Entrevista con Jennifer Blanco Tortajada, autora del relato Crónicas de una lúpica, publicado en Desde mi habitación, Vol. I (pág. 123)

RELAT-Hos - Jennifer Blanco
RELAT-Hos - Jennifer Blanco
RELAT-Hos - Jennifer Blanco

“Tenía una idea, como algo reprimido, pero no había pensado en escribirlo hasta que me llegó la propuesta y me desahogué”

- ¿Qué pensaste cuando tuviste el primer contacto con el proyecto RELAT-Hos? ¿Cómo lo conoces?

Fue hace más de seis años. Llevaba ya varios ingresos en el Hospital de Bellvitge por mi diagnóstico, el lupus. En uno de mis últimos ingresos largos, de un mes más o menos, era muy jovencita, tenía 19 años. Las enfermeras me explicaron el proyecto y me propusieron participar y, como yo ya escribía, me encajaba perfectamente. Ahora la enfermedad está más controlada, pero por aquel entonces estaba cada dos por tres aquí. Además, fue en aquel momento cuando decidí que quería trabajar en el hospital y ahora soy auxiliar de enfermería. Al ver el trabajo que hacían las enfermeras y las auxiliares, decidí que eso era lo que yo quería hacer también. Y en cuanto pude, lo hice, y desde hace dos años y medio estoy trabajando en el Hospital de Bellvitge.

- ¿Tuviste claro desde el principio que querías participar?

Sí, vi claro que participaría desde el principio. Tenía siempre una idea rondándome por la cabeza, algo que me hacía estar muy triste. Recuerdo que estuve toda una tarde para escribir el relato porque tenía las manos inflamadas y me costaba mucho hacerlo a mano. Tenía una idea, como algo reprimido, pero no había pensado en escribirlo hasta que me llegó la propuesta y me desahogué. Necesitaba un empujoncillo para poder sacarlo.

- ¿Escribes habitualmente?

Escribía mucho antes de que me diagnosticaran el lupus, entre los 18 y los 19 años. En esa época yo estudiaba Humanidades y escribía mucho. Con el diagnóstico llegó el parón y este relato fue como mi último escrito completo. A partir de entonces he seguido escribiendo esporádicamente. Desde hace un tiempo me planteo escribir un libro sobre mi experiencia, pero siempre me derrumbo. Entonces, voy escribiendo poco a poco, pequeños fragmentos. La verdad es que entre el trabajo y el estudio lo he dejado un poco apartado.

- ¿Qué sensaciones tuviste al ver tu relato escrito en el libro?

Era la primera vez que se publicaba algo escrito por mí y me impactó mucho. Cuando Antonia me invitó a la sala de actos para recibir el libro, se sucedieron muchas emociones a la vez.

- ¿Crees que la escritura es una herramienta terapéutica importante?

Sin ninguna duda. Cada vez que escribía algo en casa lo perdía o lo tiraba a la basura de la rabia, porque me sentía muy impotente, pero siempre volvía a hacerlo. Cómo me dolían las manos, tenía que coger el bolígrafo de una forma especial, y luego de la rabia lo rompía todo, pero me quedaba muy a gusto, me servía de mucho. Con la escritura podía sacar todo lo que llevaba dentro. Además, con el relato también pensé que si alguien más lo podía leer y sentirse identificado, porque tiene la misma enfermedad o pasa por una situación parecida, pues con eso ya me quedo satisfecha.

- Por último, ¿nos puedes recomendar un libro?

Tengo un montón de libros, leo mucho y es difícil hacer una recomendación, pero destaco dos libros de Pablo Neruda: sus memorias, Confieso que he vivido; y un clásico de la poesía, como lo es Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

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