Los pacientes trasplantados presentan un riesgo significativamente elevado de desarrollar cáncer de piel debido al uso prolongado de tratamientos inmunosupresores. Bajo esta premisa, se organizó en el Hospital de Bellvitge la jornada de Concienciación sobre el cáncer de piel en pacientes trasplantados el pasado 20 de junio.
Los fármacos inmunosupresores, aunque fundamentales para prevenir el rechazo del órgano trasplantado, disminuyen la capacidad del sistema inmunológico para detectar y eliminar células anómalas. En este contexto, el cáncer de piel es el tipo de tumor más habitual en las personas trasplantadas, siendo el carcinoma cutáneo no melanoma (especialmente el carcinoma escamoso) el más frecuente.
La jornada se estructuró en tres grandes bloques: un primero centrado en la perspectiva de los médicos trasplantadores; un segundo en el que se profundizó en la aproximación dermatológica y quirúrgica, y un tercero en el que se pusieron en primer plano los testigos de los pacientes, con la participación de José Luis Ramón Vidal, paciente trasplantado cardíaco, y José Juan Rodríguez Jerez, paciente trasplantado renal, que generosamente compartieron su experiencia. Su testimonio aportó un valioso enfoque humano a la jornada y ayudó a concienciar sobre la importancia de la prevención y el cuidado continuado en pacientes trasplantados.
Entre las conclusiones más relevantes de la jornada, destacan:
- La importancia de las revisiones dermatológicas: es necesario realizar controles dermatológicos periódicos, especialmente en pacientes inmunosuprimidos, para detectar lesiones precancerosas o malignas en etapas tempranas. La vigilancia activa permite mejorar su pronóstico y aplicar tratamientos menos agresivos.
- El manejo multidisciplinar: es fundamental el enfoque colaborativo entre diferentes especialistas: el médico responsable del trasplante, el dermatólogo, el cirujano plástico y, en muchas ocasiones, también el médico de atención primaria. Esta coordinación es esencial para el diagnóstico precoz, el tratamiento eficaz y el continuo seguimiento del paciente.
- La eficacia de la fotoprotección: se insistió en la importancia de la protección solar como medida preventiva clave. Esto incluye el uso regular de cremas con alto factor de protección solar (FPS 50 o superior), así como la utilización de barreras físicas como sombreros, gafas de sol, sombrillas y ropa con protección ultravioleta.
- Se recordó que es crucial evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 16:00), momento en que la radiación ultravioleta es más intensa.