Una situación de confinamiento prolongado como el actual, con el cierre de hospitales de día y consultas externas presenciales, puede incrementar la ansiedad y los síntomas relacionados con estas enfermedades, tal como sugiere un estudio piloto realizado por el HUB a partir de una encuesta telefónica a una muestra de pacientes. Asimismo, también puede ayudar a precipitar el desarrollo de nuevos trastornos de alimentación en personas vulnerables, así como someter a los cuidadores y también los profesionales de la salud a cargas adicionales de estrés.
Las tablas de pautas de actuación que presentan estos expertos incluyen recomendaciones para pacientes, familiares y terapeutas. Ante una serie de situaciones planteadas –desde el desazón por el aumento de peso o la falta de ejercicio hasta las incertidumbres sobre el trabajo, el aburrimiento o la soledad, entre otros– se plantea tanto cuales son las actitudes inadecuadas como las estrategias a seguir.
La actual situación ha llevado a impulsar las terapias y el consejo online, un hecho muy positivo, según el Dr. Fernández-Aranda. Según afirma, “la necesidad es la madre del ingenio y esta pandemia nos puede hacer dar un paso adelante en nuestros modelos de atención a la salud mental. Consolidaremos métodos más eficientes y efectivos para estar conectados, con tratamientos más flexibles y personalizados”.
En el artículo han participado varios grupos de Cataluña, España y Europa, entre los que destacan, además de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital de Bellvitge, el Servicio de Enfermedades Infecciosas del HUB y el CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).