- ¿Cómo fue tu primer contacto con RELAT-Hos? ¿Cómo conoces el proyecto?
Pues yo estaba ingresada en el Hospital de Bellvitge, hacia el 2018, y llevaba algunos días en una situación algo difícil después de una intervención quirúrgica y nadie podía colocarme la vía. Creo que era de noche cuando Antonia vino a verme. Yo ya la conocía, pero no sabía que estaba detrás del proyecto, que hasta entonces no conocía. Yo estaba en un momento duro y fue ella quien pudo ponerme la vía. Me explicó que cuando tuvieras ganas, si me gustaba escribir y me apetecía podía participar en RELAT-Hos, que quizás me ayudaría. Y todo empezó así.
- ¿Y a partir de ahí tuviste claro que participarías?
Aquella noche Antonia se marchó y mientras mi cuñada se despedía de ella recuerdo que empecé a pensar que sí quería escribir. Sin embargo tenía muchas dudas sobre si lo que podía contar era lo suficientemente importante como para dejarlo escrito, pero la verdad es que siempre me había gustado escribir y entonces ya empezó a funcionar ese engranaje de cómo empezaría aquella historia y por dónde iría.
- ¿Y entonces lo escribiste mientras estabas ingresada?
Escribí ingresada, pero no lo entregué en ese momento. Quizás un mes después le pregunté a Antonia si todavía estábamos a tiempo, y me dijo que por supuesto que aun todavía podía entregarlo. Después, mi enfermedad me ha llevado varias veces más a Bellvitge y ha hecho que también escribiera en los volúmenes 3º y 4º. Y si hay un 5º volumen seguramente también y seré, porque desgraciadamente he estado más veces ingresada y he seguido escribiendo.
- Esto te convierte en una veterana del proyecto RELAT-Hos...
El primer relato se llamó Oportunidades porque lo tuve clarísimo, fue marcharse Antonia y el concepto 'oportunidad' se me instaló en la cabeza. Más adelante, siempre que he tenido que ingresar en Urgencias, he pensado en aquella semilla como la oportunidad y recuerdo que para mí es otra herramienta más. Están las herramientas terapéuticas, del personal que se acerca a ti, farmacológicas y de experiencia, pero escribir es otra, y a mí me alivia.
- Después has participado en otras dos ediciones de la recopilación de RELATO-Hos...
Si, tengo el privilegio, y quizás también la cruz, de haber publicado en tres de los otros libros del proyecto, porque mi enfermedad es una enfermedad crónica, hay ingresos, hay intervenciones quirúrgicas, y bueno, ha ido así.
- ¿Qué sentiste al ver tu relato publicado?
Era la primera vez y fué como algo mágico, porque lo que había escrito realmente cobraba entidad. Es algo tuyo que se materializa, que tiene cuerpo y que queda con una permanencia. Hoy en día todo sucede rápido y es efímero. Estamos sobreinformados y sobreestimulados, y el libro todavía guarda esa cosa: tú te acercas si quieres, él no viene a ti, sino que tú eliges el momento en que la abres. He hecho las lecturas de los cuatro libros de RELAT-Hos, de todas las historias de mis compañeros, de forma aleatoria. A veces me he encontrado con el mío, a veces me he encontrado con otro, a veces me ha pasado que he abierto muchas veces lo mismo y me hacía sentir mal porque entonces no estaba leyendo el de otro, y he ido al anterior o al que venái después... Al final tú estás eligiendo.
- ¿Crees que la escritura tiene una capacidad terapéutica?
A veces no sabes muy bien qué quieres leer, estás mal y éste es un libro que también nos puede acompañar. Leer los relatos de otros compañeros me ha hecho ver que les ocurrían cosas parecidas. Son libros con agradecimientos muy profundos, y mira, es algo muy loco, pero en Dragon Ball los superguerreros del espacio hacen el kamehameha con toda la fuerza. Pues estos relatos son como un kamehameha por mí. Son como una bola de energía que va allá donde tú necesitas. Me he dedicado al crecimiento personal y conocía técnicas donde se utiliza también la escritura como refuerzo, como cambio de creencias, como muchas cosas. Conocía ese potencial, pero ahora he podido comprobar en persona que la escritura libre tiene también beneficios terapéuticos. No sé si hay alguna manera de cuantificar esto, porque las cuestiones emocionales o del alma son difíciles de testear, pero en el momento que tú te sientes mejor, nada puede ponerlo en duda, eso es irrefutable. Y estos efectos terapéuticos se extienden a las personas, amigos y familia, que me acompañan. La capacidad de escribir nos arraiga en nuestra autonomía. A pesar del impacto de la enfermedad, te permite reencontrarte contigo más allá de la situación. Recuerdo, por ejemplo también, grabar ideas en el móvil cuando por estar conectada a tantas cosas no podía escribir. Esto me da muchísima capacidad sobre mí misma y también se autogestión, autocuidado, autoescucha, A mí me ha aliviado.
- Y terminamos la entrevista con alguna recomendación lectora que quieras compartir...
Me gusta mucho la novela negra, de suspense, nórdica. Por ejemplo Camilla Läckberg. Leo cada nuevo libro suyo, porque me encanta y me engancha mucho. Lo último que he leído y recomiendo es “El nido del cuco”. Y también "El poder de las palabras", del neurocientífico Mariano Sigman.