Una de las principales causas de ictus es la arteriosclerosis de las arterias carótidas que produce estrechamente en la arteria. En todos los pacientes con ictus se estudia si ésta puede ser la causa.
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¿Qué es la carótida?
El cerebro es una zona noble de nuestro cuerpo y por ello está protegida por el cráneo y recibe sangre de diversas arterias. Así, la circulación cerebral viene determinada por cuatro arterias: las carótidas y las vertebrales. Las carótidas se originan en la aorta, pasan por el cuello, y entran en el cráneo. Las vertebrales, más pequeñas, pasan cerca de la columna vertebral y entran en el cráneo por la parte posterior. Dentro del cráneo existen una serie de conexiones entre las ramas de unas y otras para proteger el cerebro de falta de circulación.
Las carótidas son las arterias más importantes en lo que se refiere a la circulación cerebral.
¿Qué es un ictus?
El ictus es la interrupción de la circulación de sangre que llega al cerebro porque un vaso sanguíneo se ha tapado o roto. Cuando esto ocurre, las células del cerebro de una determinada zona no reciben el oxígeno que necesitan y mueren. Esto puede provocar una alteración transitoria o permanente. Por eso es importante actuar con la máxima rapidez.
También hablamos de ictus cuando decimos derrame cerebral, embolia, trombosis o apoplejía.
En la mayoría de los casos, el ictus se debe a que no llega la sangre: son los ictus isquémicos, por obstrucción al flujo sanguíneo. El resto se debe a la ruptura de una arteria o una vena: son los ictus hemorrágicos.
Es importante identificar qué ha producido el ictus para poder indicar el mejor tratamiento a seguir en la fase aguda y poner medidas para evitar que se repita.
¿Qué es una estenosis carotídea?
Una de las principales causas de ictus es la arteriosclerosis de las arterias carótidas que produce estrechamente en la arteria. En todos los pacientes con ictus se estudia si ésta puede ser la causa. Cuando se detecta una estenosis superior al 50%, se les suele recomendar una intervención para tratar la zona estrecha y reducir el riesgo de presentar un nuevo ictus. Esta intervención se puede realizar mediante una cirugía llamada endarterectomía carotídea oa través de una intervención endovascular que consiste en la colocación de una malla dentro de la arteria (siente carotidio).
Muchas veces se puede detectar la estenosis en personas sin ictus, por ejemplo al realizar una ecografía de las arterias del cuello antes de una operación o en una revisión médica. En este caso, se indica una serie de medidas para disminuir el riesgo de sufrir un ictus. Se recomendará que el paciente tome antiagregantes, medicación por el colesterol, haga ejercicio físico y siga una dieta adecuada. Sólo en casos determinados en los que se detecta progresión de la enfermedad o una estenosis muy cerrada se indicará el tratamiento quirúrgico.
¿Cómo se diagnostica?
Muchas veces la estenosis carotídea se diagnostica de forma casual al realizar una prueba de imagen por otra razón. Otras veces se detecta después de que el paciente ha presentado algún tipo de ictus.
- Exploración física: En ocasiones, cuando se produce un estrechamiento de la arteria al auscultar el cuello con un fonendoscopio se detecta un soplo.
- Ecografía doppler: Se utiliza para estudiar el flujo de sangre que pasa a través de las arterias y venas. También permite ver si existen placas de arteriosclerosis.
- Tomografía axial computerizada (angioTAC/scanner con contraste o Angio Resonancia magnética): permite tener una imagen detallada de los vasos sanguíneos en todo su recorrido, tanto fuera como dentro del cerebro. Podremos localizar las lesiones y ver si la sangre llega correctamente a todas las áreas del cerebro.
¿Por qué tengo una estenosis carotídea?
Las causas de aparición de una estenosis carotídea son múltiples e interrelacionadas.
- La edad: es el factor de riesgo más importante, pero no significa que el ictus sólo ocurre en personas mayores. A partir de los 55 años, cada década pasa duplica el riesgo de tener un ictus.
- La Hipertensión: tanto por los ictus isquémicos como por los hemorrágicos
- La diabetes: sobre todo si está asociada a hipertensión
- Sedentarismo
- Obesidad: sobre todo a nivel abdominal aumenta el riesgo de ictus. Tanto en hombres cm en mujeres
- El tabaquismo: fumar aumenta el riesgo de ictus isquémico y hemorrágico. El riesgo comienza a disminuir después de cinco años de haber dejado de fumar.
- Colesterol alto: sobre todo por la estenosis de carótida.
- Drogas y alcohol: aumentan el riesgo de ictus.
- El sexo: los hombres tienen mayor riesgo de sufrir un ictus que las mujeres.
- La etnia: los afroamericanos y los hispanos tienen mayor riesgo de sufrir un ictus. También puede estar en relación con factores sociales desfavorecidos.
- Antecedentes familiares.
¿Qué puedo hacer si tengo una estenosis carotídea?
Si le han detectado una estenosis carotídea es recomendable cuidar su salud. Por tanto, dejar de fumar, hacer ejercicio de forma regular y seguir una dieta rica en frutas, verduras y frutos secos, puede ayudar a encontrarse mejor ya disminuir el riesgo de complicaciones.
¿Cuándo es necesario operar una estenosis carotídea?
La indicación de tratamiento está en relación al grado de estenosis y la presencia de síntomas. De forma general, una estenosis inferior del 50% carece de indicación de cirugía aunque el paciente haya presentado síntomas.
Si un paciente ha tenido un ictus y tiene una estenosis mayor al 50%, se planteará una intervención para disminuir el riesgo de nuevos ictus.
Un paciente sin síntomas al que se detecta una estenosis grave será valorado por un equipo de neurólogos y cirujanos para decidir cuál es la mejor actitud a seguir.
¿Cómo se trata una estenosis carotídea?
La estenosis de carótida puede operarse con cirugía abierta o con tratamiento endovascular. El objetivo es abrir el paso de la zona de la arteria obstruida.
Para la cirugía abierta se realiza un corte en la piel del cuello y se localiza la arteria enferma. Se bloquea la circulación durante unos minutos para abrirla y limpiarla. Después se vuelve a cerrar, a menudo colocando un parche que se cose a la arteria. La técnica se llama endarterectomía carotídea.
El tratamiento endovascular está especialmente indicado para pacientes con mayor riesgo quirúrgico. Consiste en trabajar a distancia y cubrir por dentro la zona enferma con una malla que permite mantener el paso de sangre.
En todos los casos, un equipo de médicos especialistas valora cada caso particular y decide cuál es el mejor tratamiento posible.
¿Qué anestesia se utiliza?
La anestesia es un procedimiento que pretende realizar la cirugía sin dolor.
Para poder hacerlo es necesario pinchar una vena por donde le pasaremos sueros y la medicación necesaria en función de su situación y el tipo de cirugía prevista.
Esta intervención puede realizarse con anestesia local o general.
La anestesia local nos permite conocer en todo momento cómo se encuentra el paciente. Durante la cirugía, le pediremos que hable o mueva la mano: así sabremos si el cerebro está funcionando correctamente. El anestesiólogo utilizará la ecografía para localizar las zonas donde es necesario poner anestesia. También le dará medicación para que esté lo más confortable posible.
Para realizar una anestesia general le daremos medicación que hará que esté dormido y relajado durante la cirugía. Habrá que ponerle un tubo, a través de la boca, que llega hasta la tráquea (conducto que comunica la boca con las pulmones). Este tubo se conecta a un respirador que sirve para mantener la respiración.
Durante la operación le mantendremos monitorizado controlando la función del cerebro, pulmones, corazón o riñones. Así disminuimos el riesgo de complicaciones.
¿Es necesario dejar drenajes?
Los drenajes son unos finos tubos de plástico que en ocasiones se dejan en las heridas. Cuando hacemos una endarterectomía carotídea siempre dejamos un drenaje que retiramos el día después de la cirugía.
¿Tendré dolor después de la cirugía?
La cirugía de carótida no es especialmente dolorosa. Existen molestias en la zona cervical que calman con la medicación indicada. Es normal encontrar la zona en torno a la incisión dormida y con alteración de la sensibilidad.
¿Necesitaré una transfusión?
Antes de cualquier tipo de cirugía se realiza un estudio de sangre para detectar cualquier anomalía. Si detectamos que usted tiene anemia, unos días antes de la cirugía le administraremos un tratamiento que ayuda a disminuir las necesidades de transfusiones después de la operación.
En este tipo de cirugía muy raramente existen pérdidas de sangre que requieran de transfusión.