si encuentro el momento adecuado para ponerle el programa, pero hablarlo, no lo hablo con nadie. Imagino que entrar en un quirófano puede hacerte entrar en pánico, sobre todo si tienes la vida estructurada y estás bien. En mi caso, mi vida era tan desastre que quizás era un inconsciente y no me daba cuenta de la situación en que estaba, por eso no tenía ese miedo. A partir de ese momento sí que fui consciente de que era hora de empezar a arreglar las cosas. Esa fue mi situación, pero me imagino que otra persona puede vivirlo de otra manera. Escribí porque era lo que en ese momento sentía y poco más. Hay gente que sí puede contar las cosas y se queda más tranquila. Yo no tenía pánico, no tenía angustia, no tenía miedo a morirme. Sé que es un cáncer de pulmón, que por ahora lo hemos cortado y soy positivo. Cuando acepté que podría morirme por el cáncer me liberé.
- Para terminar, ¿puedes recomendarnos un libro?
Uno que recuerdo en estos momentos es la Trilogía del Bounty, que explica las circunstancias del motín en este barco desde tres puntos de vista distintos: dos testimonios desde los amotinados y uno por parte de la tripulación. Te das cuenta de que la explicación de unos mismos hechos depende del punto de vista con que veas las cosas.