Los años de evolución de la enfermedad tienen un impacto decisivo en la respuesta al tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)

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Un estudio del Hospital de Bellvitge establece, por primera vez, un criterio temporal de riesgo de cronicidad de los síntomas para los diferentes subtipos de TCA.

Unas 400.000 personas, sobre todo jóvenes y adolescentes, sufren actualmente algún tipo de TCA en España.

Globalmente, un 54,3% de los pacientes con TCA tratados en la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital Universitario de Bellvitge presentan una recuperación completa o sustancial de los síntomas. Considerando los subtipos diagnósticos, el trastorno por atracón y la anorexia nerviosa son los trastornos de la conducta alimentaria que registran un mayor porcentaje de remisión total después de un tratamiento especializado, con un 72% y un 65% respectivamente. Por el contrario, la bulimia nerviosa (35 %%) y otros TCA atípicos (41.5%) presentan menos probabilidad de restablecimiento completo, aunque un porcentaje significativo de estos pacientes muestran una recuperación sustancial (40% y 33%, respectivamente), según un estudio de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario de Bellvitge.

El trabajo, que se ha realizado sobre una muestra de 1.200 pacientes de la unidad, explora también la asociación entre duración del trastorno y riesgo de cronicidad de los síntomas. En este sentido, los hallazgos indican que en la anorexia y la bulimia nerviosa, más de 12 y 14 años de evolución incrementarían el riesgo de cronicidad, mientras que para el grupo de trastornos atípicos sería de 6 a 8 años y para el trastorno por atracón de 20 a 21 años.

Por primera vez, este estudio establece un criterio temporal de riesgo de cronicidad de los síntomas para los diferentes subtipos de TCA, ampliando investigaciones previas sobre este tema. Asimismo destaca que un porcentaje elevado de pacientes pueden recuperarse de forma completa o sustancial si reciben intervenciones especializadas en el momento adecuado. Así pues, el reconocimiento precoz de los síntomas y el tratamiento indicado son aspectos nucleares en el abordaje de estos trastornos.

En opinión del Dr. Fernando Fernández Aranda, jefe de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital de Bellvitge, investigador del IDIBELL y el CIBERobn y catedrático de la UB, una de las principales conclusiones del estudio "es la necesidad de dedicar esfuerzos en las intervenciones tempranas que pueden mejorar los resultados, especialmente en el caso de los trastornos atípicos". Añade que el trabajo subraya que otra vía de mejora de la atención a la anorexia y la bulimia nerviosa es incidir en los tratamientos sobre rasgos de personalidad disfucionales de los pacientes con estas problemáticas, como la persistencia, la ansiedad, la evitación del daño, la dependencia de la recompensa o la autodirección.

El artículo, que firma el Dr. Fernández Aranda como investigador principal, ha sido publicado en un número especial de la revista Europea de Trastornos Alimentarios, que ha coordinado. Esta publicación especial pretende llevar a cabo una completa revisión de la eficiencia y la efectividad del tratamiento de los TCA en Europa, con sistemas de salud con niveles y recursos asistenciales diferentes. Mejorar la detección de los trastornos alimentarios en la edad pediátrica a la atención primaria, los tratamientos ambulatorios, la continuidad asistencial en el tránsito de la edad infantil al adulto o el diseño de nuevos servicios que tengan más en cuenta la visión de pacientes y cuidadores, son algunos de los aspectos más relevantes que se evaluan en el número especial de la European Eating Disorders Review.

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